Imprimir

cristianos matthewDaniel, adventista: “Formamos brigadas para ayudar a la comunidad, por supuesto, sin cobrar nada”. Fotos: Leonel Escalona Furones

Encaramado sobre el techo de la casa de Enma Paulina Suárez, en el barrio de El Turey, de la ciudad de Baracoa, se encontraba Daniel Aguilera Alberteris.

Estrictamente techo solo sería cuando él, otros integrantes de la Iglesia Adventistas del Séptimo Día y los vecinos de las dos viviendas superiores del edificio biplanta 12 concluyeran de colocar las nuevas tejas de fibrocemento.

 

Con ello aportan a la corrección del desteche plural provocado hace más de 50 días por el huracán Matthew, en los municipios de Maisí, Baracoa, Imías y San Antonio del Sur y Yateras, sobre todo en los dos primeros, donde se afectaron más de 30 mil viviendas.

“En este caso la ayuda en el techado no solo la damos a Enma, hermana de la iglesia, sino a sus vecinos de la contigua; aunque, además, cumplimos muchas otras tareas de la recuperación”, esclarece Daniel, pastor de la mencionada congregación.

 

Cruz Danys Carcasés Guilarte, funcionaria para asuntos religiosos del Comité municipal del Partido en Baracoa, lo confirma: “Varias iglesias, tanto en la ciudad como en el campo, fueron centros de evacuación durante el azote de Matthew, sus líderes y miembros, muchos de ellos mismos afectados, activos en la atención a los evacuados, y continúan trabajando, en coordinación con el Gobierno, en diferentes aspectos”.

 

El propio Daniel transmite con firmeza que su comunidad se enfrascó desde el principio en limpiar, botar escombros, podar árboles, arreglar las fincas con sus propios medios y distribuir donaciones de comida, ropas y zapatos a los que lo perdieron todo, “porque nuestro interés es ayudar”.

 

Inmediatamente anuncia que su iglesia organizará una donación masiva de sangre.

cristianos matthew2“Nuestro rol es humanitario”: María Dolores, representante del Consejo de Iglesias de Cuba en Baracoa- Maisí. Fotos: Leonel Escalona Furones

 

Acción mancomunada

 

Como una benéfica epidemia son también el entusiasmo, la disposición y el compromiso de María Dolores Díaz Borges. Ella los transmite en el diálogo y el proceder.

 

María Dolores representa al Consejo de Iglesias de Cuba (CIC) en Baracoa-Maisí y lo que comunica es energía positiva. Habla del rol humanitario que cumple la organización, actuando junto a las autoridades gubernamentales, a raíz del devastador ciclón.

 

“Son personas con mucho compromiso”, asegura Cruz Danys, refiriéndose a gente como esta líder local.

 

Esa organización ecuménica canaliza la ayuda humanitaria movilizada por ella para los pobladores afectados, principalmente en los municipios de Maisí, Imías y Baracoa, territorios con un elevado número de cristianos evangélicos.

“Hemos ido a diferentes comunidades para el levantamiento de las familias afectadas, animando a las personas, ayudando en todo lo que se puede. A varios sitios de Maisí y de Baracoa hemos llegado, y no distinguimos en eso a creyentes de no creyentes, porque todo el mundo necesita la ayuda”, dice la coordinadora en los dos municipios más orientales.

 

“La instalación de equipos de tratamiento de agua en comunidades, como acción de prevención sanitaria, es uno de los proyectos que llevamos adelante ahora, en conexión con el Gobierno, a partir de las estadísticas de los consultorios médicos sobre personas de la tercera edad, con discapacidades, embarazadas, niños…”

 

Dice haber constatado en todas partes la voluntad de las autoridades y la confianza de la gente en que nadie quedará desamparado en sus carencias.

 

La fuerza de la fe

 

La unidad de acción entre el Consejo de Defensa Municipal de Maisí y el Consejo de Iglesias es un factor reiterado por la pastora María Dolores, que constituyó su propio puesto de mando, atendió evacuados en varias iglesias y escuelas, incluidas las gestiones para garantizar la alimentación.

 

“El interés y el propósito de lo que hacemos por ambas partes -asegura la pastora- es que nadie quede desamparado en una situación como esta, y que además luchemos juntos por una vida mejor.”

 

De inmediato tras el paso del huracán los cristianos baracoenses asumieron usar con diligencia sus habilidades manuales para restañar las heridas.

 

“Actuó nuestro consejo de emergencia, integrado por hermanas y hermanos que trabajan como carpinteros, albañiles, técnicos…; primero, en la limpiar y botar escombros, luego en las viviendas; sobre todo, hemos ayudado a las personas para crear las facilidades temporales, animándolas en medio del desastre”, precisa con locuacidad.

 

También reitera que la relación entre las autoridades gubernamentales y religiosas continúa y se fortalece, con el sentido humanitario y social, en todas las acciones de la recuperación hasta el presente, cuando han transcurrido casi 50 días del paso del huracán.

 

“Hemos trabajado sin descanso junto al Gobierno en el enfrentamiento a muchas situaciones difíciles por el impacto del huracán, que no solo se remedian materialmente, sino espiritualmente”, explica la líder ecuménica.

 

Recuerda que el Reverendo Joel Ortega Dopico, Presidente del CIC, llegó poco después del paso del huracán, y ella lo acompañó hasta Punta de Maisí. “Allí intercambiamos con las personas, los factores de la comunidad, el médico de la familia, nos acercamos a los evacuados en las cuevas, y les ofrecimos nuestro aliento y la disposición de ayuda”, subraya.

 

La misma semana -continúa relatando- Ortega Dopico volvió a Punta de Maisí con una donación proporcionada por el Consejo de Iglesias, siempre a través del Gobierno, con alimentos, ropa y calzado. Informa que le aportarán también a esa comunidad una instalación purificadora de agua, para unas 200 personas, que beneficia al consultorio médico y la escuela del lugar.

 

La acción del CIC en la recuperación se ha extendido a las personas de otras localidades muy golpeadas por el huracán, advierte la pastora María Dolores.

 

Igualmente, el CIC donó un número considerable de Biblias para abastecer, sobre todo, a quienes perdieron el texto en el destrozo.    

 

Una de las instalaciones purificadoras de agua ya está casi lista, para brindar beneficios a casi dos mil personas en un local al fondo de la Iglesia Nazareno Cubano, en el poblado de Jamal, como muestra amablemente allí Ariannis Samón Frómeta, esposa del pastor Arnaldo Azahares Cantillo.

 

El templo y la casa pastoral, como otras iglesias en los mencionados territorios, protegieron a centenares de personas durante el paso de Matthew.

 

Entre los donativos de alimentos y otras vituallas recibidos a través del CIC, estuvieron 80 filtros domésticos, todos distribuirán por prioridades, “según la evaluación de daños y necesidades más perentorias en coordinación con el Gobierno”, que incluirá escuelas, consultorios médicos, hospitales”, y “luego viviendas e iglesias”.

cristianos matthew3Las brigadas de distintas denominaciones religiosas se incorporaron a las tareas de recuperación. Fotos: Leonel Escalona Furones

María Caridad infunde esperanza

 

Apenas 19 años tiene María Caridad Acosta Lores. Está al frente del departamento de jóvenes del CIC Baracoa-Maisí, integra la Iglesia Congregacional Pentecostal y estudia segundo año de Medicina. Habla calmada y firmemente:

 

“Realizamos una actividad de motivación con las personas, siempre con fe en el Señor y confianza en el Partido y la Revolución, porque mi formación es cristiana, revolucionaria y mi vocación profesional la Medicina, que apoya la esperanza, el sanamiento poblacional, principios que defienden la escuela y la iglesia.

 

“Muchas personas en situaciones de catástrofe como estas se desaniman, y pierden las ganas de vivir porque no es fácil verse sin techo, ni hogar, perder tantas cosas, y en algunos casos casi todas por las que han luchado por años… Lo principal es que conservamos la vida y que ella continúa, y por eso ofrecemos esperanza.”

 

La misma cosa

 

El apoyo coordinado de la comunidad cristiana y las autoridades del territorio a los damnificados del huracán Matthew fue reconocido recientemente por el propio presidente del CIC.

 

Las redes sociales de Internet informaron de ello en ocasión de una celebración artístico-religiosa, en el teatro Guaso, de la ciudad de Guantánamo, en la que participaron una veintena de denominaciones cubanas y delegaciones de iglesias de Noruega y los Estados Unidos.