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Varios pronunciamientos de ¡Independencia o Muerte! sucedieron en la región, preparados por Pedro A. Pérez y los patriotas del Alto Oriente

firma la confianzaEl Grito de La Confianza, de Juan Emilio Hernández Giró, plumilla donada por familiares de Emilio Giró al cumplirse el Centenario del magno acontecimiento. Se trata del único dibujo original que recrea la proclamación del inicio de la Guerra Necesaria.

La única acta que firmaron como constancia, los patriotas que se alzaron contra el colonialismo español en diferentes lugares de Cuba, el 24 de febrero de 1895, se hizo en Guantánamo.

Expuesto ante las actuales y futuras generaciones, en la Casa Museo del Mayor General Pedro Agustín Pérez, en esta ciudad, el impar documento fue redactado en la finca La Confianza, de Guantánamo, por iniciativa del patriota Emilio Giró Odio, enviado personal de Antonio Maceo, y leído ante los alzados.

Ello denota el liderazgo y capacidad organizativa de Periquito Pérez en los preparativos de la guerra. Fue él quien se sumó a comandar el grupo en La Confianza, después de haberse pronunciado en su finca de Boca de Jaibo, a la vez que era el jefe de varios grupos de sublevados que aquel día, en casi una decena de parajes de la región, dieron el grito de ¡Independencia o Muerte!

En realidad, los patriotas guantanameros cumplieron ejemplarmente ese día, hace 121 años, la orden de José Martídel levantamiento simultáneo para iniciar la Guerra Necesaria, “breve y generosa” como la concibió el Delegado del Partido Revolucionario Cubano.

Los historiadores, entre ellos, los prestigiosos Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo, han confirmado la singularidad, defendida temprana y apasionadamente por Regino Eladio Boti, de que los guantanameros estuvieron entre los primeros que se lanzaron al campo de combate aquel día, atacaron con sus fuerzas al ejército del colonialismo español y derramaron su sangre en la nueva contienda.

Las acciones de fuego iniciales y únicas del 24 de febrero de 1895 fueron el ataque y toma del fuerte español de San Nicolás o Morrillo Chico, en Hatibonico, por el coronel Enrique Tudela, cumpliendo órdenes de Periquito Pérez; le causó dos bajas al ejército colonial e hirió a tres soldados, además de obtener armas y municiones; luego atacó el fuerte El Toro, aunque no pudo tomarlo.

Pero, además de los pronunciamientos de Boca de Jaibo y La Confianza, y de los ataques a los fortines de Hatibonico y El Toro, se levantaron en armas en el ingenio Santa Cecilia, encabezados por Pedro Ramos y Pedro Brooks; en Baitiquirí, con la dirección de Luis González Pineda, Luis Chiquito; en El Yarey, los hermanos Araujo, secundados por partidarios de los ingenios San Antonio Redó y Romelié; en Tiguabos, bajo el mando de Pablo Salomón, y en San Andrés del Vínculo, los veteranos Evaristo Lugo y Prudencio Martínez.

 

Como es conocido, en varias regiones cubanas respondieron con alzamientos al llamado de José Martí, pero, por sus resultados inmediatos y consecuencias ulteriores, en Guantánamo puede considerarse que la exclamación de ¡Independencia o muerte! fue ejemplar.

 

Al respecto, el historiador contemporáneo guantanamero Wilfredo de Jesús Campos Cremé, al destacar la temprana obra de Boti, “de obligada consulta para conocer la verdad de los hechos”, resalta que es:

 

“La confirmación de justicia a Guantánamo, cuyo protagonismo en estos acontecimientos ha sido ignorado o menguado con reiteración. El levantamiento simultáneo de la Guerra Necesaria el 24 de Febrero representó el grito de la Independencia de Cuba, épica jornada que reabrió las puertas de la Revolución y ratificó la unidad patrocinada por Martí”.