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aneli fotografaAnelí: “Todo empezó cuando tenía cinco años, en el momento en que tuve uso de razón, la pasión por la fotografía me desbordaba desde pequeña”. Fotos: Yoan Rodríguez Valle

Ni extrema sentimentalista ni gran revolucionaria de las formas de hacer arte en la actualidad, Anelí Pupo Rodríguez, se define a sí misma como un fotógrafa de la vida, de lo humano, que apuesta por reflejar el mundo interior de las personas de una manera particular, única… tal cual la percibe el público cuando da un vistazo a su exposición fotográfica Matriarcado.

Así la conocimos, por medio de sus obras, que por primera vez se presentaban durante la Jornada de Arte Joven de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en el salón del Consejo provincial de Artes Plásticas de Guantánamo. Eran una inyección de energía, algo cautivador, a lo que debíamos y quisimos acercarnos… así surgió esta entrevista.

 

Piedra a piedra…mi camino

 

Dice Aneli que todo empezó cuando tenía cinco años o en el momento en que tuvo uso de razón. La pasión por la fotografía la desbordaba desde pequeña, puede que desde su nacimiento el 13 de febrero de 1987. Más entonces era cuestión de curiosidad…

 

“Lo veía como un sueño, una utopía, mi familia apenas tenía algo que ver con ello, mi madre era secretaria, y mi padre electricista, pero yo siempre me sentí atraída por el audiovisual. Mirar las imágenes de Korda, el cine, las revistas, en algún momento, dejó de ser un hobby para ser parte de mí.

 

“Sin embargo en aquellos días era muy difícil ser fotógrafo. El tiempo transcurrió. Estudié tiro deportivo, terminé el 12 mo grado y empecé la universidad, pero la dejé para comenzar el trabajo. Era como el año 2004, la situación económica era difícil, y como había armado una computadora un amigo me aconsejó comenzar a editar fotos por cuenta propia.

 

“Los primeros años dediqué horas, sentada, a estudiar y a aprender, a “cacharrear”, me valí del trabajo de otros expertos, con visión crítica de estos para determinar sus aciertos, errores, y así me fui formando, autodidactamente.

 

“En esos días la fotografía digital recién llegaba a Guantánamo, y me prestaron una cámara, luego compré la mía, saqué patente de fotógrafa y estuve más de diez años en trabajos con bodas, quinces, cumpleaños…”

 

Charabia, el molde cultural

 

Vinculada al sector privado, Aneli encontró grandes ventajas… para innovar sin tapujos, experimentar. En eso último contribuyó el proyecto Charabia.

 

“Hace un año que formo parte de este centro cultural, que no es una empresa, pero tiene contactos en Cuba y el mundo, con la AHS, Casas de Cultura, y personalidades de las artes, la literatura, que nos informan las tendencias actuales. Con ello nos retroalimentamos para ampliar los horizontes del quehacer audiovisual.

 

“Acá tuve tiempo para maniobrar con la cámara, y saciar mis ansias e inquietudes artísticas. Buscando el ángulo prefecto, el juego con la luz y las sombras, los colores, la saturación, la forma… y adquirí más habilidades con el estudio de la técnica de fotógrafos como Robert Mapplethorpe, Cindy Sherman, Cirenaica Moreira, genios de su época.

 

“También he tenido la ayuda de Pedro Gutiérrez, realizador audiovisual y conocedor del mercado artístico, que me ha enseñado a darle a todo intencionalidad, mensaje, sentimiento, incluso en lo inanimado; por otra parte, con Raudel Romero, el dueño, disfruté de una fotografía de las mejores que he visto; técnicamente para mí es un paradigma.

 

Proceso de creación

 

Del texto al lente, bien podría resumirse así la técnica secreta de esta fotógrafa, que prefiere conducir manualmente su cámara, regularla, decidir la cantidad de luz, la temperatura… a usar el disparador automático.

 

“Mis fotos las hago yo, las creo yo, primero las trazo en mi mente, escribo qué deseo, a detalle, y luego me dispongo a materializarlo con la manipulación de colores, brillos para encauzar la idea, el mensaje, el tema, y que se vea todo en la imagen, como si la hubiese armado con mis propias manos.

 

“Así lo aprendí con Geny Jarrosay, artista plástico que dirige esa sección en la AHS y que fue curador de mi exposición Matriarcado. Él me enseñó a valorar mis imágenes y verme reflejada en ellas.

 

“Uso mucho la silueta, poca luz, el claroscuro, blanco y negro, los símbolos y referentes u otros recursos para despertar o reflejar sentimientos, en un paisaje, una gota de agua o una macrofotografía de pequeñas cosas, y eso quiero le llegue al público, más allá de las curvas, es el significado de la pieza.

exposicion fotografica aneli“Matriarcado juega con las sombras sin rostro, porque simbolizan a cualquier mujer, en el trabajo, las colas, a mi madre, la vecina, la amiga, ellas son el tema y las protagonistas”. Fotos: Yoan Rodríguez Valle

Matriarcado, primera de muchas

 

Quizá no es su obra cumbre, pero, sin duda, fue la mejor selección para despegar la carrera creativa. No se trata de un manifiesto feminista o de denuncia social, Matriarcado cala hondo, por lo diferente, lo atrevido…

 

“Fue mi primera exposición. Estaba dividida en tres series: Matriarcado, Perestroika, y Manual de la Artista. Surgen por separado, pero la primera se convirtió en el enlace de ellas por tener mayor carga emocional y conceptual.

 

“Aborda el rol de la mujer en el espacio cotidiano, en la sociedad. Es mi punto de observación. Cuenta parte de mi vida y, al mismo tiempo, es más extensiva, se adapta a cualquier contexto.

 

“Son sombras sin rostro, porque simbolizan a cualquier mujer, en el trabajo, las colas, a mi madre, la vecina, la amiga, ellas son el tema y las protagonistas.

 

“Podría decir que fue una continuidad de una feria de matrioska, que está asociada a Rusia, al campo socialista, a aquellas repúblicas, mi infancia....

 

“Con esa idea inicié el trabajo con constancia, sacrificio y cuidado, del que participe además como modelo, porque eran fotos al desnudo y nadie quiso hacerlo. Tomé cientos de ellas para escoger una, y quedaron cinco por serie.

 

“Sin almorzar bien ni haber dormido, con miles de gastos por impresión, estuve los tres días previos a la exposición, inmersa en lograr la calidad de la imagen y del trabajo de mesa, en el que finalmente seleccionamos 15 fotos.

 

“El éxito de la presentación fue una sorpresa muy agradable, pues desde mi familia hasta los especialistas y el público acogieron mi arte con placer, y vi que lo hecho valió la pena”.

 

Proyecto y sigo…

 

Esta fotógrafa tan sencilla y humilde, me recuerda aquellas vírgenes retratadas por los pintores románticos del siglo XIX, símbolo del alma pura femenina. Observo su semblante y no lo dudo, es una artista talentosa…

 

“Tengo el reto de terminar estas tres series: Matriarcado, Perestroika, y Manual de la Artista, cada una con 20 fotos y presentarlas independientes.

 

“El Centro de Comunicación para la Cultura quiere exponer mis obras y en mayo llevaré algunas a las Romerías, para una exposición colectiva que se llama el Oficio del Astronauta, veré que dice la gente de allá.

 

“También quiero hacer alguna foto donde incluya a mi familia, estoy esbozándola, no soy buena con los dibujos, pero está en proyecto y como todo en la vida, así se comienza.