En el municipio de Baracoa a cada tradición musical, culinaria y deportiva, parece corresponderle un festival. Sin temor a exagerar -enumero-, se realizan más de 30 durante todo el año, en su mayoría programados en fecha veraniega.
Desde las comunidades más intrincadas hasta el mismísimo centro de la ciudad, en cualquier sitio se puede “armar la rumba”, sobre todo, si se combina la alegría de la gente con la belleza natural de los campos y playas, el buen clima (caluroso, por estos días) o el misticismo propio de una urbe de cinco siglos.
La razón es, dice el primer vicepresidente del Consejo de la Administración Municipal (CAM) Eduardo Zorrilla Romero, “que una buena manera de defender la identidad del territorio son las opciones recreativas y ofertas gastronómicas que van desde lo tradicional hasta lo contemporáneo, para todas las edades y preferencias”.
En la presente etapa estival, entre las primeras propuestas estuvo el Festival de La Farola, del 5 al 8 de julio, que incluyó competencias en chivichana, juegos deportivos, presentaciones artísticas y exposiciones de platos típicos, mientras el Leche Kortada, auspiciado por la Asociación Hermanos Saíz, reunió a los seguidores de la música electrónica del 17 al 19.
Para el mango, la almendra, el coco, el guineo, los mariscos, el tetí, la yuca y los dulces también hubo festivales en el mes de julio, mientras Balseros del Toa, habitual competencia de velocidad en ese popular medio de transporte acuático, fue fijada para el 4 de agosto, pese a las labores constructivas que tienen lugar en el puente. En desarrollo hasta el día 15 está la Fiesta de las aguas.
Esas actividades, explicó Zorrilla Romero, “forman parte de un esfuerzo gubernamental por garantizar a los residentes y visitantes de Baracoa un buen periodo vacacional.
“Para lograrlo, han trabajado de conjunto con el CAM, las direcciones municipales de Cultura y Deportes, cuyas propuestas artísticas, de juegos y recreación sana, han constituido el centro de las actividades, siempre pensado desde la comunidad”, agregó.
En este sentido, se han habilitado áreas de veraneo cercanas a ríos y playas con equipos de audio, juegos de participación y otras ofertas recreativas. Duaba, Maguana, Manglito, Yumurí y, por supuesto, el área central, en las cercanías del estadio, reúnen cada día a cientos de vacacionistas.
Como punto débil la gastronomía, abastecida con productos de elaboración local (bocaditos, croquetas, refrescos), cuya variedad y cantidad no satisfacen la demanda.
No obstante, Yoan Sáenz Sotolongo, de Guantánamo, Anisleydis Castellano, que llega a Baracoa desde Imías, y la local Leyanet Cantillo Turro, agradecen esas opciones para divertirse, porque le dan vida a las playas y atraen mayor cantidad de personas, sobre todo, en las tardes.
En el caso de los pequeños de casa, refiere Irema Rodríguez, quien reside en el propio centro de la ciudad, que “entre las buenas experiencias se puede citar la programación para niños que los sábados en la mañana propone la Terraza de Artex, así como la reapertura del parque infantil, a inicios de las vacaciones”. Aunque, llama la atención, sobre la cerca perimetral, pues “tiene una solución parcial que puede afectarse en cualquier momento y ocasionar que cierren otra vez el sitio”.
Esa instalación y el Zoológico municipal -abierto al público todos los días- fueron reanimados tras los daños del huracán Matthew en octubre pasado.
Para los jóvenes el proyecto Tarima, novedad este año, ofrece la presentación de artistas aficionados, juegos deportivos y la gastronomía, siempre en el área del malecón.
En tanto, La Terraza, de la agencia de promociones culturales Artex, el Rapidito, la cafetería de La Punta, el Dancing, el restaurante 485 y otras instalaciones recreativas, funcionan en sus horarios habituales. En esos centros nocturnos, propone Mirelis Hernández, “deben pensarse mejores propuestas culturales y de entretenimiento, que los haga espacios más atractivos y respondan a las demandas culturales de todo tipo de público, incluso los más exigentes”.
“Yo diría que el verano durante la primera etapa, en julio, cumplió con lo previsto”, sentencia el vicepresidente Eduardo Zorrilla, y asegura que “mucho más queda por venir, pues las celebraciones del aniversario 506 van a buenas, o mejores, que lo hecho hasta hoy”.