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salto fino del toa

Nombrada así porque desde lejos solo se ve un hilito de agua entre las montañas, la cascada Salto Fino se lanza por una caída de 305 metros entre las elevaciones del macizo montañoso Nipe-Sagua-Baracoa- altura que la coloca y entre las primeras 20 en el mundo.

Es bella, como si el adelantado Diego Velázquez se hubiera puesto de acuerdo con la naturaleza para ubicar la mayor cascada del Caribe insular allí, justamente en exótica región de Baracoa.

El accidente geográfico, es provocado por el río Salto Fino, un subafluente del Toa, el torrente más caudaloso de Cuba y se produce por la interrupción brusca del cauce del arroyo El Infierno, corriente tributaria de la Reserva Ecológica Quibiján- Duaba-Yunque de Baracoa en la provincia de Guantánamo.

Posee un recorrido total de tres kilómetros, de los cuales el 90 por ciento corresponde a su desarrollo posterior al salto principal, y posee una microcuenca de alimentación superficial y subterránea de tres kilómetros cuadrado. El agua cae hasta 295 metros (m) con un desnivel total de 305 m. Presenta ocho cascadas entre 75 y 90 grados, la mayor de las cuales alcanza 60 m vertical.

Se producen veinte saltos consecutivos que varían entre 15 y cinco m de desnivel, con pendientes en el rango de 85 y 90 grados, que terminan apenas a 150 m de la confluencia con el río Quibiján, el cual constituye el nivel de base local, alcanzando 540 m el desnivel total del sistema de cascadas estudiado de arroyo El Infierno.

Salto Fino fue descubierto en 1966 por el Doctor Antonio Núñez Jiménez y desde un helicóptero tomó varias fotografías con vistas verticales. Luego en 1996 se realizaron dos expediciones en busca de Salto Fino, al cual no se había llegado por tierra.

Este hilito de agua entre las montañas o Salto Fino constituye un regalo de la naturaleza y un preciado tesoro de las serranías guantanameras.

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