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baracoa aulas alternativasAlain Moisés Reyes Matos y Mélani Solanch Gámez, alumnos de segundo grado del Seminternado Rodney Coutín Correa. Fotos: Leonel Escalona Furones y Dayana Natacha Romero Rodríguez

En la calle Calixto García número186A, en la barriada de El Paraíso en la ciudad de Baracoa, se ubica una casa muy llamativa por estos días, pues fue de las pocas que salió ilesa allí a la embestida del huracán Matthew.

Sin embargo, no es su fortaleza lo que hoy la distingue, sino el ir y venir de alumnos, maestros y padres cargados de materiales escolares, que transitan por el inmueble devenido aula.

Como este hogar, el ubicado a unas cuadras, en la casa número quince de la calle Benito Oliveros, acoge en su interior a pequeños y simpáticos niños del Seminternado Rodney Coutín Correa, de la Villa Primada.

Otras cuarenta y una viviendas distribuidas en todo el territorio baracoense, funcionan también como aulas alternativas ante la inexistencia de locales por las afectaciones que sufrieron los centros educacionales.

El cubano siempre se las arregla ¡y de qué manera! Su ingenio y capacidad para encontrar alguna solución a los problemas -por más difíciles que estos sean- no tiene límites. Se buscan opciones y fueron estas, las casas de familia, las que estos baracoenses encontraron para dar continuidad al curso escolar.

baracoa aulas alternativas2“En las mañanas recibe clases el grupo de Fernanda, mi hija menor y en las tardes el de Mélani. La casa funciona durante todo el día como una escuela”, Mayeley Cobas Guzmán madre que brindó su casa como aula. Fotos: Leonel Escalona Furones y Dayana Natacha Romero Rodríguez

En busca de soluciones…

“La idea de hacer un aula aquí en mi casa se me ocurrió para que los niños y yo no siguiéramos perdiendo clases -comenta la pequeña Mélani Solanch Gámez Cobas alumna de segundo grado-. Le dije a mi mamá: ¿Por qué no hablas con el director para que permita que mi hermana de clases por la mañana en la casa y mi aula a la una de la tarde? Mi mamá aceptó, habló con él y todo resultó bien”.

La vivienda de esta pionera se ha convertido en un colegio. Su madre Mayeley Cobas Guzmán –mientras sonríe- comenta su experiencia. “En las mañanas recibe clases el grupo de Fernanda, mi hija menor y en las tardes el de Mélani. La casa funciona durante todo el día como una escuela.

“Para mí es un orgullo verlos dando clases y saber que no se van a atrasar. De mi parte no hay ningún problema, pueden estar el tiempo que sea necesario”, agrega.

Miguel Matos Díaz, abuelo de un alumno de segundo grado, se acercó a la máxima instancia de la escuela “para saber la situación que había, dónde iban a dar clases los alumnos, pues en la escuela aun hay familias evacuadas.

“Así que decidí abrir un aula para que dieran clases mi nieto y sus compañeros, y no se atrasaran en los contenidos. Creamos todas las condiciones para su estancia”, relata.

Las 43 aulas alternativas que funcionan en estos momentos en Baracoa constituyen un paliativo a las afectaciones que sufrió el sector educacional en ese territorio, donde se contabilizan daños en 119 instituciones educacionales, de ellas nueve derrumbes totales.

baracoa aulas aternativas3Las aulas alternativas constituyen un paliativo a las afectaciones que sufrió el sector educacional en Baracoa. Fotos: Leonel Escalona Furones y Dayana Natacha Romero Rodríguez

El curso no se detiene…

Una vez que reabrieron las aulas el 17 de octubre, se tomó la decisión de reordenar los contenidos para de este modo recuperar las clases perdidas y cumplir con el programa concebido para los diferentes niveles de enseñanza.

En el caso del Seminternado Rodney Coutín Correa, informa su secretario docente Miguel Ductog Ramírez, “se garantiza la docencia del ciento por ciento de la matrícula, tenemos 32 niños que están de tránsito en otras escuelas, posibilidad que se ha dado por la situación en la que nos encontramos”.

Este centro docente cuenta con una matrícula de 797 escolares distribuidos en 29 grupos, de estos últimos 16 radican en la propia escuela, ocho en casas de familia y cinco en instituciones del Estado. Al mismo tiempo, este sitio opera como centro de evacuación.

“Se reajustaron los programas y las horas clases de acuerdo con el contenido que tiene previsto cada grado. Se tomaron las horas de reserva ajustándose de tal modo que los alumnos puedan terminar el curso en el tiempo previsto”, añade el secretario.

En tanto, cuenta Yadiannis Destrade Rodríguez, maestra del grupo Segundo cinco que imparte clases en casa de un estudiante: “Hicimos un rediseño del programa antes de reiniciar con las clases, los niños este año se enfrentan por primera vez a prueba final y no se pueden atrasar. Estoy contenta de seguir impartiendo las asignaturas pese a las afectaciones que he sufrido por el fenómeno meteorológico”.

“Hemos fusionando los contenidos como parte de la reorganización del programa de estudio. A pesar del contexto que estamos afrontando, creo que avanzamos -afirma el maestro Rodolfo Laffita Silot-, es una experiencia única. Los pequeños aprenden, aunque creo que no es con la misma calidad que en el aula de la escuela donde están todos los medios”.

baracoa aulas alternativas4Estos pequeños de segundo grado, aun en este nuevo espacio donde los situó la contingencia, conservan la energía, la exaltación y la viveza propia de su edad. Fotos: Leonel Escalona Furones y Dayana Natacha Romero Rodríguez

A pesar de todo, una sonrisa…

“Me agrada que todos mis compañeros estén aquí en mi casa y quisiera que se quedaran por mucho tiempo. Mi familia se siente alegre de que yo reciba las clases aquí, me felicitan cuando la maestra me manda y respondo bien o cuando saco excelente”, explica Alain Moisés Reyes Matos, de Segundo cinco.

En tanto Mélani Solanch confiesa: “Estamos dando clases en mi casa y yo me siento muy bien con mis compañeros. Me gusta como enseña mi profesor, él es muy bueno, amable, es como mi papá”.

Al mismo tiempo que cuenta cuán a gusto se siente con sus amigos, el rostro expresivo de esta pequeña, se entristece y baja la mirada. “A mí me duele que a uno de mis amiguitos el mar le haya llevado los libros y la mochila, pero nosotros lo estamos ayudando en el aula y el profesor le va a conseguir los libros que le faltan”.

A pesar del desastre todo parece indicar que el curso avanza viento en popa. La madre Mariem Hernández Jardines trasmite su percepción: “Ellos están recibiendo todas las asignaturas. En los contenidos van de acuerdo con el plan de estudio, soy maestra por tanto le reviso la libreta y noto que están aprendiendo”

Diminutos pero sabichosos, estos infantes gustan de las matemáticas, la lectura y El mundo en que vivimos; conservan la energía, la exaltación y la viveza propia de su poca pero tierna edad. Aunque no estén dentro de la escuela, reciben la merienda que la asistente educativa, desde cualquier punto de la localidad, recoge y distribuye cada mañana.

Extrañan sí, sus espaciosas aulas, los laboratorios de computación, su plaza para formar y realizar las actividades físicas recreativas, y hasta los compañeros de otros grupos y años de estudio, pero aun en este nuevo espacio donde los situó la contingencia, se muestran radiantes y risueños, como si no hubiesen vivido aquel terrible día de octubre.

Alegría de unos, preocupación de otros…

Sin embargo la alegría de salir temprano de clases es también la preocupación de muchos padres. “Hay aceptación con el trabajo que se está haciendo, solo hay un inconveniente: los niños reciben una sola sesión y en consecuencia sus progenitores no pueden cumplir la jornada de trabajo por recogerlos a medio día. Algo que ocurre a la inversa con los que dan en la sesión de la tarde”, reconoce Ductog Ramírez.

La madre Mariem Hernández expresa también su preocupación: “Mi niño se siente bien. El problema es para mí porque tengo que llegar tarde al trabajo. Soy maestra, debo traer muy temprano a mi niño para luego irme a laborar, en el seminternado lo dejaba tempranito pero ahora me da pena. Luego tenemos que pedir permiso para recogerlos a las 11:30 am”.

Lo cierto es que esta opción resuelve un problema, pero crea otros. No obstante, esta situación es transitoria, una vez que el seminternado cese sus funciones como centro de evacuación volverán a inundarse de sus colegiales los pasillos y locaciones del Rodney Coutín.

Otra de las problemáticas latentes es que existen materias que algunos estudiantes no reciben por recibir contenidos en una sola sesión “El horario de la tarde para ellos es importante porque dan otras asignaturas como Educación Física, Computación, Educación Artística, o sea, disciplinas que complementan su formación y que no están recibiendo”, trasmitió algo inquieta Hernández Jardines.

Al respecto Ductog Ramírez precisó: “El mayor problema estaba con los turnos que ocupan los especialistas, sin embargo en cada uno de los locales de trabajo se ajustan de forma tal que estos roten y los alumnos reciban las clases de computación, plástica, música y todo lo establecido en el programa”.

En la misma medida en que se han organizado los horarios para recibir las asignaturas propias deberán de tomarse alternativas para que todos los estudiantes puedan recibir las curriculares, las cuales contribuyen a su formación integral y desarrollo como individuos, además de ser de gran atractivo y aceptación en muchos escolares.

A pesar de todo…

Frente a las adversidades, el mayor mérito para la educación cubana, en este caso en Baracoa, es que el curso escolar ha seguido adelante, gracias al esfuerzo de profesores, directivos, personal de los servicios y familiares que brindan sus hogares como sitios alternativos para la enseñanza.

Lo cierto es que estas llamadas aulas alternativas resuelven coyunturalmente un gran problema, Matthew demostró que podemos crecernos antes las dificultades, que la solidaridad siempre nos caracterizará y que la obra educativa será siempre la prioridad aun en situaciones de contingencia.

 

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