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La ciudad arde y la gente aligera las ropas, camina rosando las paredes en pos del mayor aprovechamiento del “hilito de sombra” dibujado en la acera. Abanicos, sombrillas, periódicos… cualquier cosa para “escapar” del implacable sol que pone agua, ríos y bebidas frías en la mente del guantanamero.

El “rubio” provoca alta fiebre ambiental, sobre todo en horas del mediodía; la gente teme hasta la convulsión terrena por exceso de temperatura y llega a conclusiones empíricas, porque de cada uno brota el experto en clima que el cubano lleva dentro, pero hablemos con uno de verdad: Rolando Baza Pacho, especialista del Grupo de Meteorología aplicada e ingeniero agrónomo.

rolando bazaRolando Baza Pacho ha dedicado gran parte de su vida a la meteorología aplicada. Fotos: Lilibeth Alfonso Martínez y Lorenzo Crespo Silveira

Año tras año, cuando llegan estas fechas, la gente empieza a quejarse del calor y más de un “meteorólogo de manigua” asegura que se han roto records de temperatura, ¿es así?

Para el pueblo, el año más caliente es el que se está viviendo, pero en realidad ni en lo que va de 2017, ni durante el anterior, tuvimos récord de temperatura absoluta, que además no dice nada realmente conclusivo sobre el calor.

Los récord absolutos, se miden en un momento determinado, que puede durar mucho o muy poco, y ocurren casi siempre en días en los que el sol incide directamente sobre la tierra y muy despejados, sin nubes que bloqueen la radiación. Curiosamente, si ese cielo limpio se mantiene, en esa noche puede registrarse una temperatura muy baja.

De hecho, en 2015, que fue el año más cálido de Guantánamo y de Cuba desde que estos valores se miden en el país, a partir de 1851, tampoco hubo récords de temperatura absolutos.

¿Quiere decir que es más sensitivo que real?

En principio, hay una diferencia entre la temperatura y la sensación térmica o sensación de calor, pues el primero es el valor real y el segundo es cómo nuestra piel lo percibe, que en Cuba, por lo general, es mayor debido a la alta humedad relativa, entre otros factores.

Pero el incremento de la temperatura, al margen de lo anterior, es un hecho tangible. De manera general, en las últimas tres décadas, hay un aumento sostenido de la temperatura media, que es el valor que realmente nos preocupa, por los efectos que puede traer a la sociedad, al mundo.

Ahora mismo, el registro medio anual de la estación de la ciudad de Guantánamo es 26.8 grados Celcius, un valor similar al de la Punta de Maisí, que es la estación que históricamente marca los mayores valores de las cinco existentes en la provincia.

Pero además, hasta 1990 la media regular de este municipio era de 25.6 grados, o sea que se ha incrementado en varias décimas, sobre todo, en los cinco últimos años. Y lo más preocupante es que todo esto ocurre en un periodo muy corto.

Este año, por otra parte, la temperatura como media ha estado por debajo de los registros históricos, excepto en mayo, cuando igualó el 26.1 promedio para ese mes, en el que tuvimos por cierto días muy cálidos, como el 25 y 26 de mayo, cuando se leyeron 34.8 grados Celcius en Guantánamo, 34.8 en Baracoa, y 34.5 en el Valle de Caujerí, por ejemplo.

¿Con qué redes contamos para mantener un control sobre la temperatura?

En estos momentos, tenemos conectadas a nuestras redes cinco estaciones, en Guantánamo, una ubicada en los predios de la Delegación provincial de la Agricultura, otra en Punta de Maisí; en el Valle de Caujerí en San Antonio del Sur; en Madre Vieja, Yateras, y en el Consejo Popular Jamal en Baracoa. Tenemos otras cinco, de ellas cuatro automáticas, pero todavía no tributan al sistema.

calor guantanamoLa sensación de calor en Guantánamo se incrementa notablemente debido a la alta humedad relativa, sobre todo, en los valles y costas. Fotos: Lilibeth Alfonso Martínez y Lorenzo Crespo Silveira

¿Y de estas, la que registra mayores valores promedio es la de Maisí?

Así es. Maisí tiene dos condicionantes muy fuertes. Primero, está ubicado en la franja sur del oriente, donde se localiza el llamado semidesierto cubano, y por otra parte, es una zona costera. Para esta fecha, de hecho, se están marcando 32.7 grados Celcius, que es mucho más de lo tradicional.

Pero de manera general, las temperaturas que miden nuestras estaciones se han ido incrementando progresivamente, pues cuando no se igualan, están muy cerca de los números históricos.

También hay una tendencia del incremento de la temperatura incluso en los meses que no son típicamente fríos.

Cuando se miran los registros, solo marzo y abril del pasado año tuvieron temperaturas ligeramente inferiores a sus medias. O sea, que en los meses que tradicionalmente hace más frío, fueron más calurosos que lo habitual. Diciembre, en específico, tuvo una temperatura promedio de 25.6, más de un grado que la histórica.

El resultado, que en esos días, en vez de ponerse un abrigo era necesario quitarse la camisa, para refrescar.

¿Cuál es la causa fundamental del incremento global de las temperaturas?

El incremento del calor en todo el mundo está causado por el incremento del por ciento de los gases de efecto invernadero.

Este es un fenómeno natural al que tenemos que agradecerle en principio que la tierra sea habitable, pues si no existiera, la temperatura del planeta sería 33 grados menor que la actual, y ahora mismo viviríamos una era glacial.

Se debe, específicamente, a la presencia de determinados gases en la atmósfera que evitan en primer lugar que los rayos del sol penetren con toda su intensidad a la superficie de la Tierra, pero a la vez reduce las pérdidas de calor.

El planeta funciona, entonces, como lo hace un invernadero. Solo que en vez de un techo de vidrio o acrílico, que deja pasar sin problema la radiación solar, pero le hace resistencia a la radiación de onda larga, que es la manera en la que los cuerpos celestes que no tienen luz propia pierden el calor; tenemos a estos gases, sobre todo el dióxido de carbono.

Por eso, mientras más gases de efecto invernadero se emiten, es mayor la trampa de calor y tenemos temperaturas mucho más altas.

La prueba más fehaciente de esto, es el comportamiento de las temperaturas mínimas, cuyo incremento año tras año es muy drástico, al punto de que aumentan casi dos grados Celcius.

¿Tiene consecuencias?

Las consecuencias son significativas. A veces las personas no le dan importancia a un grado más, pero la diferencia entre una era glacial y una templada es de cuatro o cinco grados Celcius.

En valores, por ejemplo, si en Guantánamo la temperatura habitual es de 25.8 grados y baja cuatro, aparentemente no es una gran diferencia, pero si disminuye en igual medida donde lo normal son nueve grados, la historia es bien diferente.

Supongamos que nos enfriamos cuatro grados, para continuar con el ejemplo. En ese caso, aumentan las áreas congeladas, y por supuesto el agua fría en los mares reduce el calor a nivel global, y cambia la circulación general de la atmósfera.

Si en vez de decrecer, sube tres décimas, hay un aumento del nivel del mar como resultado del descongelamiento de las capas de hielo en los casquetes polares, y muchas zonas bajas quedan sumergidas, de modo que se trasladan tierra adentro las líneas de costas. Al aumentar el nivel de los oceános, el espejo de agua es mayor y eso mismo beneficia un mayor aumento del calor global.

Ahora se habla mucho de sequía, ¿guarda relación con el aumento del calor?

En cualquiera de sus formas, hidrológica, agrícola o meteorológica, el factor común de la sequía es el déficit de humedad. Pero si a la escasez de lluvias le sumamos el aumento de la evaporación, entonces esta es más profunda y agresiva.  

¿Qué pasa en Guantánamo? Llueve poco, menos de mil milímetros (mm) en un año, pero es de las regiones con la más alta evaporación de Cuba. En Caimanera, por ejemplo, que es el municipio donde menos llueve en el país, el promedio de precipitaciones es de 646, mientras que la evaporación nunca es menor que los 2 mil mm.

Ahora, se mide diferente la evapotranspiración, que registra la pérdida de humedad del suelo y la transpiración de las plantas, para evaluar la sequía agrícola. Esta, menor que la evaporación, también se incrementa cada mes en unos 100 mm, mientras la lluvia tiende a mantenerse, o a disminuir.

La relación entre el agua que cae y la que se evapora, es lo que determina las características de una zona climática, cuando la lluvia es inferior a la pérdida de humedad por evapotranspiración, como sucede en la franja costera sur de Guantánamo, entonces se habla de una zona semiárida que, por cierto, va en aumento, y ya colinda con la parte sur de la ciudad del Guaso.

Por eso es tan importante para nosotros trabajar más para reducir las emisiones de dióxido de carbono.                             

¿Qué podemos esperar este año? ¿Seguirá la “fiebre” en el Guaso?

El comportamiento, en lo que resto del año, debe ser similar a los primeros meses, con una fuerte influencia anticiclónica oceánica, que provoca más calor y escasas lluvias. Y se van a mantener así, si no hacemos algo.

calor temperaturaLa tendencia indiscutible de la temperatura, en los últimos años, es al incremento. Fotos: Lilibeth Alfonso Martínez y Lorenzo Crespo Silveira 

Diferencias entre calor y sensación térmica

“La sensación térmica es la temperatura que percibe la piel del ser humano teniendo en cuenta la humedad relativa del ambiente, el contenido de agua en forma de vapor que se encuentra en la atmósfera.

“Este lunes, por ejemplo, la temperatura era de 35 grados Celcius, pero con una humedad relativa de 45 por ciento, se percibían 40 grados.

“De manera general, la humedad relativa es muy variable en la provincia. Las más altas, están en los Valles, sobre todo el de Guantánamo, pues el aire caliente penetra por el sur y se queda atrapado entre las montañas. En las costas, el vapor en el aire también es alto, pero la sensación puede reducirse gracias a las brisas.

“También cambia con las horas. Al mediodía, aquí la humedad puede estar entre un 40 y un 60 por ciento. También es significativa en las noches, de modo que si las temperaturas son altas, las sensación de calor también lo será”.

“Los vientos también influyen. Cuando hay viento y hacen menos de 32 grados, reduce la sensación térmica, pero si esta es mayor, la aumenta en dos grados, aproximadamente.

“Otra variable es la nubosidad. Las nubes funcionan como un invernadero, reteniendo el calor.  

Raúl del Olmo Juan, meteorólogo del Centro provincial de Meteorología