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Son numerosas las personas que comienzan a comer menos y siguen pautas nutritivas sin un rigor adecuado, sobre todo, en el verano cuando quieren lucir un vientre plano y un cuerpo con proporciones adecuadas, pero cuidado, porque las dietas que hacen bajar bruscamente de peso pueden provocar problemas de salud.

Estudiosos  del tema alertan que adelgazar más de cinco kilógramos mensualmente es dañino,  a no ser aquellos individuos con mucho sobrepeso y sometidos a un plan de dieta y ejercicios debidamente orientados. De no ser así, resulta conveniente visitar al médico para conocer las causas de esa pérdida.

No son pocos los que corren riesgos motivados por su obsesión de bajar su peso corporal de manera descontrolada, y  es así como adquieren anemias o aumento del colesterol malo al hacer dietas rápidas que recomiendan ingesta de grasas saturadas.

Expertos indican que perder peso de forma rápida puede provocar hipoglucemia, deshidratación, fatiga crónica e incluso debilidad de huesos, articulaciones y afectaciones del tejido muscular y magro.

De ahí que aconsejen  reducir el peso de manera paulatina, sin sobrepasar la cifra de medio kilogramo a un kilogramo por semana.

Si se baja  bruscamente,  habrá igualmente merma de la masa muscular, la cual ayuda a quemar calorías, pero al perderse de manera rápida dejará de hacer esa función y se estancará, pasando a proporcionar el efecto contrario, corriendo no solo el riesgo de volver a recuperar los kilogramos  sino hasta superarlos.

Debe existir una adecuada conjugación del menú dietético con la práctica de ejercicio físico durante 30 minutos diariamente.

Habrá que seguir una alimentación balanceada que incluya todos los grupos de alimentos, desde grasas preferentemente de origen vegetal, como el aceite de soya o de semillas del girasol -indispensables para llevar a cabo procesos orgánicos-, hasta la ingesta de carbohidratos y proteínas, sin olvidar incluir frutas y verduras, de preferencia crudas.

Y no es raro que aquellos que viven obsesionados con vientre plano y cuerpo bien proporcionado lleguen a recobrar el peso nuevamente al abandonar la dieta y la ejercitación física cuando ya lograron bajar los kilogramos deseados, porque entonces muchos retoman viejos hábitos alimentarios, que les hacen engordar, y además asumen una vida sedentaria y comen alimentos con muchas calorías que no llegan a quemar.

Por eso vale reiterar el riesgo que se corre y lo importante que resulta evitar recuperar el peso perdido en poco tiempo, que en ocasiones puede ser hasta de un 20 por ciento comparado con lo que marcaba la báscula antes de hacer la dieta y llegar a su peso ideal.

Para perder esos kilos indeseados es conveniente comer de forma balanceada, sana y natural los alimentos y combinarlos con ejercicios físicos para no caer en los errores anteriormente señalados y padecer algunos de los peligros que hemos comentado.