jose marti estatua parqueEstatua de José Martí en el parque que lleva su nombre en la ciudad de Guantánamo. En 1899 los mambises y el pueblo guantanamero pretendieron sustituir el nombre de la otrora Plaza de Armas El Príncipe, por parque Pedro Agustín Pérez, en honor al ilustre general. Sin embargo, Periquito Pérez, Alcalde Municipal, se opone y decide bautizarlo como parque José Martí, poniendo de manifiesto su patriotismo y altruismo. Mientras en las demás ciudades cubanas el parque central lleva el nombre del prócer mayor de la región, en Guantánamo no se corresponde a la manera tradicional del resto del país.

Pedro A. Pérez no solo fue el jefe de la conspiración militar desde 1890, designado por Antonio Maceo y jefe después, en 1895, de la División Mambisa Guantánamo; también fue desde 1893 el Delegado del Partido Revolucionario Cubano, nombrado por José Martí. En Nueva York, en 1896, un grupo de cubanas crearon el Club Martiano Pedro Agustín Pérez, en honor al guantanamero. Sin duda Periquito Pérez, fue el martiano mayor del Alto Oriente Cubano.

Más de medio siglo después, el 28 de enero de 1953, al conmemorarse el centenario del natalicio del Héroe Nacional, por iniciativa de los masones, fue inaugurado el Rincón Martiano del parque Martí. El comité gestor, organizado por los masones y otras instituciones culturales, fue presidido por Juan Asorey Díaz, junta que tuvo a su cargo la proyección y financiamiento del monumento, obra del escultor Juan Jover Mas. Surgía el destacado monumento que el pueblo guantanamero le dedicaba al Apóstol de la Independencia, considerado el más hermoso Rincón Martiano del país.

Horas después de la inauguración, los estudiantes, encabezados por los alumnos del Instituto de Segunda Enseñanza y guiados por Aldo Rodríguez Cans, efectuaron la manifestación Cuba encadenada, en condena al régimen dictatorial de Batista, donde la joven Rosalina Guerra, rodeada de cadenas (representando a Cuba), dirigió la multitudinaria marcha que bajó la Avenida de los Estudiantes (Paseo) y posteriormente la calle Pedro A. Pérez, hasta el Rincón Martiano, donde los jóvenes depositaron flores al busto del apóstol.

En la jornada en que se inauguró la obra, la Policía intervino y atacó a los estudiantes, resultando golpeados varios jóvenes. ¡Sublime primacía tiene el Rincón Martiano en su primer día, al enarbolar los estudiantes guantanameros los principios del apóstol!. Sin saberlo los jóvenes de la ciudad del Guaso se sumaron a la Juventud del Centenario, donde ya se destacaba en La Habana el joven Fidel Castro. Esta vanguardia de jóvenes tampoco dejó morir al Apóstol en el año de su Centenario.

Al mes siguiente, en febrero, se crea el Bloque Estudiantil Martiano (BEM), siendo su Presidente Sergio Morilla Núñez (El Martiano) y secretario Roberto Cisneros. En representación de la organización un grupo de prestigiosos jóvenes se trasladan a Santiago de Cuba y en el cementerio Santa Ifigenia depositan una ofrenda floral en la tumba de Martí, donde realizan el juramento de luchar para derrotar la tiranía batistiana, cambiar la dramática situación económica y política del país y hacer cumplir los sueños del Apóstol, de crear una Cuba, de todos y para el bien de todos. Entre los mozalbetes que participaron se encontraban los mártires de la Revolución Iván Rodríguez, Omar Ranedo, Asdrúbal López, Roberto Cisneros y Fabio Rosell del Río, quien tenía 15 años de edad.

En 1953, coincidiendo con esos acontecimientos, en el norte revuelto y brutal, al decir de Martí, asumía el liderazgo de la Agencia Central de Inteligencia Allen W. Dulles. Bajo su dirección se emprendió la Operación MK Ultra, trabajo de investigación sobre el control mental. Ese año el tenebroso personaje del Potomac, expuso un proyecto criminal de alcance universal que todavía tiene vigencia en el siglo XXI, designio que resumía de esta manera:

“Nuestra principal apuesta será la juventud. La corromperemos, desmoralizaremos, pervertiremos; emplearemos como armas el deslumbramiento, la persuasión, la manipulación del inconsciente, la usurpación del imaginario colectivo; para lograr que las víctimas lleguen a comprender la lógica de sus verdugos”.

A principios del año en curso La Habana fue escenario de hechos vandálicos contra bustos del Héroe Nacional, protagonizados por delincuentes comunes, pagados directamente por apátridas de organizaciones contrarrevolucionarias establecidas en Miami, financiadas por el gobierno de los Estados Unidos. Profanación que ha indignado al pueblo de la capital y de toda la nación.

Ese hecho salvaje guarda relación con el proyecto de Dulles, que persigue el objetivo de lograr el deterioro de los valores patrióticos y principios éticos de la juventud, la destrucción de la identidad histórica y la cultura nacional, patrocinando el individualismo, el egoísmo y el interés mercantilista por encima de las virtudes humanas. En este designio se puede palpar también la vestimenta inconfundible de tendencias anexionistas.

Los cabecillas de la CIA y sus mercenarios criollos no han comprendido que al agredir al símbolo más sagrado de la Patria, han herido el alma del pueblo de Martí y de Fidel. Martí nunca será manchado, pues constituye el ideal más venerable de la isla grande del Caribe. Con Martí en el corazón se organizó la Juventud del Centenario que asaltó al Moncada, con Martí en la conciencia los jóvenes guantanameros el 28 de enero de 1953 desafiaron la dictadura de Batista. Al decir de Salustiano Leyva: “Mientras haya cubanos, Martí va a existir”.

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