Merileidys Rosa TrensadoMaryleidis Sosa Trenzado.Maryleidis Sosa Trenzado está convencida de que en el vínculo con la base, con los trabajadores, los campesinos, los jóvenes…, se encuentra el presente y el futuro del Partido Comunista de Cuba que, en unos días, celebrará su VIII Congreso.

Justo ese vínculo es la clave de su vida, de por qué “una mujer humilde como yo, puede llegar al Comité Central del Partido, y ser una de las delegadas que representará a Guantánamo en el Octavo Congreso de esa organización política”.

Se define, simplemente, como una mujer “trabajadora, que cumple con sus responsabilidades como especialista de la Oficina Nacional para el Uso Racional de la Energía, ONURE, y militante”, incorporada a la vida política desde el preuniversitario, como miembro de la Unión de Jóvenes Comunistas, UJC.

Ya ingeniera en la Empresa de Productos Cárnicos, vino la doble militancia, y “cuando ya no tenía edad para la UJC”, la consagración al Partido, “una organización que no te da privilegios sino responsabilidades, una cuota extra de esfuerzo y la necesidad de ser siempre ejemplo”.

Es, asegura, la clave de una buena militancia. “No importa si estás en la base, si eres jefe de núcleo –en la ONURE ejerce el cargo desde hace siete años- o si, como yo, te conviertes en miembro del Comité y el Buró provincial del Partido, y de su Comité Central… Esa necesidad de hacer las cosas bien es lo que nos define”.

Pregunto cómo es salir de su casa en Agramonte y el 7 Norte –en vecindario de nuevo desarrollo al que la gente llama Casa de Piedra-, ir al Comité Central a debatir políticas con la más alta dirigencia del país y reincorporarse a la quietud del barrio. Abre los ojos y sonríe.

“Allá y aquí soy una mujer normal, tengo una familia, me muevo a pie, voy a la bodega, al mercado, vivo, siento y escucho lo bueno, lo malo y lo regular, y tengo un trabajo gracias al cual ayudo a sostener mi casa…, y justo esa sencillez es mi alimento para opinar, para contribuir con el proceso desde allá arriba”.

El Comité Central, admite, “cambia tu perspectiva como militante, te hace más consciente. Se habla, por ejemplo, de continuidad, y pudiera ser para algunos algo abstracto, pero yo tengo la posibilidad de verlo como un proceso tangible, en el respeto del Presidente Díaz-Canel, a nuestro Primer Secretario Raúl, hacia el Partido”.

A su vez, “también he sido testigo de la preocupación de la generación histórica por formar a las nuevas generaciones, que ya asumen el mando del país. No por gusto se dice que este será el Congreso de la continuidad”.

Un cónclave para el cual, admite, trabaja desde que tuvo el honor de ser delegada. “En mi caso, como miembro de la Comisión para analizar la Actualización del Modelo Económico, Los Lineamientos y la Estrategia de Desarrollo hasta el 2030, un tema en el que aporto desde mis conocimientos sobre el ahorro, como máster que soy en eficiencia energética… Para eso estoy allí”.

Ara y no pedestal, le digo, citando a Martí. “Como la Patria, me dice, porque el Partido es justo esa vanguardia política que encausa la vida hacia un futuro mejor, orienta, rectifica cuando es necesario, se diversifica como es heterogénea la vida, cambia lo necesario y preserva lo imprescindible”.

Lo imprescindible, me digo a lo bajo para no provocarle rubores, es también gente como ella.

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