joven productor lacteoFoto: del autor

Me encontré con Heidrych Pantoja Velázquez de camino a la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Helado y Mezcla Física, en la Empresa de Productos Lácteos Guantánamo. Él comentó que era jefe de producción allí y enseguida llamó mi atención que siendo tan joven se encuentre al frente de esa importante área. Era algo para documentar.

De dónde soy

 

Dice Heidrych que su atípico nombre es de origen alemán, pero de solo verlo y luego de conversar con él se nota que es cubano de estos tiempos y que de aquel país solo tiene precisamente el nombre.

 

“Vengo de una familia campesina del municipio El Salvador, mi abuelo y mi abuela, eran semianalfabetos los dos, pero mi mamá es licenciada en Español, gracias a la Revolución y a Fidel, ellos empoderaron a los jóvenes.  

 

“Por eso siempre dije que debía convertirme en un ser digno para mi país y en 12 grado decidí que quería estudiar algo relacionado con la computación, Cibernética u otra profesión que aportara al progreso científico. Un día mi madre llevó a la casa de la librería donde trabaja el texto Qué quieres estudiar, que habla de las profesiones y apenas leí sobre Ingeniería Química me gustó…

 

“Recuerdo que decía que se encargaba de los procesos químicos, de la transformación de la materia, y me pareció perfecta. Sé que a esa especialidad se le suele confundir porque se cree que solo es química, pero resulta ser más, es hacer de la materia prima algo útil y exquisito… pura creación. 

 

“Ingresé a la Universidad de Oriente (UO) y aunque la carrera fue complicada por la matemática excesiva, yo tenía buena base del IPVCE José Maceo y profesores estelares, y logré dominar los nuevos contenidos.

 

“Creo que lo más importante fueron las prácticas en el combinado lácteo de Santiago de Cuba y en la refinería, porque me sirvieron para insertarme con más facilidad al trabajo.

 

“En el 2009, luego de graduado de la UO, hice los dos años de adiestramiento en la empresa láctea guantanamera, en la plaza de tecnólogo en la cual me encargaba de evitar problemas técnicos durante el proceso productivo y del cumplimiento de normas. Luego fui especialista de producción y hace cuatro años dirijo esa área en la UEB de Helado”.

 

Hacia dónde voy

 

“Iniciar la vida de obrero es muy complicado, porque es muy diferente a la universidad, las empresas, demandan sacrificio. Tengo 53 trabajadores bajo mi mando y con todos me llevo bien.

 

“Hubo quienes dudaban de cómo siendo tan joven tenía un puesto decisivo y tuve que trabajar muy duro para demostrarme a mí mismo y a lo demás que sí era capaz. Somos un colectivo muy unido y funcional, de esos que trabajan en feriados, días festivos y domingos… mire, por poner un ejemplo, el día 31 de diciembre cuando todos estaban celebrando, acá estábamos haciendo helado.

 

“De los momentos más difíciles como jefe recuerdo los años 2013 y 2014, cuando incumplimos con las producciones por roturas en la nevera, por tres meses, y de los congeladores. Todo porque los equipamientos nuestros son obsoletos con más de 30 años de explotación y sin mantenimiento adecuado.

 

“Entonces en 2015 nos proyectamos cumplir los 19 surtidos (leche, yogurt, queso, etc.) de la Empresa y llegamos al cien por ciento de los galones. Al año siguiente logramos sobre cumplir el plan al 102 por ciento, y por eso se nos reconoció en el movimiento emulativo de la Central de Trabajadores de Cuba y tuvimos la sede por el Día del Trabajador Alimentario.

 

“En ese período también hice algunas innovaciones, por ejemplo la Torre de Humidificación de la nevera, la diseñé y armé junto al director de la UEB. Resulta que en junio de 2015 trajeron un congelador tecnología Fricher, que debía llegar acompañada de una torre para enfriar el agua, ambos costaban más de 5 mil dólares y solo llegó una parte de este. Entonces tuvimos que ingeniárnoslas para que funcionara todo y no parar la producción. En 20 días la armamos y ahí está, en junio cumple dos años.

 

Esto es lo que soy

 

“En los siete años que llevo de trabajo, he visto muchos jóvenes como yo venir, estar los dos años de adiestramiento e irse porque no encuentran lo que desean. A mí, de momento, me gusta, aunque tenga que quedarme de siete y media de la mañana a seis de la tarde.

 

“Mi esposa, también ingeniera, y mi hija reclaman porque me he perdido días importantes para ellas, entre ellos los cumpleaños. Aunque las dos saben que son lo más importante de mi vida, igual no se conforman con tener que compartirme, pero yo intento hacerlo todo lo mejor posible, en casa, en el trabajo o donde sea”.

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