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payaso tolitoPayaso Tolito listo para divertir a infantes y adultos con sus ocurrencias. Fotos: Jasier Frank Mesa Pelegrín “Jacho” y cortesía del autor

La risa es tan necesaria para la vida como un abrazo o un beso y en el mundo hasta existen formas terapéuticas de usarla en beneficio de la salud. Además, se considera una forma de liberar las tensiones frente a las dificultades.

Precisamente, la risa forma parte de la vida diaria de Harold Manuel Mejías Alfonso, que se desempeña como payaso en el grupo de variedades de circo Carpandilla. Él considera que, aunque el término se pueda usar como burla, su trabajo es muy serio.

Vocación

Desde muy pequeño, tenía cierta inclinación hacia el mundo del arte. En la escuela hacía algunas cosas propias de los matutinos de primaria y secundaria básica, incluso estuve en un grupo musical, sin cantar, más bien haciendo percusión, desde entonces sentía la necesidad de estar frente a un público.

En aquella época aún no estaba claro de qué era lo que más me gustaba, si la actuación, la música o las artes plásticas, y terminé graduándome en el 2004 de esta última especialidad en la Escuela de Instructores de Arte (EIA) de Guantánamo.

Desde mi tiempo en la Escuela participé en numerosos espacios que se hacían allí y cuando comencé a trabajar integré una agrupación de los propios instructores llamado Fénix, que pertenecían a la Brigada José Martí y luego pasé a formar parte de Opsis Teatro, del que soy fundador. Trabajábamos con zancos y hacíamos música en vivo, característica de esa agrupación que hace teatro de calle.

Luego de terminar mi servicio social y durante una Cruzada teatral Guantánamo-Baracoa, algunos especialistas se interesaron en el trabajo que estaba haciendo y me propusieron que me sumara al movimiento de las artes escénicas.

Ahí fue cuando decidí dedicarme enteramente a la actuación y comencé a trabajar para los niños en el Guiñol, como integrante del Grupo Teatro Ríos.

Cuando nació el payaso

El teatrero español Jesús Jara, en su libro El clown, un navegante de las emociones, dice que todos llevamos un payaso dentro, así que puedo decir que siempre estuvo esa curiosidad en mí.

Me interesé por su vestuario, el maquillaje, que tiene un poco que ver con las artes plásticas, y cuando realicé un par de trabajos como payaso en Ríos, supe que quería dedicarme a eso, lo cual logré al integrar el grupo de variedades de circo Carpandilla, en el 2011.

Fue un cambio radical. Comencé a estudiar el tan difícil arte de ser payaso, incluso sigo investigando porque hay tanto que se puede hacer y conocer sobre esta faceta de la actuación.

Así nació Tolito, que es como se llama mi personaje. Escogí ese nombre gracias a una sugerencia de un amigo, pero me gustó porque el diminutivo hace alusión a los niños, a lo pequeño. Además porque parece que dice, de una manera graciosa que está “todo listo”.

payaso tolito2Harold Manuel Mejías Alfonso: “Ser payaso no es solo llevar el atuendo correspondiente, es saber transmitir alegría y enseñanza en cada presentación”. Fotos: Jasier Frank Mesa Pelegrín “Jacho” y cortesía del autor

Preparación

Toda obra parte de un guión, pero lo que nos diferencia en este caso es que podemos ser espontáneos e improvisar mucho según las reacciones del público, ellos también te guían hacia donde debes enfocar tu actuación.

Para hacer malabares, magia y montar el monociclo hay que tener alguna instrucción, por supuesto, pero aquí en Guantánamo no encontré a nadie que me enseñara, así que me puse a estudiar y a practicar por mi cuenta. Me di unos cuantos porrazos pero con el tiempo aprendí.

La máscara del payaso

Todo actor se desdobla cuando hace un personaje y nosotros no somos la excepción, pero en ocasiones se hace difícil, como cuando vamos a un hospital y actuamos para niños y familiares que tienen situaciones muy serias.

En esos momentos guardo mis problemas en la maleta de payaso y salgo a brindarles lo mejor de mí, aunque luego vuelva a recoger lo guardado. Y veo en el rostro de esas personas que por un momento dejan de pensar en lo que les pasa y logran distraerse. Eso es muy reconfortante.

Cuando pasó el huracán Matthew por Guantánamo fuimos a Maisí, Imías, San Antonio del Sur y varias comunidades rurales de la provincia, y pude ver como las personas dejaron a un lado la situación que están viviendo y lograron divertirse por un rato.

Muchos dicen que el payaso es ridículo, es tonto, pero yo no lo veo así, sino que es como un espejo, son desprejuiciados y las personas pueden ver reflejadas las situaciones que no son capaces de admitir por miedo a que se burlen de ellas, pero yo sé que todos hacemos de payaso alguna vez.

Presentaciones

Junto al grupo de variedades de circo Carpandilla, tenemos un espacio en nuestra sede del Teatro Campanario de Guantánamo, donde nos presentamos dos fines de semana todos los meses.

También hemos estado en la Brigada de la Frontera; participamos en el Tercer taller de payasos que se hizo en Las Tunas; en el 6to Festival Internacional de payasos en honor a Erdwin Fernández (Trompoloco) y el evento Magia de Abril en Granma, además de funciones en los teatros Guiñol y Guaso, y en varias comunidades guantanameras.

Retos

Los niños de hoy son más difíciles de hacer reír, quizás porque desde pequeños se enfrentan a las tecnologías que no tuvimos en otros tiempos y queman etapas, y pierden la inocencia.

Lo que sí vale la pena intentarlo, uno se sacrifica todo lo que puede para alegrar su vida, para crearles un mundo de fantasía donde ser felices, porque ellos son nuestra razón de ser.

Recuerdo que en una función tenía que hacer de contorsionista y luego caer de lado todo enredado por mis extremidades, pero ese día pusieron una silla donde antes lo hacía desde el suelo y al caer me fracturé la clavícula.

Ahora lo digo riendo pero fue muy doloroso y tuve que aguantar con la sonrisa en la cara hasta que me sacaron del teatro sin que el público se diera cuenta.

payaso tolito3Harold Manuel se desempeña como el payaso Tolito en el grupo de variedades de circo Carpandilla. Fotos: Jasier Frank Mesa Pelegrín “Jacho” y cortesía del autor

Es muy difícil para alguien que realiza este trabajo conseguir los aditamentos que llevan los personajes, muchos piensan que ponerse colorete o usar ropa colorida es suficiente, pero existe el maquillaje especial para ello, incluso la base se llama blanco payaso que no se corre con el sudor y que en Cuba no se vende. La ropa, los zapatos y narices que usamos, casi todo es importado o hecho por artesanos.

Últimamente he visto como se ha demonizado la figura del payaso, en películas sobre todo, y algunos padres en los cumpleaños que les dicen a sus hijos- pórtate bien o te llamo al payaso para que te lleve- y así le infunden miedo por esa figura, cuando lo que intentamos es que lleguen a querernos.

Ser payaso no es solo llevar el atuendo correspondiente, es saber transmitir alegría y enseñanza en cada presentación.

payaso tolito4Los payasos del grupo Carpandilla en el área de Artes escénicas en una Noche Guantanamera. Fotos: Jasier Frank Mesa Pelegrín “Jacho” y cortesía del autor