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1Rafael PupoEn el barrio comienza la vida de todos, afirma Rafael Pupo Castañeda. Por ello los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) deben retomar las ceremonias de bienvenida cuando llega un nuevo miembro a la comunidad, de esa forma –asegura- se atraerá a la familia a la gran organización.

Desde pequeño participaba junto a los padres en todas las actividades que convocaban en la zona. "Cuando vi el trabajo que hacían los dirigentes de mi cuadra con los vecinos, también me motivé por contribuir y a los 14 años ocupé el cargo de activista", comenta.

Precisamente por su contribución a la comunidad, la Asamblea Municipal del Poder Popular decidió declararlo hijo ilustre de Baracoa, y conferirle la Llave de la Ciudad, el 15 de agosto de 2014.

"Cuando subí al estrado a recibir el reconocimiento, que me compromete aún más con Baracoa, dediqué las primeras palabras de agradecimiento al pueblo, protagonista real, debemos recordar que no se triunfa solo", comenta quien nació hace 52 años en el también guantanamero municipio de El Salvador.

"Los logros, sin embargo, no deben auto adjudicarse, hay que ser humilde y reconocer que muchas personas son las que contribuyen a las realizaciones personales, y lo primero es reconocer al pueblo", reitera.

"Muchas personas bromean al decirme que con La Llave puedo abrir todas las puertas que quiera, cosa hecha desde antes, con mi entrega y trabajo desinteresado durante más de 22 años, por compenetrarme con las personas... Hay que ser comprensivo con los problemas de la gente, sin tapar lo mal hecho", describe su fórmula para ganar la estimación de los demás.

"Como cederista recogí materias primas, atendí cargos de saneamiento de áreas, economía, vigilancia... primero a nivel de cuadra, hasta que me designan como reserva de cuadros de los Comités en el municipio...", cuenta el actual organizador del CDR No. 4, de la zona 25 Camilo Cienfuegos, ubicado en Vega Larga, Cabacú.

Los méritos no se heredan se ganan

Al concluir el Servicio Militar Activo, comenzó la vida laboral en el Estado Mayor de las FAR en la provincia. Llegó a Baracoa y laboró siete años como trabajador civil de la Defensa, cumplió misión internacionalista en la República de Angola, y al regresar continuó en esa labor, sin desligarse de sus responsabilidades cederistas, primero como orientador y luego ideológico en el municipio.

"Pasé por varios departamentos, rotar tanto me enseñó a trabajar, a ganar experiencia y conocer cómo involucrarme satisfactoriamente con la masa. Logré que mis dirigentes de base cumplieran las orientaciones con calidad", explica.

"Exigir es bueno, pero hacerlo con ejemplo es mucho mejor", asegura Pupo. "Para eso hay que ser el primero, así soy yo, me gusta predicar con el ejemplo para que la gente crea en mí. Los cuadros de cualquier nivel debemos ser protagonistas y catalizadores en la comunidad.

"Las indicaciones a cumplir son precisas, pero las iniciativas no las envían del nivel superior, sino que son nuestras", alega.

Actualmente administrador de la dependencia interna, en el Poder Popular baracoense, Pupo recuerda que, en su condición de cuadro municipal de los CDR, la coordinación local de la organización lo enviaba a cumplir tareas en los diferentes consejos populares de la localidad.

Pupo Castañeda reconoce que los tiempos cambian, pero señala convencido que las personas siguen ahí, y que los valores no están perdidos "Me duele escuchar cuando alguien dice que los CDR no funcionan.

"Cuando vienes a ver ¿quiénes lo integran?, pues todas las capas de la sociedad y si la organización según ellos no va bien, entonces nosotros que la conformamos tampoco", asegura, quien se contó en tres ocasiones entre los cuadros más destacado del país, y participó en el quinto, séptimo y octavo congresos de los Comités...

"En la comunidad -asegura convencido- somos los encargados de dirigir al militar, al estudiante, al desempleado, al recluso... a todos, responsables de integrarlos en sociedad y estimularlos.

"El mejor reconocimiento es el de la comunidad con toda su gente. No debemos esperar los actos para el estímulo moral", precisa efusivo y agrega que siempre convocaba a la masa sin prometerles nada.

Enamorado de Baracoa
Dicen los baracoenses que luego de los visitantes mojarse en las aguas del río Miel es imposible que puedan abandonar la Villa, y Pupo Castañeda, no escapó del apotegma: "De Baracoa me cautivó su naturaleza, la autenticidad y sentido de pertenencia de su gente", comenta, quien también recibió la moneda 500 aniversario.

La familia la considera lo primero y señala sin ambages: "mi esposa siempre tiene alguna idea para desarrollar en el barrio, preparando actividades; lleva 19 años de coordinadora de zona; y de mis tres hijos, la hembra ocupa cargos en el CDR infantil", resalta.

"En Baracoa estoy aplatanado, como dice mi gente, es donde me gusta estar... y más ahora, tras declararme uno de sus hijos ilustres".