Morbo: Dícese del interés malsano por personas o cosas// Atracción hacia acontecimientos desagradables.
Así lo conceptualiza la Real Academia de la Lengua Española de manera sintética; el debate psicológico en torno al término es un poco más extenso.
La mente humana es demasiado compleja. Y aunque esto se haya convertido casi en un cliché no deja de parecerme muy cierto.
No me voy a referir aquí a lo libidinoso, a los gustos y preferencias que permiten la vida sexual de diversas maneras e incluso se emplea como excusa para la trata de personas y el abuso infantil, temas que merecen también un análisis profundo.
El móvil de este comentario es una preocupación, no solo personal, sino compartida por algunos amigos con los cuales he intercambiado criterios.
Apartando que exista un interés individual en apreciar las desgracias ajenas y los psicólogos le encuentren explicación convincente, una dosis elevada de irrespeto aparece cuando alguien toma su celular para grabar una pelea, provoca a quienes padecen enfermedades psíquicas para hacerlos quedar en ridículo o cuando quieren dejar evidencias de un cadáver que retiran de un accidente.
El desarrollo de la tecnología es innegable y muy útil, pero tiene este tipo de desventajas: que vayan de mano en mano, de Zapya en Zapya, de ojos en ojos, imágenes perturbadoras, rostros que para los simples observadores son la prueba del desastre, el fin de la vida de una manera trágica; pero para otros son los cuerpos mutilados de sus padres, hermanos, hijos…
Además, ahora que los cubanos tenemos más posibilidades de acceso a Internet y sus herramientas, la publicación de instantáneas y audiovisuales en las redes sociales pueden recorrer destinos infinitos y tergiversarse.
No seamos paranoicos, pero tampoco ingenuos.
En algunos textos publicados que hacen referencia al morbo se destaca como componente del comportamiento humano, de manera que lo llevamos incorporado a la conducta de alguna forma. Por supuesto, hay detractores de esta postura, como sucede casi siempre en el campo académico. Pero los puntos coincidentes están en la necesaria búsqueda de un límite para que no llegue a convertirse en un estado patológico, como lo denominan especialistas.
Buscando sobre el tema también encontré que, en el caso de los sucesos trágicos, apreciarlos permite a los otros sentirse más vivos, les recuerda que estamos todo el tiempo en una cuerda floja entre la existencia y la muerte.
El aspecto legal es otro componente importante alrededor de estas cuestiones. Los códigos de ética disponen los términos para proceder en diferentes sectores de trabajo; mas, no hay en Cuba un respaldo constitucional de manera explícita para la protección de datos y, por tanto, no se aplican sanciones en caso de infracciones que atenten contra la privacidad individual, amén de que existen referencias en la Carta Magna de la República sobre la necesidad de velar por la integridad ciudadana, como derecho pleno del hombre.
Más allá de las regulaciones, muy necesarias en cualquier contexto, la educación, el raciocinio, ponerse en el lugar del otro, comprender su dolor, saber distinguir entre lo informativo y el irrespeto, sobreponer ese lado morboso que dicen tenemos escondido, viene a ser la conjugación, la fórmula que mejor pueda funcionar en el ascendente escenario virtual. Que la violencia en cualquiera de sus formas no la guardemos para admirarla, de vez en vez, como se contempla un buen recuerdo.