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estudiante escuela especial caimaneraElvis Castro Guerrero, estudiante de la escuela especial Julio Antonio Mella de Caimanera le apasiona el deporte. Foto: Raisa Martin Lobo

A Elvis Castro Guerrero le brillan los ojos al recordar los resultados alcanzados, tras mucho esfuerzo, en las Olimpiadas Especiales Nacionales, celebradas en mayo de este 2015 en la provincia de Ciego de Ávila.

“Practiqué mucho, por eso me alegró tanto el tercer lugar en tenis de mesa. Ahora me preparo para la próxima competencia, pero a nivel provincial, donde espero obtener buenos resultados”, dice orgulloso.

Además asegura que se “defiende” en atletismo y confiesa que su gran pasión es el deporte, por eso quiere esforzarse para ser un buen deportista.

Igualmente le gusta incursionar en la artesanía en el tiempo libre y ayuda a su madre Dora en la confección de trapeadores, escobas, alfombras y otros útiles del hogar.

Elvis tiene 16 años, y también se prepara en su centro educativo para ser un buen panadero en la escuela para estudiantes con discapacidad intelectual Julio Antonio Mella de Caimanera, en donde cursa el noveno grado.

Allí 82 alumnos, 33 internos (procedentes de las comunidades Hatibonico, Boquerón y Cayamo), 43 seminternos y 15 externos reciben atención especializada.

“Un personal capacitado, compuesto por maestros, psicopedagogo, logopeda, bibliotecarias, auxiliares pedagógicas y personal de apoyo a la docencia, atienden a los 74 estudiantes con retraso leve y 8 moderado”, explica René Rojas Revilla, director del centro.

La escuela con 10 grupos desde la enseñanza preescolar hasta el noveno grado, tiene 4 talleres, en los cuales, a partir de los 12 años los educando aprenden oficios como peluquería, albañilería, artesanía, técnica agropecuaria, y otros, que le permiten ejercer como cualquier ciudadano el derecho a un trabajo.

director escuela especial caimanera“El costo de la educación mensual de un estudiante con necesidades de atenciones especiales es de 33 mil cuc, y en Cuba reciben la educación gratuitamente”, explica René Rojas Revilla, director del centro. Foto: Raisa Martin Lobo

“En estos momentos tenemos 13 educandos que terminaron y están en preparación intensiva laboral, esperando los 18 años para ser ubicados en un centro, según el oficio que aprendieron en la escuela. Después de salir de aquí no se quedan desamparados”, dice Rojas Revilla.

“Además una enfermera vela por su salud diariamente y reciben la consulta de médicos, estomatólogos, dermatólogos”, agrega

Los estudiantes disfrutan del acceso a la cultura con dos instructores de arte que impulsan junto a los niños proyectos como el Mella Tun Tún, compuesto por varias manifestaciones artísticas y vinculado a la Casa de Cultura de Caimanera, que no se queda en la escuela, pues convoca a los vecinos y toca la puerta de otros discapacitados caimanerenses.

Otra muestra del trabajo en la escuela lo avalan los premios alcanzados a nivel municipal y provincial con obras de teatro como el Cochero azul, en el que desbordan los educandos la imaginación y se les permite crear; o los tres trabajos que compiten a nivel nacional en el concurso Leer a Martí.

Y como Elvis, otros estudiantes han participado en juegos escolares especiales en el municipio, provincia y a nivel de país, en deportes como badminton, natación, tenis de mesa, atletismo, voleibol de playa, baloncesto, con relevantes resultados para el centro.

La enseñanza especial en Caimanera, una obra de amor en el municipio limítrofe con la ilegal base naval norteamericana enclavada en territorio guantanamero tiene alrededor de 35 años y, en la Julio Antonio Mella, estudiantes como Elvis, se preparan para la vida y sueñan su futuro.