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gaunatanamo servicios tecnicosSe establecieron términos para dar respuestas a las necesidades de la población cuando va al taller y en ese momento no tienen la pieza que necesita el cliente. Foto: Leonel Escalona Furones

En julio próximo hará una década que el Estado cubano vendió a cada núcleo familiar un módulo para la cocción de los alimentos y sustituyó viejos equipos electrodomésticos para contribuir al ahorro de electricidad, como parte del Programa de la Revolución Energética.

La renovadora medida, nacida de la genialidad del Comandante en Jefe para beneficio del pueblo, la economía y el medio ambiente, inició con el cambio de bombillos y lámparas fluorescentes por ahorradores e incluyó la venta de hornillas eléctricas, ollas multipropósitos y arroceras, calentadores y la sustitución de refrigeradores y televisores, entre otras acciones.

Por supuesto, implicó la creación de la infraestructura logística necesaria para garantizar el mantenimiento y reparación de esos equipos y que el Estado destine, todos los años, altas cifras de dinero a la importación de partes y piezas de repuesto, para sostener ese servicio.

“A pesar de ello, esas prestaciones suscitan no pocas quejas de la población”, reconoció en declaraciones ofrecidas a Venceremos, Valentín Rojas Pérez, director de la Empresa provincial de Servicios Técnicos, Personales y del Hogar, a cargo de la actividad.

Según este directivo “se abrieron tres talleres dedicados a electrónica, enseres menores y refrigeración en cada municipio, cifra que se duplicó en las cabeceras provinciales, al tiempo que se dispuso de medios de transporte, de informatización y herramientas para cubrir las demandas de los mecánicos”.

No obstante, aclaró que esos equipos cumplieron tres veces su ciclo de vida útil, lo que provoca crecimiento de demanda de los clientes y del número de piezas que se utilizan en su reparación, de 2,1 como promedio por equipo, hace cinco años, a más de 6,5 en la actualidad.

“A pesar de ello, se establecieron términos para dar respuestas a las necesidades de la población cuando va al taller y en ese momento no tienen la pieza que necesita el cliente”, explicó.

“En esos casos debe registrarse en una lista de pendientes y la empresa dispone de hasta 15 días, como máximo, para resolver la rotura siempre que la pieza esté en la provincia, aunque para ello haya que buscarla en otros municipios.

“Si estuviera en otras provincias y no en territorio guantanamero, la respuesta debe darse dentro de los 30 días siguientes a la notificación. La única justificación para no arreglar el equipo entre los 45 y 60 días establecidos es que la pieza no esté en el país”, advirtió Valentín.

“Por eso es importante que la población acuda a los talleres para que el mecánico haga un diagnóstico exacto de las defectuosas y, de no existir en ese momento, pueda registrarlas como pendientes y luego solicitarlas”, orientó.

Respecto a los refrigeradores, dijo que el cliente reporta la avería al taller y luego el mecánico debe visitar la casa, evaluar el equipo e informar al administrador para que registre la pieza que requiere.

“Cuando el desperfecto es eléctrico o de la junta se atiende al instante, si fuera en el congelador, las tuberías, el filtro y la máquina, el afectado tiene que trasladarlo al taller, donde se repara si hay piezas o queda pendiente para cuando lleguen”.

Comentó Valentín que muchas personas tuvieron que esperar más de un año por esa reparación, pero felizmente recibieron muebles y motocompresores a finales de 2014, para la solución de los pendientes, por esa causa, en los talleres de los municipios, no así de los que necesitan cables de línea.

Mencionó entre las piezas más deficitarias el gas refrigerante R-134A, cuya asignación no alcanza para todos los aparatos rotos, y las resistencias para hornillas y ollas arroceras.

Anunció, además, que después de 10 años de ausencia, se retomará próximamente el servicio de reparación de televisores ATEC y Panda, de 21 y 25 pulgadas, así como de las cocinas de inducción magnética, que se venderán en las TRD y de productos industriales.

Respecto al servicio de mantenimiento, aclaró que se dan por solicitud y aprobación del cliente, con el objetivo de alargar la vida de explotación técnica del equipo y las tarifas de precio son muy bajas. “El cliente puede solicitarlo por teléfono y convenir con el mecánico si prefiere realizarlo en el taller o en el hogar”, puntualizó Valentín, quien aseguró que cada establecimiento atiende un área determinada.