delvis urgelles campesino“La producción de frijol y maíz constituye una garantía para seguir elevando las condiciones y calidad de vida de mi familia”, declara Delvis Urgellés.

Delvis Urgellés Frómeta es de esos campesinos a los que no se les puede posar una mosca. La vida le ha enseñado que el dinero mejor ganado es el que se obtiene del sacrificio propio, aprovechando las bondades del desarrollo tecnológico y luchando contra las afectaciones del clima.

 

Y no es que lo diga por altanería o para quedar bien con los visitantes, él lo demuestra con altos rendimientos y grandes producciones.

 

Socio de la Cooperativa de Créditos y Servicios Constantino Lores, en el Valle de Caujerí, en el municipio San Antonio del Sur, donde nació y se crió, ha dedicado la mayor parte de sus seis décadas de vida al cultivo de la tierra.

 

“Sembré mucho tomate, y maíz ocasionalmente, pero llegó el momento en que se pasaba demasiado trabajo para obtener envases y el primero de esos productos se perdía en los campos.

 

“Luego, cuando se inauguró la moderna industria procesadora de frutas y vegetales, pensé, como la mayoría de los cooperativistas, que el problema se resolvería, y empeoró, porque entonces las cajas llenas de tomate se podrían en las guardarrayas: no las venían a recoger.

 

“Esas incongruencias me disgustaron y, al sacar cuenta, perdía mucho más de lo que invertía, por suerte para mí, a partir del mismo año en que se inauguró la fábrica, me dediqué a sembrar granos: frijol y maíz”, subraya.

 

Desde entonces todo cambió para el laborioso campesino. “Me ha ido bien, empecé a “levantar” poco a poco y, en seis años, la cosecha de frijol más reciente ha sido la mejor.

 

“Tres meses bastaron para que mi hermano y yo obtuviéramos mayores ganancias”, afirma.

 

El empleo de las maquinarias en cada campaña le da la posibilidad de aprovechar el área más eficientemente, cubrir todos los espacios, sembrar con uniformidad y obtener resultados superiores, asegura el campesino, señalando las largas y saludables hileras de maíz.

 

En enero recogió cinco toneladas de frijol colorado Buenaventura y Rojo Cueto, con rendimientos de 1,25 toneladas por hectárea, gracias a su dedicación al trabajo y a los servicios prestados por la Empresa Agropecuaria de San Antonio del Sur.

 

Ante el interés periodístico por conocer cómo logra buenas cosechas, explica que luego de sembrar sus cuatro hectáreas, copadas ahora de vigorosas plantaciones de maíz, le suministra agua para que nazcan las posturas, después aplica fertilizante (fórmula completa) y mientras crecen, mantiene limpia de malas yerbas el área con ayuda de los bueyes.

 

Para evitar enfermedades y plagas fumiga, cuando corresponde, con productos suministrados por la CCS, como el Fitomás; utiliza también otros medios biológicos obtenidos en el propio Valle, con buena efectividad.

 

Pero lo más importante para él constituye la atención a los cultivos. “Si usted no está pendiente de ellos todo el tiempo, puede hasta perder la cosecha, por eso, cuando percibe algo anormal en alguna planta, debe saber qué tiene y cómo actuar para impedir la propagación de enfermedades.

 

“En lo particular, no permito a nadie entrar a mis campos, menos, sabiendo que viene de áreas contaminadas, prefiero salir a recibir a los visitantes, y solo después de tomar las debidas precauciones, los dejo pasar, si es indispensable.

 

“En muchas áreas, como esa de maíz que vio en las cercanías, sucede lo contrario por falta de control y exigencia; Sanidad Vegetal sola no puede velar por la salud de los sembradíos, nosotros también debemos ser responsables y adoptar las medidas necesarias”.

 

Comenta Delvis que si la naturaleza lo ayuda con el agua (escasea en Valle de Caujerí donde está deprimida la presa Pozo Azul), en los meses venideros cosechará unos 120 quintales de maíz, por cada uno de los cuales le pagarán 250 pesos.

 

“Después del maíz vuelvo con el frijol. Esos son mis cultivos preferidos, porque contribuyen a sustituir importaciones y representan una garantía para seguir invirtiendo en la producción”, recalca el también combatiente internacionalista.

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