joven cuentapropista militante ujcFoto: del autor

Noralis Hormigó Hernández es una de esas jóvenes alegres, llenas de entusiasmo y de ideas, que trata de impulsar la labor de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) no solo desde su puesto de trabajo, sino desde el compromiso de asumir responsabilidades, de dar el paso al frente.

La encontramos en la cafetería del sector no estatal La Deportiva del barrio de San Justo, donde se desempeña como dependienta, puesto al que llegó tras una dura lección de vida: Desaprobar el examen de ingreso a la Educación Superior en Matemática, amarga experiencia que le costó su oportunidad de estudiar Medicina, pero que la hizo desistir y con el tiempo se abrió otras puertas, mirando al trabajo por cuenta propia, una decisión que según aclara la joven de 22 años, no fue parte de ningún plan.

 

“Hay jóvenes que por no seguir estudiando deciden antes de llegar al 12 grado dedicarse a hacer negocios, porque creen que es mucho mejor que ir a la universidad a quemarse las pestañas.

 

“Yo no creo eso, para mí superarme es cuestión de dignidad. Así me lo enseñaron mis padres. Ellos me decían que debía esforzarme el doble física y culturalmente para ser alguien orgullosa de mí misma y para la familia. Ese espíritu me hizo levantarme cuando fallé en la prueba de ingreso.

 

“Entonces en 2012 escuché de un curso de gastronomía en la Asociación Culinaria de Guantánamo, y me incorporé enseguida, donde tras seis meses, obtuve el título de gastronómica integral.

 

“Al principio no encontré una ubicación, así que decidí aventurarme con los cuentapropistas y estuve en varios lugares, hasta que llegué aquí, la cafetería La Deportiva de San Justo”, recuenta.

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Sin embargo a Noralis no le bastaba con tener un buen puesto laboral, ella sentía que podía y debía hacer más, por eso y quizás también por cumplir con aquel compromiso que hiciera en noveno grado al recibir el carné de militante, fue que decidió reintegrarse a la UJC, como otros 105 militantes del sector privado en la provincia.

 

“Durante un tiempo estuve desvinculada de la organización, en parte porque tuve que repensar mi vida y además porque no hallaba donde ubicarme, pero apenas estuve en un puesto fijo, volví a la batalla justo en el Comité de Base del Centro de Alojamiento de Atletas y el estadio que me quedaba cerca y conocía.

 

“Actualmente soy la secretaria general y máxima responsable del mismo y la única cuentapropista. Somos 14 y la mayoría proviene del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Índer) en Guantánamo.

 

“Somos de distintos sectores y eso dificulta el trabajo del Comité de Base porque las inquietudes, problemas, contextos y el tiempo disponible en la rama estatal y particular difieren mucho, pero de lo que se trata es de encontrar algo común y hacer lo mejor partiendo de cumplir las tareas como trabajadores.

 

“En ese aspecto soy exigente con mis militantes pero más conmigo, porque la primera responsabilidad de un miembro de la UJC es con su trabajo, a mí por ejemplo, me toca atender los clientes agradablemente, ser paciente con sus quejas, evitar equivocaciones con pedidos o vueltos y siempre crear un ambiente confortable.

 

“Claro, no digo que somos el mejor Comité de Base, pero sí que creamos el tiempo para ser útiles, ya sea debatiendo sobre cómo mejorar la economía, de cómo combatir indisciplinas sociales o contribuir a formar valores en los estudiantes, o mediante trabajos voluntarios, como el realizado en Cajobabo, tras el paso del huracán Mathew y en el área verde de la Ciudad Deportiva…

 

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De futuro Noralis no habla mucho, dice que lo mejor es actuar en presente…

 

“Por eso no he abandonado mi deseo de ser universitaria, y ya estudio en el primer año de Derecho en el curso por encuentros en la Universidad de Guantánamo, donde espero obtener la licenciatura, así lo decidí.

 

“En función de ello comparto mi tiempo entre el estudio y el trabajo, sin dejar ninguno de lado, y me exijo mucho. A veces hasta traigo la libreta para acá y cuando no hay clientes en la cafetería me preparo para las pruebas. La carrera no es difícil, pero debo ser responsable para salir adelante y graduarme”

 

“A final esa es mi meta y mi mejor forma de agradecer a este país y a Fidel por lo que me han dado: ser una profesional respetable del Derecho”, concluye Noralis.

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