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educa a tu hijo2La relación madre e hijo es el principal componente del programa Educa a tu hijo.

Paulita tiene cuatro años, sin embargo hay quienes al conocerla le atribuyen un poco más. ¡Esa niña sabe demasiado! Algunos exclaman: ¡Yo no hablaba como ella cuando tenía esa edad!...

Ella domina los colores, canta, recita, habla de los héroes de su patria y hasta ayuda en el hogar. Cuando la gente le pregunta donde aprendió todo, si aún no va a la escuela, ella muy entusiasta responde: ¡en la Casita del saber con la seño y mi mamá!

Así es como lo conoce Paulita, quien sin saberlo ha sido de las favorecidas por un programa que ya arriba a los 25 años. Educa a tu hijo pareciera una simple frase, sin embargo es mucho más, pues como idea más allá de los dibujos y escritos que en paredes o carteles promocionan su nombre, para muchos cubanos fue la primera y más importante escuela de formación familiar.

Surgido en pleno Periodo Especial durante el curso 1992-1993, el proyecto fue liderado por el Comandante en Jefe Fidel Castro, con el objetivo de enfrentar el déficit de círculos infantiles en el archipiélago, que impedía en esa temprana edad el acceso de grandes mayorías a la educación.

Con este fin dicha modalidad se orientó a preparar la familia cubana para que por sí misma, pudiera lograr el desarrollo integral de niños y niñas, entre cero y seis años.

Ello implicaba la participación y acción conjunta de todos los factores del barrio, guiados por Educación. Los Comités de Defensa de la Revolución, la Asociación de Agricultores Pequeños, combatientes, promotores culturales y deportivos, y los miembros de los consultorios médicos, se encargarían de velar por la atención y crianza en la primera infancia.

El inicio se caracterizó por el arduo trabajo de convencimiento, la aglutinada colaboración intersectorial y el esfuerzo voluntario, sin pago alguno.

Cientos de educadores asumieron la tarea de asesorar y hacer funcionar el proyecto fidelista, incluso en horas extra, de noche o en fines de semana, hogar por hogar.

Con ese empuje inició Educa a Tu hijo… integrado al Plan Turquino, como tarea de impacto de los militantes del Partido y de la Juventud, con el empuje de los campesinos, obreros y profesionales, acogido por las amas de casa. Parecía imparable…

El Consejo Popular número ocho de Sur Isleta fue, en Guantánamo, piloto de esta experiencia, que luego se aplicaría desde Casimba de Yateras hasta La Tinta, en Maisí.

Al amparo de los corredores, en la escalinata de los edificios, bajo la sombra de un árbol, en la escuela, dentro de una casa, en las cooperativas o incluso en las prisiones, Educa a Tu Hijo consumó el derecho innato de los niños cubanos a la formación plena.

Padres, hijos, abuelas, abuelos, tíos, hermanos… fungieron como protagonistas y beneficiarios de esta alternativa, donde sistemáticamente emprendían las acciones educativas fundamentales con sus hijos. No se trataba solo de enviarlos a las clases, sino que ellos mismos evaluaban y participaban de la socialización de conocimientos y formación de valores.

educa a tu hijoLos niños graduados de esta modalidad educativa adquieren habilidades como recitar, cantar, bailar, dominio e identificación de colores, etc.

Actividades como juegos de roles, ejercicios físicos, enseñanza de colores y visualización de tele clases, etc., sirvieron para estimular los índices neuropsíquicos de los niños de forma creativa, con medios de enseñanza creados por los propios trabajadores o donados por los padres.

El trabajo en este ciclo de vida, donde pequeños y pequeñas adquieren más intensa, rápida y progresivamente las destrezas sensoriales, motrices, cognitivas, emocionales y sociales, requirió de la labor tenaz y sosegada, a fin de garantizar en el devenir un proceso multidimensional e integral y un entorno adecuado para el crecimiento armónico dentro de la comunidad.

Nadie dirá que la Revolución no llegó a todos los hogares. Educa a tu hijo materializó la idea fidelista de no dejar a ninguna persona desamparada. Comenzaba desde el propio embarazo de la mujer hasta el día en que el niño usaba por primera vez el uniforme.

Era una vía no formal de instruir a los menores, sin distanciarlos del sistema estatal, a la que por miles se unirían los cubanos y que contribuiría también al aumento de las matrículas de las primarias en grado preescolar.

En los cuatro monitoreos realizados para evaluar y constatar la efectividad del Programa, se demostró científicamente que era una idea sostenible y efectiva, donde padres e hijos se hacían más cercanos (cariñosos, se escuchan, no utilizan maltratos psíquicos, ni físicos) y que contribuía al enriquecimiento cultural de las familias (variedad musical, visitas a museos e instituciones culturales, incremento del hábito de leer, etc.)

Con más de 11 mil ejecutores de Educación vinculados a esta iniciativa y alrededor de 30 mil niños matriculados, Guantánamo constituye un referente importante en el quehacer de los grupos coordinadores en los distintos espacios locales.

Los indicadores señalan que los egresados de la educación preescolar muestran altísimos niveles de desarrollo de la personalidad, las actitudes y capacidad mental y física hasta el máximo de sus posibilidades, lo que deviene de gran utilidad para afrontar los siguientes escaños del aprendizaje escolar.

Quizás por ello es que como proyecto ha trascendido las fronteras cubanas, para aclimatarse a otros contextos impulsados y asesorados por la UNICEF, fiel colaboradora desde 1992.

En el marco de la cooperación bilateral con Cuba, el estado de Oaxaca, en México, el estado de Rio Grande do Sul en Brasil, Ecuador, Colombia y Guatemala tomaron como referente el modelo.

Allá como aquí los resultados obtenidos en materia de dominio de contenidos y de integración social desde la comodidad del hogar, barrio, etc., hasta la sociedad, han demostrado la certeza de esta propuesta como método de acción comunitaria, en pos de la defensa y empoderamiento de los derechos del niño y para el devenir de una infancia feliz.