Abuela Victoria siempre se queja de la ausencia del Mentolán en crema. Era su medicamento favorito para aliviar cualquier dolor, “una sobadita en la zona afectada y el calorcito hacía el resto” -dice- pero ahora nunca lo encuentra en la farmacia.
En los últimos tiempos la carencia de medicamentos es tema que preocupa a gran parte de la población. Fármacos tan comunes como la Dipirona, hoy desaparecen de los anaqueles por temporadas cada vez más largas, y los aquejados se preguntan cómo aliviarán sus dolores y otros malestares.
Alarmantemente cierto, la situación en cuanto a disponibilidad de medicamentos industriales está causada, en gran medida, por la falta de materia prima para la producción de algunos, importantes en cuanto al tratamiento y manejo de enfermedades crónicas no transmisibles. No obstante, existen alternativas.
En la red de farmacias provinciales, como en todo el país, hay productos de otro origen que aporta la Medicina Natural Tradicional (MNT) o fitofármacos.
Yalina Rojas Turro, especialista de farmacodivulgación en la dirección provincial de Farmacias y Ópticas, explica que los fitofármacos son medicamentos que contienen como principio activo ingredientes vegetales, y su uso constituye un tratamiento alternativo y complementario para mejorar las patologías más comunes que afectan a la población.
Además, sustituyen, en su gran mayoría, a una cantidad importante de fármacos convencionales.
El Lineamiento 158 de la Política Económica y Social del Partido refrenda que Cuba prioriza el aseguramiento, producción y comercialización de productos naturales, así¬ como la atención médica que utiliza la MNT como complemento a la medicina ortodoxa.
En sentido general los grupos farmacológicos convencionales faltantes pueden ser cubiertos con homólogos naturales de elaboración local: analgésicos, antiinflamatorios, relajantes musculares, cremas cicatrizantes, antisépticas, para tratar queloides, herpes…
A pesar de la existencia de estas alternativas, muchos aquejados las desconocen y otros tantos no las toman en cuenta, sin embargo, están ahí: la Tintura de naranja agria sustituye a la Hidroclotiazida, la vitamina C y el Venatón; la caléndula en crema al Aciclovir y el Nasolán en crema, el Ibuprofeno y la Indometacina; jarabes para las afecciones bronquiales… y así un sin número de preparados que combaten los mismos padecimientos que muchos fármacos ausentes.
En este sentido, el trabajo del médico es fundamental, explicarle al paciente las alternativas que tiene para aliviar su malestar es indispensable. La dispensarización también juega lo suyo, el farmacéutico es la persona más capacitada para hablar de sustitutos, las personas necesitan saber más.
Hoy la abuela Victoria estaba contenta, su visita a la “botica” fue todo un éxito, no encontró su añorado Mentolán, pero en su lugar pudo comprar ungüentos de Caña Santa y de Anamú. Desde que los probó se siente aliviada de los dolores en las piernas, ya se los recomendó a su vecina. Ya no le preocupa el Mentolán.
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