joven clubHace 27 años existen los Joven Club de Computación y Electrónica esparciendo los conocimientos de esta ciencia por nuestro país. Muchos de nosotros hemos crecido tras el auspicio de estas salas de computación y navegación que nos conectan con el universo de las redes informáticas.

Desde su fundación el 8 de de septiembre de 1987 por iniciativa del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, los Joven Club han estimulado el desarrollo de los conocimientos y la cultura informática. Hoy día brindan disímiles servicios dirigidos a la formación y habilitación de competencias en contenidos relacionados con las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.

Ofertan, además, cursos de postgrado; navegación por las redes cubanas donde el usuario puede interactuar, compartir y descargar informaciones relacionadas con el acontecer nacional.  El club más joven de Cuba no tiene edad, tanto niños, como jóvenes y adultos, encuentran en ellos centros de recreación y confluencia.

No son pocas las personas que acuden a estos “clubes” a chatear en la intranet, enviar correos (emails) a distintas partes del mundo o buscar información en Ecured, la enciclopedia del pueblo cubano. Ni son pocos los trabajadores que buscan asesoramiento técnico o un espacio para “teclear”  sus planillas.

Tampoco escapan aquellos estudiantes que hacen colas y regresan en horas desesperadas para realizar trabajos de la escuela o de diplomas... En muchos casos la espera desespera pero nadie puede negar que estos centros mantienen una clientela asidua.

Otros servicios que brindan los Joven Club para beneplácito del público son la actualización de los antivirus, la grabación y copia de programas, y recursos documentales en dispositivos extraíbles (USB). La búsqueda y descarga de información científica especializada, así como la instalación de hardware, software y la recuperación de archivos perdidos y dañados almacenados en discos duros, memoria flash u otros soportes.

Este aniversario, los Joven Club se abren al pueblo satisfechos de seguir cumpliendo la obra de la Revolución. Con el regocijo de aportar conocimientos, esparcimiento y espacios de ardua labor para los más necesitados.

Por: Sucel Kindelán Morales

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