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duaba campismo baracoaParaíso dentro del bosque a solo seis kilómetros de la Ciudad Primada.

Tania Velázquez Matos, una de tantas guantanameras ausentes, recibió en su Bayamo residencial la noticia de Granma en 26 y decidió festejarlo no solo en su natal provincia, sino en “...la más hermosa cosa del mundo...”, como definiera Cristóbal Colón a Baracoa aquel lejano 27 de noviembre de 1492, cuando la descubrió.

“Arden” las calles y, junto a muchos vacacionistas, aceptó la invitación del Campismo Popular, sin esperar el inicio oficial de la temporada veraniega (29 de junio-31 de agosto). Marcó como refugio la paradisiaca Duaba, sembrada en el bosque y bañada por el cauce homónimo, cristalino, de inquieta y refrescante corriente.

Veintiuna confortables cabañas abrieron sus puertas a 84 campistas en la primera mitad de la semana (lunes a jueves) a la que sigue cada vez el segundo arribo de excursionistas de jueves a domingo.

“Mucho me habían hablado de este sitio, pero la realidad supera lo contado ¡qué río!, ¡qué trato!, ¡cuántas atenciones! ¡Y qué decir del confort de las habitaciones!, en su mayoría climatizadas y con televisor, de excelente acabado constructivo y armónica inserción en el bosque, con respeto a la naturaleza y excelente trazado de los pasillos y su jardinería” -comentaba la guantanamera-bayamesa mientras disfrutaba de un refrescante chapuzón vespertino.

duaba campismo baracoa2Variadas son las ofertas recreativas para los usuarios, acrecentadas en los meses veraniegos.

“Esto es campiña, pero no se sienten los insectos… parece que a los mosquitos no les hacen reservaciones…” -apuntaba con el gracejo del cubano y elogiaba la calidad humana de los trabajadores y de los jóvenes (muchos médicos) que, esta vez, compartían espacios y recreación, sin imaginar el protagonismo y la historia de solidaridad que escribirían horas después en el campismo.

Son 27 los trabajadores, “todos somos uno -asegura Noris Silot Galano, la carpetera, y subraya “la armonía del colectivo guiado por Félix Laffita y Evangelio Delfino, “el uno y el dos”, traducida en buen servicio de restaurante, con platos de excelente factura, variadas ofertas de cafetería; opciones de contacto con la naturaleza y animados shows participativos cada noche.

Duaba, para quienes se daban cita esta vez, es la preferida de los vacacionistas, pero no la única. A pocos kilómetros compite El Yunque, también bañada por el caudaloso río y escoltada como aquella instalación por la “montaña alta y cuadrada que parece Isla”, tal y como definió “El Almirante de la Mar Oceana a la “pirámide trunca” en su diario de navegación.

Ambas bases guardan tesoros como “La Cascada”, exclusiva charca del caudaloso Duaba, yakusi natural donde el cuerpo recibe de las aguas el masaje que ningún fisoterapeuta pudiera aplicar.

Yacabo Abajo y Cajobabo, en Imías, completan las cuatro instalaciones para campistas en Guantánamo, las cuales acogerán miles de clientes-días en la temporada veraniega, quienes ya se adelantan y proclaman ¡Vívelo!, reiterada invitación del lema veraniego.

duaba campismo baracoa3El Duaba, principal atracción en estos días de intenso calor.

duaba campismo baracoa4Tania, al centro, asegura que repetirá la visita: "!Qué campismo,qué río!"

duaba campismo baracoa5La corriente fluvial invita a la práctica del clavado.