carros somatonLlegar hasta el invento más profundo que pueda poner en peligro al camión, a la camioneta, a los choferes y a las personas que necesitan de la transportación del sector privado como alternativa viable, es el objetivo de esta inspección. Fotos: Lorenzo Crespo Silveira

 Son apenas las nueve de la mañana del viernes 12 de febrero último, cuando Alexeider de la Cruz García parqueó su Ford del año 56 sobre una ranfla de la Empresa de Ómnibus Urbanos, allá por el suroeste de la ciudad, cerca de El Redondel.

 

Salió casi al amanecer de El Tíbet de Filipinas, por primera vez en muchos años, sin pasajeros en su carro particular. Dice que ahora, a la segunda, va la vencida. Saluda a quienes lo esperan allí y les pide que metan manos a la obra.

 

Y varios hombres a la vez revisan aquí, miran por allá, y le dicen que está aprobado. Le entregan unos documentos y le sugieren solucionar algunos detalles que son solo cuestión de poner bonito y darle un poquito más de confort a su camión, con Licencia Operativa y demás papeles en regla.

 

El joven de Filipinas advierte la presencia de la prensa, se adelanta a cualquier pregunta y dice: “Vine a reinspeccionar, porque cuando ellos fueron a mi municipio, Niceto Pérez, lo revisaron y me indicaron resolver algunos problemas técnicos para poder seguir “tirando” pasajes. Eso fue hace dos semanas más o menos, y mire, ya está ahí, recién pintada incluso, la puerta de emergencia que según me demostraron, era muy importante hacerle, por el lado contrario al de la escalera, que debe ir del lado derecho de la calzada. Todo eso me lo explicaron aquí.

 

“Aunque ya me devolvieron los papeles que me amparan para este trabajo por cuenta propia, debo tapizar los asientos de la cabina y darle unos toquecitos para que quede al cien.

 

 

“Me parece muy bueno que se haga esto, porque uno siempre cree que sabe dónde le ‘duele’ al carro, pero ellos son los que tienen dominio y todo lo que señalan favorece la seguridad del carro, la mía, y la de la gente, más cuando es en las montañas”, comenta y sale a cargar su Ford del año 56 rumbo al Tíbet de Filipinas.

carros somaton2Héctor González, a la derecha en la foto, y Alexis Berenguer, representantes en la Comisión del Ministerio de Transporte. Fotos: Lorenzo Crespo Silveira

Le dicen Somatón… y se le parece

 

Estas historias se repiten más o menos parecidas, otras veces diferentes, en el traspatio de la Empresa de Ómnibus Urbanos, desde inicios de año. No es exactamente una planta de revisión lo que está funcionando allí, sino una comisión técnica que tiene un encargo muy puntual.

 

Héctor González López, jefe del Departamento provincial de Inspección Estatal del Ministerio de Transporte, revela de qué se trata: “Es una revisión profunda de los requisitos técnicos que deben cumplir los camiones y camionetas particulares con Licencia Operativa vigente, con la finalidad de comprobar y validar que andan seguros en la vía”.

 

Comenta el funcionario del Mitrans que, por el incremento de la accidentalidad en Cuba, la Dirección Nacional de Seguridad Vial ha puesto bombillo rojo en el sector privado de la transportación de pasajeros. En Guantánamo, por ejemplo, ocurrieron 250 accidentes en 2015 y de ellos, en más de 130 hubo participación de carros particulares.

 

“Pero lo más grave, advierte este representante del Ministerio de Transporte, es que en los accidentes en los que han estado involucrados esos medios de transportación masiva se registra el mayor número de fallecidos y lesionados.

 

“Por eso en cada provincia cubana se creó una comisión integrada por especialistas del Registro de Vehículos, inspectores de la Unidad Estatal de Tráfico, popularmente conocido por los verdes, de Inspección estatal de Transporte (los azules), los del Consejo de la Administración Provincial y la Empresa de revisión Técnica Automotor. Este equipo hace una revisión minuciosa de los sistemas de freno, luces, transmisión, así como otros requerimientos que establece la Ley 109 sobre seguridad vial”, argumenta.

 

“En el caso de Guantánamo existen 177 de esos vehículos con Licencia para transportar cargas y pasajeros. Los municipios con más cantidad de camiones y camionetas particulares en esas funciones son Guantánamo, Baracoa, El Salvador, San Antonio del Sury Manuel Tames, en ese orden.

 

“Primero se hizo la inspección en las localidades donde residen. Se les indicó lo que debían hacer, y en dependencia de los problemas señalados se les retiran los documentos que legalizan la actividad por cuenta propia hasta que los resuelvan. De esa manera, los que residen en los municipios deben trasladarse aquí a la capital provincial a realizar la reinspección”, explica González López.

 

El funcionario informó que esta inspección es obligatoria para quienes transportan pasajeros y carga en los mencionados medios, comenzó en el mes de enero del presente año y concluye ahora en febrero. Llamó la atención sobre el hecho de que a pesar de haber citado por la Comisión a 109 propietarios, solo se habían presentado 94 hasta inicios de esta semana.

 

Advirtió que, en el caso de los vehículos parados por roturas u otras dificultades, los propietarios deben presentarse en Ómnibus Urbanos o a la Oficina de Inspección estatal del Mitrans para ponerlo en su conocimiento oportunamente, pues de no hacerlo en las fechas que se les fijó, no pueden circular ni prestar servicio.

carros-somaton3Alexeider de la Cruz, porteador privado del municipio de Niceto Pérez, considera muy buena esta mirada a los particulares por un personal especializado. Fotos: Lorenzo Crespo Silveira

El ojo de la Comisión

 

Ignacio Castillo del Valle, de Santa María, en la ciudad de Guantánamo, considera más que necesaria esta inspección. Llega al “somatón” con la camioneta Cadillac del año 50, con la cual trabaja por cuenta propia. “Se ve reluciente y bien parada, pero vamos a profundizar”, dice Alexis Berenguer Odelín, inspector del Ministerio de Transporte.

 

Mientras hacen su trabajo, el propietario también comprueba cada señalamiento, lo comparte o no, pero toma nota de lo que debe hacer para andar seguro en la vía, porque, asegura, “esto que están haciendo es muy importante y ojalá lo hagan con sistematicidad”.

 

Por su parte, Alexis Justis Rodríguez, de la Unidad Estatal de Tráfico, agrega. “Hay quien no es muy receptivo, y cree que uno está, como se dice popularmente, para el daño, y es todo lo contrario. Nos quieren convencer de que ciertos inventos que le hicieron a la hora de modificarlos para transportar pasajeros, son originales. Uno de los problemas más detectados son las soldaduras en las barras de transmisión, donde nunca se deben hacer y mucho menos soldaduras intermedias”, ejemplifica.

 

A Inaol Ramírez, técnico de transporte e inspector estatal del Consejo de la Administración Provincial, le preocupan las modificaciones hechas sin proyecto, porque la mayoría de esos carros antiguos que se usan en la transportación de personas, eran originalmente de plancha o plataforma, para carga. El proyecto te permite determinar la resistencia de los metales, cuál es la altura que debe haber entre la cama y el techo, entre otros requerimientos.

 

Los de la Comisión coinciden en que otros de los problemas que más se han detectado y han determinado que hayan resultado mucho más los que no salen aprobados que quienes terminan con resultados satisfactorios y autorizados a seguir circulando, son los desperfectos en los mecanismos de la dirección de los vehículos, barras longitudinales y transversales soldadas, carencia de pasamanos y pisos antirresbalables, y por último, presencia de tubo de escape del mismo lado por donde suben los pasajeros, lo cual puede provocar quemaduras.

 

También señalan muchos casos de carencia de confort para los viajeros, aspecto que aunque no en todos los casos invalida ejercer la actividad, igualmente se tiene en cuenta, especialmente los que trasladan personas.

 

“Y no se trata de ir a los extremos, porque a veces los camiones o las camionetas necesitan un toque de chapistería, y si no pone en peligro la vida de las personas, se les da oportunidad de seguir circulando hasta que lo puedan resolver, pero tienen que darle solución finalmente”, puntualiza Héctor González, quien es además el máximo responsable de esa comisión.

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