En la mañana de hoy murió el destacado escultor guantanamero Ángel Íñigo Blanco, creador del mundialmente famoso Zoológico de Piedras, ubicado en el municipio de Manuel Tames.
Según fuentes oficiales murió por causa de una insuficiencia respiratoria aguda.
Sin ninguna formación profesional, Íñigo le dio forma a las piedras y esculpió más de 400 obras. Miles de visitantes se sumergen en una selva tropical hecha a base de golpes de cincel por este campesino con alma de escultor.
Nacido el 25 de diciembre de 1935, desde los cinco años mostró gran inclinación por el modelado de figuras, fundamentalmente animales, llamando la atención de vecinos y profesionales de aquel entonces.
Salieron de sus manos una tribu de aborígenes, leones, elefante, conejos, serpientes, caballos, rinocerontes, ranas, entre otros animales que han sido admirados por personalidades, intelectuales y turistas que han llegado hasta allí para disfrutar de esa maravilla del arte.
Su creador confesó que hizo todo con amor, aprovechando la exuberante vegetación de los parajes de la zona, donde siempre se inspiró, aunque, moldear la piedra no fue tarea fácil. Su hijo Ángel siguió sus pasos y continúa la obra del padre.
Ángel Íñigo Blanco alcanzó varios reconocimientos, tales como el diploma de profesor emérito de la escuela de artes de Guantánamo, la medalla Raúl Gómez García otorgada por el Sindicato de la Cultura, fue miembro de la UNEAC desde 1987, entre otros.
Su obra es reconocida como patrimonio cultural por su valor histórico y social desde 1985 por el Ministro de Cultura, al ser única de su tipo en el mundo.
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