agricultura manuel tamesVega Grande, con agua, buenos suelos y equipamiento, está previsto que se convierta en un polo productivo para el cultivo de granos destinados a sustituir importaciones, fundamentalmente. Fotos: Lorenzo Crespo Silviera

Manuel Tames engaña. Parece, y es más de lo que parece. Se produce, un vericueto puede parir un campo, ya sea en el medio del área urbana o más lejos, donde se transita sobre ríos ahora calmos, pero que dejaron para el paseante la marca de su furia por encima de las cabezas de los hombres más altos.

 

Ramón Toirac del Toro, director de la Empresa Agropecuaria municipal, lo refleja en números: más de 349 toneladas de viandas producidas este año, de ellas más de 200 de plátano que representa un cumplimiento de 283 por ciento respecto al plan, casi 200 toneladas de hortalizas para un 253 por ciento, y unas 100 toneladas de granos entre maíz, frijoles y sorgo, con ligero sobrecumplimiento.

 

Esas cifras, les permiten cumplir sus compromisos con la sustitución de importaciones de granos, abastecer al ciento por ciento la demanda municipal de viandas, aportar a tres establecimientos de la Industria Alimentaria y entregar unas siete toneladas de plátano burro, cada mes, para el municipio de Guantánamo.

 

Todo ello, favorecido por la entrada tractores que permiten ofertar servicios a las cuatro UEB de cultivos varios del municipio, las cuatro formas productivas de la empresa, y las 23 bases para las cuales sirven de comercializadores.

 

La empresa, además, logró incrementar a un 68 por ciento la contratación de las producciones agrícolas, a raíz de las nuevas orientaciones en ese sentido, y no es superior, explica el directivo, por los problemas de acceso a sitios como Santa Catalina, Pozo Azul y Los Perdidos de Sagua, cuyos productos, mientras se buscan alternativas con arrias de mulos, se comercializan con Holguín.

 

No obstante, lo acopiado en los últimos meses es mucho más de lo que la empresa compraba en un año antes de las resoluciones 157-C y 162 del Ministerio de Finanzas y Precios para el ordenamiento de la comercialización de productos agrícolas, en parte gracias a un tractor que transporta las producciones desde los puntos de acopio.

 

A las proyecciones, que se concretan ya en la UEB Vega Grande, la cual antes de diciembre debe beneficiarse con riego en casi 50 hectáreas de buena tierra y recibir aseguramientos para convertirlo en un polo productivo granero, se suma el año próximo una inversión en Jamaica y San Carlos, con 20 caballerías, y que debe ser el segundo polo del municipio.

 

En estos momentos, solo 88 de las más de 17 mil hectáreas de tierra que la empresa tiene como patrimonio están bajo riego.

agricultura manuel tames2Todo lo necesario para el completamiento del riego en la granja del CP La Caridad de Los Indios está a pie de los campos. Fotos: Lorenzo Crespo Silviera

Tierra rica y con agua

 

Estamos en Vega Grande, el primer poblado del Consejo Popular La Caridad de los Indios. Allí, en la granja estatal homónima se vive el cambio con la marcha de un proyecto que debe resultar en 42 hectáreas con sistemas de riego por aspersión de baja presión.

 

La primera etapa comenzó en enero. Fueron días de hombrada, sobre todo los iniciales, cuando con sogas, machete, brazos y piernas, se subieron por lomas vírgenes los tubos de plástico para la conductora que encauzaría parte del manantial de Ojo de Agua, desde el Alto del Charrasco hacia los campos.

 

Unos trescientos hombres ocupados doce días para cubrir dos kilómetros de conductora subiendo a alturas que Ernesto Caraballo Rodríguez, director de la UEB Vega Grande, calcula de unos 50 metros.

 

La conductora pasa el río Yateras a través de su lecho, pero es todo lo que aportaron las máquinas. “El resto, lo hicimos nosotros, los mismos trabajadores guiados por el ingeniero de la delegación de la agricultura. Sufriendo cantidad, rompiendo monte a golpe de machete”, cuenta.

 

Los impulsó la promesa en forma de una corriente que dicen los viejos no se ha secado ni en los peores tiempos, “así que tenemos garantía de agua durante todo el año, por gravedad y con una gran presión, debido a la altura del manantial” y me señala las montañas de fondo.

 

El resto, instalar los sistema de campo en las 27 hectáreas de tierra que están del otro lado del río, al que la crecida no nos deja pasar, ha sido lo más fácil, como sencilla aunque trabajosa será la segunda etapa, todo el horizonte de este lado, campos aún sin riego y paridos de maíz hasta donde alcanza la vista.

 

Cuando toda la tierra que abarca el proyecto esté bajo riego, las pretensiones son “duplicar las producciones, que fundamentalmente son de maíz y frijol, aunque le dedicamos áreas a los cultivos varios: boniato, yuca y plátano”, enumera el directivo.

 

Hay hombres -32 organizados en 16 colectivos-, aunque Caraballo considera que el riego impondrá la necesidad de aumentar los brazos, también equipos que la empresa provee para preparar la tierra y bueyes por si aquellos fallaran, así como insumos y todo lo necesario para la contienda agrícola que les espera.

 

De momento, este año se planificaron 31 toneladas de maíz con rendimientos de 1,5 por hectáreas en las zonas de secano y 2,5 en las que se benefician con riego, además de 25 toneladas de boniato y 45 de calabaza, que se siembra intercalada con el nutritivo grano.

 

“Al final, asegura el directivo, esto funcionará como un pequeño polo productivo de maíz y frijol, en su totalidad para la sustitución de importaciones”, pero lo más importante es la garantía, la seguridad que da el riego ante las extensas sequías que, solo el pasado año, le provocó la pérdida de 45 hectáreas de la gramínea.

 

Una idea que refuerza Toirac del Toro: “En Vega Grande, además, deben incorporarse como apoyo al riego varios equipamientos, incluida una sembradora”.

 

Tienen, además, la garantía de suelos capaces de “aprovechar” lo que el hombre pueda aportar, “del tipo aluviales, los segundos más fértiles, a los que el riego por aspersión les garantizará sostenibilidad”, agregó el director de la empresa agropecuaria Manuel Tames.

agricultura manuel tames3“Me dijeron que con el maíz podía esperar cosechas de hasta 20 mil pesos, y es verdad”, asegura Alberto. Fotos: Lorenzo Crespo Silviera

Dos hombres. Dos historias

 

Cuando a Alberto Ramírez Griñán, uno de los trabajadores de la Granja Vega Grande, le impusieron cambiar el plátano microjet al que se había dedicado toda su vida, por el maíz, le aseguraron que podría tener cosechas de hasta 20 mil pesos. No le mintieron.

 

Su parcela, que atiende junto a su esposa y un hijo, se extiende por seis hectáreas bajo riego incluso antes del nuevo sistema, que siembra mayormente de maíz, y en menor medida de los cultivos varios, actualmente yuca y boniato.

 

“No tenemos problemas con nada –me dice el hombre mientras lo miro sorprendida. Poseemos las semillas, las herramientas, el agua, la ropa, los zapatos, los químicos y si queremos podemos solicitar servicios a la empresa, que los tractores nos aren por ejemplo, aunque yo para eso tengo mis bueyes”.

 

Su bonanza, que espera sea mayor este año a juzgar por la parición de las mazorcas y el buen clima, se ve reflejada en su casa. “Vivo de mi trabajo y gracias a él me preparo mi vejez. En mi casa –que junto al poblado es energizada de una de la tarde a ocho de la mañana por una minihidroeléctrica cercana-, tengo de todo, refrigerador, televisor…”.

 

Con el dinero de mi primera gran cosecha de maíz, en la que gané más de 20 mil pesos como habían augurado, compré en la cabecera municipal una casa para mis hijos. Con esta nueva cosecha también tengo planes, ahora una casa para mi esposa y para mí, para pasar la vejez”.

agricultura manuel tames4Ángel Píriz espera un segundo motor como parte de un proyecto para la producción de frutales que le permitirá un riego de mayor calidad. Fotos: Lorenzo Crespo Silviera

En la finca Las Dos Palmas, ya en el Consejo Popular de Jamaica, Ángel Píriz Bonot, guía a Centinela y Vigilante, dos bueyes macizos que rompen la tierra entre las hileras de plátano.

 

Siete hectáreas tiene, dedicadas mayoritariamente al cultivo de plátano, plátano macho, yuca, frutas y maíz, todas bajo riego desde hace tres años como parte del proyecto Palmas.

 

Con esa tierra, entregó el año pasado casi 800 quintales de productos, de ellos 450 de plátano burro y plátano, además de cosechas importantes de tomate y ají pimiento. También, tiene una crianza de cerdos y participa en un proyecto de frutales que lo llevará al cultivo de la guayaba, fundamentalmente.

 

“El proyecto de frutales, en dos hectáreas, me ayudará con otro motor para el riego, más fuerte y que por lo tanto me cubrirá más campo…, por lo demás, todo marcha bien. Mi forma productiva, la CCS Frank País, nos atiende bien, tenemos la posibilidad de solicitar servicios a la empresa agropecuaria, contamos con los suministros. Esto está mejorando”, asegura.

 

Comentarios   

0 #1 CCVJ 17-06-2016 17:52
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