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guantanamo delagado anapEl Gallego es un infatigable usufructuario que saca el máximo provecho a las 13,2 hectáreas de tierra que dedica a diversos cultivos. Foto: del autor

Francisco Bello Tavio, conocido también como Gallego, es el delegado directo del municipio de El Salvador al XI Congreso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), privilegio que recayó en seis campesinos guantanameros exclusivamente.

Elegido por el voto unánime de 113 asociados que asistieron a la asamblea realizada para la ocasión, dijo que el estímulo es de los 119 productores que integran la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Guillermo Castro, quienes se esfuerzan, todos los días, para cumplir las misiones de la organización.

Su presidente, hace casi 22 años, explicó que la CCS se extiende por 416 hectáreas dedicadas a cultivos varios, entre los que destaca la siembra de granos como maíz, reglón en el que estableció record histórico al producir 379 toneladas, y frijoles, de los cuales obtuvo 33, gracias en buena parte a la aplicación de la ciencia y la técnica.

También ha entregado más de 46 toneladas de tomate, en lo que va de cosecha, a la fábrica procesadora de frutas y vegetales Guaso, para la producción de puré, y producido otras viandas y hortalizas.

Por cumplir los tres mil quintales de granos correspondientes al presente año que exige el movimiento nacional que promueve ese cultivo, el Buró provincial de la ANAP aprovechó el escenario para otorgarle un reconocimiento a esa cooperativa que, además, está inmersa en el de los 100 mil quintales de cultivos varios y de las 100 toneladas de carne de cerdo.

Pero bajo el mando de Gallego, los progresos de la cooperativa van mucho más allá de lo productivo, pues la cuenta de operaciones experimentó un incremento de 16 pesos, cuando asumió la presidencia en 1993, a 365 mil, en la actualidad, que si bien pudiera ser mayor permite mejor desenvolvimiento financiero.

“Ello se debe al incremento de las producciones, de los rendimientos y a la búsqueda por los integrantes de la junta directiva de márgenes convenientes para la comercialización”, acotó.

Entrevistado por Venceremos, dijo que en lo adelante el propósito es multiplicar esos y otros renglones, con la instalación de más sistemas de riego que permitan obtener mayores rendimientos y humanizar el trabajo, pero primero la Empresa Eléctrica debe instalar ese servicio, solicitado por ellos en reiteradas ocasiones.

Aunque esa y otras dificultades, que impiden sacar más frutos a la tierra, no son óbice en los anhelos de Francisco y sus compañeros de surco, asegura que su solución allanaría el camino de aquellos hasta las estanterías de los mercados.

“Luego que obtenemos las cosechas, pasamos mucho trabajo para llevarlas a su destino porque la cooperativa no cuenta con medios de transporte de uso colectivo y hay que valerse de los equipos, viejos y deteriorados, de algunos campesinos o alquilarlos a entidades o particulares, que te cobran un ojo y la mitad del otro, y así no siempre da la cuenta”.

“Aprovechamos la tracción animal en distancias cortas, pero cuando hay que llevar el maíz a la fábrica de pienso de Burenes, en el municipio de Niceto Pérez, por ejemplo, la situación se torna extremadamente difícil”, comentó.

Algunas de esas inquietudes, que entorpecen el buen desempeño de los labriegos y cuya solución escapa de las manos de la CCS, el municipio y la provincia, este “héroe del campo” las llevará al Congreso campesino en nombre de sus cooperativistas, para de conjunto encontrar las mejores soluciones.

Con todo, confiesa que es un honor que el Buró provincial de la Anap reconociera los méritos relevantes de la CCS en el funcionamiento interno, el trabajo político ideológico, el cumplimiento de los compromisos productivos, económicos y sociales, la aplicación de la ciencia y la técnica, entre otros, lo que representa un alto estímulo.

Tras agradecer la confianza depositada en él, agregó: “Además de un alto reconocimiento, constituye un compromiso mayor representarlos en la cita más importante del campesinado cubano y transmitir allí nuestras experiencias para contribuir al incremento de la producción de alimentos y la sustitución de importaciones”.

Además de presidente de la CCS, el Gallego es un infatigable usufructuario que saca el máximo provecho a las 13,2 hectáreas de tierra que dedica a diversos cultivos y ejemplo para los demás asociados en el cumplimiento de sus compromisos productivos.

“Es lo menos que puede hacer quien debe todo lo que tiene a la tierra y sobre todo a la Revolución, que me la entregó para explotarla con eficiencia y hacer realidad la principal misión encomendada por Fidel Castro Ruz a los campesinos: producir alimentos para el pueblo”, confesó.