rio toa1) Los bosques húmedos de la cuenca del Toa (río en la gráfica), las sierras de Nipe, Sagua de Tánamo y Baracoa, constituyen la mayor fábrica de agua para Cuba.

El macizo oriental Nipe-Sagua-Baracoa se distingue por ser uno de los emporios de la flora, fauna y agua en el Caribe Insular, región incluida entre los 34 puntos “calientes” de biodiversidad identificados en el planeta.

Tales parajes -también llamados hotspots-, biológicamente ricos, figuran entre los más amenazados en el orbe, y fueron identificados como tales por la organización no gubernamental Conservación Internacional (IC, siglas en inglés).

Fundada en 1987, sin fines de lucro, IC busca mantener la herencia natural de la tierra, para que las generaciones futuras prosperen espiritual, cultural y económicamente.

Para seleccionar esas áreas tuvo en cuenta dos criterios: los hotspots deben contener como endémicas al menos un 0,5 por ciento de las 300 mil especies vegetales en el mundo, y haber perdido ya más del 70 por ciento de su vegetación primaria.

El grupo montañoso Nipe-Sagua-Baracoa se considera, además, una de las 200 comarcas priorizadas mundialmente para conservarse a nivel global, según especialistas.

La zona guarda en solo el siete por ciento de la superficie de Cuba, la  mayor diversidad de paisajes y tipos de vegetación de las islas del Caribe.

Entre los tesoros invaluables del macizo figuran las mayores reservas de agua dulce del país: mejor conservadas que las que fluyen por la Amazonia.

De acuerdo con el desaparecido científico Antonio Núñez Jiménez, los bosques húmedos de la cuenca del Toa, las sierras de Nipe,  Sagua de Tánamo y Baracoa, constituyen la mayor fábrica de agua para Cuba, junto con los huracanes tropicales que la azotan.

Estos montes, los más abruptos de la nación, se extienden desde las alturas de Nipe hasta las terrazas de Maisí, y son importantes también desde el punto de vista económico, al atesorar las plantaciones más extensas de café de la Isla, y la única área importante para la producción de cacao y coco.

Pero su valía se justifica, además, por poseer importantes sitios arqueológicos; la cuenca fluvial del Toa, la más caudalosa del archipiélago,  y la Villa  de Baracoa,  segunda fundada en América después de 1492, y Primada de la Mayor de las Antillas.

A Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, que tuvo que esperar hasta el 15 de abril de 1511 para convertirse en Villa, bajo la égida del Adelantado Diego Velázquez, la antecedió desde 1494 La Isabela, fundada por Cristóbal Colón al norte de isla de La Española, en territorio de la actual República Dominicana.

El macizo Nipe-Sagua-Baracoa, reservorio de endemismo,  alberga en solo siete mil 70 kilómetros cuadrados (siete por ciento de las tierras cubanas) los 23 tipos de paisajes existentes en la Antilla Mayor.

En el área más ondulada del archipiélago se asienta el último reducto de especies al borde de extinción y el primer centro de evolución de la flora de Cuba.

Abriga una Reserva de la Biosfera (Cuchillas del Toa), minerales estratégicos y -lo más importante- alrededor de 50 asentamientos poblacionales en las cuencas de sus principales ríos, la mayor parte de ellos guantanameros,  y varios de la vecina provincia de Holguín, entre ellos, Moa y Sagua de Tánamo.

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