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Escuchar la frase que intitula el comentario, mientras desmontaban un camión cargado de repollos en la Empresa de Frutas Selectas de Guantánamo me llamó la atención, pero pensé que quien lo dijo se refería al municipio tunero bautizado con el topónimo de Colombia en homenaje a ese país latinoamericano, al nacionalizarse la industria azucarera en Cuba.

Llegué a imaginar que podía ser una variedad de la hortaliza que desconocía hasta ese momento. Lo que nunca se me ocurrió pensar fue que aquellas comunes coles, en nada diferentes a las cosechadas en Guantánamo, las trajeran de la lejana nación suramericana.

Hasta entonces daba por hecho que al llamado de la dirección del país de producir en Cuba todo lo que pudiera ser posible para reducir costosas importaciones de alimentos, se había paralizado la compra de ese y otros renglones en el extranjero. Pero evidentemente no es así.

Inquirido sobre el “hallazgo periodístico” un directivo de la Delegación de la Agricultura presente allí, explicó que esa entidad no está en condiciones de producir col por el deterioro de las áreas dedicadas al cultivo a causa de la sequía y, por tanto, era necesario importarlo para garantizar el suministro al Turismo.

A contrapelo de la inconcebible determinación, al siguiente día en recorrido con Denny Legrá Azhares, primer secretario del Partido en la provincia, por áreas agrícolas del municipio de El Salvador, un campesino parecía decir que más que justificar la costosa transacción importadora, lo que se necesita es trabajar como lo hace él en una caballería sembrada de col, en la que, a juzgar por la “salud” de las plantaciones, espera obtener elevados rendimientos y frutos de alta calidad.

Quizás todavía existan necesidades objetivas que justifiquen importar algún que otro producto, pero también es una realidad que en la provincia pueden obtenerse volúmenes de col muy superiores a los actuales, como sucedió años atrás cuando la sobreproducción fue tal que se abarrotaron los mercados y hubo que enviar a otras partes del país.

Sin desconocer los dañinos efectos que puede provocar la sequía, esas experiencias demuestran que cuando se buscan alternativas para atender los cultivos con cultura y se optimizan los recursos y tecnologías disponibles, los resultados son innegables, incluso con déficit de agua.

No puede olvidarse el Lineamiento 184 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobada hace poco más de cuatro años, que indica la necesidad de producir eficientemente en el país aquellos alimentos que pueden sustituir importaciones.

Siendo así, deberían aprovecharse mejor la experiencia del campesino de marras y las áreas de ese municipio, donde al decir de su delegado de la Agricultura el repollo se da vigoroso, para desarrollar el cultivo, pues resulta contraproducente traerlo de otras naciones habiendo suficiente tierra, mucha de la cual permanece ociosa, y fuerza para cultivarla.

Producir alimentos frescos o como materias primas dedicados a procesarlos es responsabilidad de la Agricultura guantanamera, que a tenor con los Lineamientos, debe concentrar los recursos (maquinarias, sistemas de riego, fertilizantes, productos químicos…), en los lugares donde existen mejores condiciones para su empleo más efectivo.

A ella también corresponde potenciar la aplicación de los resultados de la ciencia y la técnica para elevar los rendimientos productivos, así como establecer mecanismos de gestión más ágiles que contribuyan a reducir pérdidas, facilitar la comercialización y simplificar los vínculos de los campesinos y cooperativas con los consumidores.

Esa entidad, llamada a convertirse en locomotora de la economía provincial, debe seguir estimulando la contratación directa de las diferentes formas productivas con las instalaciones turísticas y exigir por su estricto cumplimiento, para que haya suficientes renglones agrícolas, entre ellos, la col y, definitivamente, el país no tenga que volver a importarla.

Por eso, la alternativa más viable es cultivar en Guantánamo todo cuanto sea posible, para que campesinos y cooperativistas incrementen sus ingresos, haya más opciones al alcance de la población y crezca la economía de la provincia.

Comentarios   

-1 #1 Gualterio Nunez Estrada 19-09-2015 13:57
Querido colega: tu articulo esta fenomenal, pero se pierde periodisticamente con un tono de teque politico, hubiera sido motivador exponer la tesis de la col importada y las tierras ociosas por vagancia en Guantanamo (no por sequia) mediante un reportaje con fotos al campesino que siembra col en medio de la sequia, exponiendo sus metodos, eso si crea un paradigma de ejemplo a seguir y yo lo hubiera aprovechando en mi blog para republicarlo. Afectos, Gualterio.
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-1 #2 Julio Cesar Cuba Labaut 14-10-2015 14:58
Gracias Gualterio, disculpe la demora en contestarle, he estado muy ocupado en otros asuntos. Agradezco sus elogio, señalamiento y recomendación. Me reservo la respuesta a sus evaluaciones. Tiene razón cuando se refiere al poco aprovechamiento de algunos productores de todas sus potencialidades, tampoco todos tienen los recursos y medios necesarios para hacer un uso óptimo de sus tierras y producir más. De todas formas el reportaje que usted sugiere es otro trabajo que puede lograrse para reflejar los resultados de ese joven productor que además es un ejemplo en otros cultivos.
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