Majestuosa como como el imponente macizo montañoso que atraviesa para comunicar al guantanamero municipio de Baracoa con toda la isla, La Farola, una de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana, cumple este mes de diciembre 60 años.

Proyectada por el ingeniero Maximiliano Isoba, la obra fue construida entre los meses de abril de 1964 y diciembre de 1965, la misma se extiende a lo largo de seis kilómetros de la Vía Azúl, desde el puente de Las Guásimas, en Veguita del Sur hasta el Alto de Emilita.

Para su construcción, por las difíciles condiciones del montañoso terreno, fue necesario emplear soluciones que implicaron fundir placas voladas sobre el precipicio, las cuales quedaron sostenida por gruesos pilotes prefabricados encajados en las rocas y por vigas de hormigón de alta resistencia, igualmente fue preciso construir muros de contención de poca altura en las zonas más estrechas.

Transcurridas seis décadas desde su inauguración La Farola sigue siendo una de las más relevantes carreteras del mundo por la complejidad de su construcción, la cual tuvo en cuenta la Sociedad de Ingeniería Civil, de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (Unaicc) para incluirla en febrero de 1997 entre las siete maravillas de la ingeniería civil cubana.

La Farola además de su importancia económica y social, ofrece a todas las personas que por ella transitan vistas únicas de las montañas que la abrazan y su vegetación, así como la posibilidad de beber la pura y cristalina agua procedente de sus manantiales, entre otros atractivos.

 

 

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