Más de 40 Consejos Populares (CP) de los 76 de Guantánamo, cuentan con minindustrias productoras de materiales para viviendas, aseguró hoy a la ACN Carlos Martínez Turro, vicepresidente para atender inversiones en el Consejo de la Administración Provincial (CAM).
Ya la provincia cumplió con la orientación del país de crear esas instalaciones en los 43 Consejos con más de un millar de inmuebles, meta cumplida y que se extenderá a otros nueve, a pesar de que no alcanzan la cifra mencionada, añadió el directivo, lo cual forma parte de las estrategias contenidas en la Política Nacional de la Vivienda.
Una simple operación aritmética arroja que serían 52 los CP beneficiados de la inversión, en una provincia que este año debe terminar dos mil 225 casas, 775 de ellas por la vía estatal, 750 mediante subsidios (principales clientes de esas minindustrias) para terminar células básicas
habitacionales, y 700 por esfuerzo propio.
Martínez Turro significó que producir los materiales en el Consejo Popular, equivale a acercarlos a la población, puesto que el presidente de ese órgano de carácter representativo es una autoridad política y popular (no administrativa-) y conoce las necesidades e intereses de los pobladores de su radio de acción, tanto como el delegado de base.
Aclaró la imposibilidad de llevar esas facilidades a los municipios netamente urbanos, pero sí a las periferias de las ciudades, y un ejemplo lo constituyen las creadas, con la ayuda del Estado Cubano y de la República Bolivariana de Venezuela, a raíz del paso del huracán Matthew
por cinco municipios guantanameros.
Ese ciclón azotó en octubre de 2016 a Baracoa, Maisí, San Antonio del Sur, Imías y Yateras, y el denominado Irma en septiembre del año siguiente causó estragos en Manuel Tames, y en Yateras.
La ayuda del Estado Cubano permitió que desde entonces “contáramos con poco más de la mitad del total actual de mini-industrias”, dotadas de molinos, bloqueras, moldes manuales y otros renglones como las bóvedas sin cimbra (ladrillo cerámico que prescinde de encofrado) para las cubiertas sólidas, más económicas que las tejas de zinc galvanizado, sentenció el dirigente del Poder Popular.
Martínez Turro elogió el papel primordial del Grupo de Trabajo Provincial para esta tarea, integrado por las entidades de la Construcción, la Agricultura, y el Ministerio de Industrias, este último a través de la Empresa de Válvulas y Bombas Industriales (Valbo).
Valbo ha sido un puntal en la entrega de moldes y de casi todo el equipamiento mecánico de las mini industrias de materiales de la construcción en el Alto Oriente, al igual que los talleres del Grupo Empresarial Azcuba, que han coadyuvado a que 30 de las fábricas instaladas produzcan todos los surtidos de una instalación de ese tipo.
La primera de esas entidades “ha aportado una fábrica de bloques, 89 molinos de mandíbula y varios molinos de martillo, losas-canal, una entrega que facilita la rehabilitación y construcción de viviendas y células básicas”
Pero ambas prestan una contribución decisiva, indicó el vicepresidente del CAP, “al propósito guantanamero de construir 40 mil 329 viviendas antes de 2030, y terminar en 2022 la recuperación de las perjudicadas por los mencionados y destructivos fenómenos hidrometeorológicos”.
Calificó a 2018 como un punto de partida en el restablecimiento o creación de las capacidades fabriles en siete de los municipios y añadió que este año se sumaron los tres restantes: Guantánamo, Caimanera y El Salvador.
Esclareció que los resultados de esa incorporación aunque loable y pertinente, requiere para ser efectiva de una mayor disponibilidad de cemento y acero,” renglones que no dependen de nosotros”.
Dijo que se proyecta construir tres veces más casas que las erigidas hasta ahora, el 70 por ciento concebidas mediante esfuerzo propio y soluciones financieras: subsidios, créditos y compra en efectivo, y el resto por el plan estatal.
Retomando el cálculo, Martínez Turro subraya que con el concurso de las pequeñas fábricas Baracoa puede producir casi tres viviendas diarias (2,7 precisa), Maisí dos, y los restantes ocho municipios, una cada 24 horas.
Entre las limitaciones para alcanzar a corto plazo esa producción, además de las ya mencionadas del cemento y el acero (decisivos para cimentaciones y cerramentos), figura la insuficiente disponibilidad de áridos, imprescindibles en todo proceso constructivo.
La escasez de ese elemento es más notoria en Caimanera, un municipio especial al cual se le proporciona, mediante ferrocarril, desde Manantial, en el Consejo Popular Costa Rica, del municipio de El Salvador, donde al igual que en Manuel Tames existen cañaverales, y en estos piedras, que estorban las labores agrícolas y son útiles, después de procesadas, al hombre, que las emplea en uno de sus más preciados bienes: su hogar.