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odalis cuadra opinion

Experiencias no me faltan del hermoso acontecimiento de poder amamantar a un bebé, es por ello que me atrevo a sugerir a las puérperas a que lacten a sus hijos durante los seis primeros meses solo con leche materna, y después complementar esta forma de alimentación con otras, hasta los dos años de vida.

El Programa Materno Infantil, de conjunto con los Equipos Básicos de Trabajo en las áreas de Salud, son ejemplo del esfuerzo del sector a favor de la lactancia directa de madre a hijo. También lo son los hogares maternos, donde se preparan las embarazadas para el parto y la lactancia es tema principal.

Esas acciones se complementan en la provincia con la existencia de un banco de leche humana en el Hospital General Docente para alimentar a los nacidos que, por diferentes motivos, no pueden ser amamantados…

Aunque en los últimos tiempos se ha incrementado en el territorio el número de madres que lactan, todavía hay muchas que privan a sus bebés de ese especial y completo alimento para la primera etapa de la vida.

Y no es ajeno para nadie que la llegada del nuevo miembro de la familia atrae no solo a los que disfrutan del acontecimiento, también genera controversias en el tema de cómo alimentarlos. Los “experimentados” en la materia aportan su receta que va desde una exagerada alimentación con leche mezclada con crema de arroz o con fórmula de plátano, hasta la ingestión de infusiones o té. Todo para calmar el llanto por hambre.

Lo cierto es que el resultado de seguir esas indicaciones no pocas veces conducen al bebé al hospital con diarreas y trastornos gastrointestinales graves que afectan su desarrollo físico-intelectual, o en el peor de los casos puede ocasionar trastornos crónicos de por vida y hasta la muerte.

Amén de la resistencia de algunas madres que plantean no producir leche. Me satisface que el sector de la Salud no ceja en el empeño de que las mamás amamanten a sus bebés. Pude comprobarlo, hace unos días, en la sala 3 I del hospital provincial, de cómo se exige y enseña a las puérperas en relación con la necesidad de dar pecho a libre demanda, de que si el niño duerme mucho hay que despertarlo y alimentarlo para evitar una posible deshidratación o hipoglicemia.

Se conoce que varios de los componentes de la leche materna protegen a los recién nacidos y fortalecen su sistema inmunitario, evitando enfermedades como catarros, bronquitis, neumonía, diarreas, otitis, infecciones y otras patologías futuras como asma, alergia, obesidad o diabetes…

La práctica de amamantar directamente al niño acelera la recuperación de la madre, pues propicia la pérdida de peso ganado durante el embarazo, evita que padezca anemia y reduce el riesgo de hipertensión arterial y depresión posparto.La osteoporosis y los cánceres de mama y de ovario son menos frecuentes con ella.

Y como dicen los especialistas: es casi imposible que una madre no pueda producir leche. Los pechos pueden generar la necesaria para una adecuada nutrición de forma exclusiva los seis primeros meses. Asimismo el vínculo afectivo que se establece entre una madre y su crío constituye una experiencia especial y única. Nada sustituye a la leche materna como alimento.