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humbolt dañosLos deslizamientos de tierra fueron una de las principales afectaciones que dejó el huracán en los bosques. Fotos: Cortesía del ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente

El huracán Matthew azotó fuertemente el ecosistema de los municipios del este de Guantánamo, donde se concentra la mayor zona montañosa de la provincia.

A su paso, provocó deslizamientos de tierras, árboles partidos y derribados en su totalidad, caída de hojas y ramas, la migración obligada de numerosas aves por falta de alimentos, de otras especies por pérdida de su hábitat y algunas que simplemente murieron durante la terrible noche del fenómeno.

Pero los daños en el macizo Nipe- Sagua - Baracoa, uno de los más extensos del país, más allá del desolador panorama a primera vista, no fueron tan devastadores, aseguran expertos de la Empresa Nacional para la protección de la Flora y la Fauna en el territorio, del Sistema de Áreas Protegidas y trabajadores de la Unidad de Servicios Ambientales (UPSA).

Conteo de daños

El bosque del Parque Nacional Alejandro de Humboldt (PNAH), reverdecerá. Quizás en tres o cuatro meses ni se noten las quemaduras por fricción provocadas por los fuertes vientos en los árboles que se mantuvieron en pie y ya se vea el brote de pequeñas plantaciones, aunque por lo general se requieren tres años para llegar a la primera fase de recuperación del bosque - plantas de tres o cinco metros- y de hasta 80 años para recuperar toda la belleza de los parajes más afectados.

En el Alejandro de Humboldt el huracán dañó 27 mil hectáreas entre Cupeyal del Norte, Ojito de Agua, La Melba y Baracoa. Provocó 132 deslizamientos de tierra, de ellos, 10 considerados muy grandes al superar los mil metros cuadrados de superficie, informó a Venceremos Gerardo Begué- Quiala, subdirector de la UPSA.

La vegetación del lugar sufre una fuerte defoliación y aparecen cantidad de árboles derribados, muchos de los cuales se partieron y no tienen capacidad para rebrotar, comentó el directivo.

humbolt daños2La defoliación de la vegetación, debido a los fortísimos vientos, cederá con el tiempo, aunque expertos aseguran que se requiere de casi un siglo para que los bosques afectados recuperen todo su esplendor. Fotos: Cortesía del ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente

Los sitios más afectados, explica el especialista, fueron la Melba, que se ubica en los municipios de Yateras, en Guantánamo, y Moa, en Holguín, y Baracoa, donde la fauna recibió notables impactos, ocasionando la muerte y huída de animales y por tanto afectando las poblaciones de la zona. Se perdieron aves, peces y algunos reptiles, fundamentalmente culebras.

En cuanto a la agricultura y la agrobiodiversidad, los frutales fueron arrasados completamente, los caminos interiores están dañados y se destruyeron el 42 por ciento de las instalaciones rústicas construidas para el destino turístico de los diferentes departamentos y sectores de conservación.

La afectación, según el especialista, tuvo mayor impacto en las trochas corta fuegos, carvas en el ecosistema, en los cañones de los ríos, así como en laderas y en lugares por donde los fuertes vientos penetraron.

Mientras, en las reservas ecológicas también hubo afectaciones. Rider Lobaina Durán, jefe del Departamento Técnico de Conservación de Flora y Fauna, precisó que en Punta de Caleta, en Maisí -sitio por donde entró el meteoro-, El Yunque y Yumurí se dañaron casi 4 mil hectáreas de bosques naturales.

Las pérdidas económicas, sobre todo debido a los árboles de madera preciosa o de valor medio caídos: Najesí, Ocuje colorado, Ocuje Blanco, Sapotillo, Majagua, Cedro, Granadillo, Palmas, Cocotrinax, entre otros, junto a las instalaciones dañadas, rebasó los 700 mil pesos.

humbolt daños3Instalaciones y senderos turísticos que sufrieron la furia de Matthews se están recuperando. Fotos: Cortesía del ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente

Después de Matthew

La naturaleza, retoma la palabra Begué Quiala, tiene la capacidad necesaria para sanarse a sí misma aunque, ahora mismo, sean muchos los brazos que la ayudan.

Específicamente en el Alejandro de Humboldt, luego del conteo de los daños, se inició la limpieza de todos los troncos caídos, ramas, árboles…, que de otra manera se convertirían en combustible para incendios forestales, sobre todo ahora que empieza el periodo seco, y es nicho para la propagación de plagas y enfermedades.

También, se restablecieron los veinte senderos turísticos del parque Alejandro de Humboldt ubicados en varios municipios, y se trabaja en la reforestación para garantizar la sucesión del bosque.

Como parte de ese proceso, se introducirá la regeneración natural asistida, con siembras por vía directa que agilizará el proceso que de forma natural llevaría muchos años, y el montaje de microviveros para la producción de posturas.

Lo demás, reafirma el especialista, es patrimonio de la naturaleza. “En el proceso de revisión de las afectaciones que inició una semana después del paso del huracán, empezamos a ver diferentes especies de aves, tanto endémicas como migratorias, aunque todavía con conductas no habituales, volaban las mariposas y cantaban muchas especies de anfibios en las noches.

“Y eso es síntoma de que la vida no se extinguió, solo estaba escondida y ahora está resurgiendo. En el caso de las aves y los mamíferos que emigraron creemos que deben regresar en la medida en que se recuperen sus hábitats, que es básicamente el bosque”.

Finalmente, el científico aclaró que a pesar de los destrozos, el Parque no perderá su condición de Patrimonio Natural de la Humanidad, que ostenta desde el año 2001, “solo sería de esa manera si no existiera voluntad y trabajo para recuperarlo, y ese no es el caso de ese sitio donde se concentra buena parte de la riqueza de árboles, animales endémicos y reserva de agua del Caribe insular”.

humbolt daños4Las plantaciones de frutales tuvieron grandes pérdidas. Fotos: Cortesía del ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente