Hola, amigas y amigos de Contigo. Hoy, queremos regalarles dos fragmentos de la prosa de ese otro genial argentino -nuestros respetos a Borges, Onetti, la Pizarnik…- que fue Julio Cortázar, y un tercer texto, en ese orden, de autor desconocido. Espero que los disfruten.
Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque la aman, yo creo que es al revés. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto.
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Preámbulo a las Instrucciones para Dar Cuerda al Reloj…
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
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Y él que sólo quería acostarse con ella, acabó por verla dormir. Terminó por secar sus lágrimas, escuchar sus problemas y yéndola a recoger después de las clases. Él, que sólo quería tocar su cuerpo, acabó por llevarla de la mano por la calle. Él que solo quería un lío de una noche, se convirtió en adicto de sus besos, de su pelo, de ella. Pasó de querer comérsela a querer comerse el mundo con ella.
A nuestra redacción, escribió Roger Pupo Rodríguez, licenciado en Radiología y colaborador en la República Bolivariana de Venezuela, quien desea saludar a su familia guantanamera, especialmente a sus padres Rosa Neris Rodríguez y Roger Pupo Vargas. También, se comunicó con nosotros la jovencita Talía Figueras Frómeta, vecina de Luz Caballero entre Pintó y Varona, de 14 años de edad, quien dedica la siguiente canción a Pablo Manuel del Toro Furones.
Logo Canción
Tema: El príncipe
Canta: Prince Royce
Dicen por ahí que sólo en cuentos de hadas
Existe el verdadero amor
Dicen que no debes morder la manzana Porque sola morirás.
Estribillo
Son casi las doce, tus labios me llaman
Tengo tu zapatilla al lado de mi cama
Quiero ser tu héroe, tu escudo, tu espada
Tengo tu corona, baby.
Yo quiero ser, tu príncipe de amor
Cuidarte el corazón
Con mil rosas, protegerte del dolor.
Yo quiero ser, tu príncipe de amor
Hacerte una canción
Y por siempre estar juntos tú y yo
Como en un cuento de amor
Dicen por ahí que hay que besar muchos sapos
Para encontrar el príncipe azul
Y que las princesas pasan mucho trabajo
Buscando la felicidad.
Se repite el estribillo
Yo quiero ser, tu príncipe de amor
Cuidarte el corazón con mil rosas
Protegerte del dolor
Yo quiero ser tu príncipe de amor
Hacerte una canción
Y por siempre estar juntos tú y yo
Como en un cuento de amor.