Las Américas tienen el compromiso de preservar su condición de zona de paz, Carmen Diniz.
El VII Seminario Internacional de Paz y por la Abolición de las Bases Militares Extranjeras constituye ante todo un foro de carácter político para mostrar al mundo, con datos precisos y testimonios la incompatibilidad del progreso y la vida humana con el sistema capitalista imperial tal cual lo conocemos hoy.
Carmen Diniz, coordinadora del capítulo brasileño para la Paz Justicia y Dignidad de los Pueblos, da fe con su vida de cuánto daño le han hecho al mundo, a la Amazonía, a los pueblos originarios, a los más pobres y desfavorecidos ciudadanos del gigante sudamericano, impunemente.
Este 2022 una nueva sombra se cierne sobre el Brasil, como si no bastara con un gobierno de turno servil y genocida. La posibilidad de instalar una base militar de EE.UU en la zona de Alcántara, perteneciente al estado Maranhão, pone en peligro la soberanía de la nación, la conservación del Amazonas (por el potencial riesgo de contaminación) y la vida de los residentes en ese sitio, así lo afirma Diniz, quien vino a Cuba con la esperanza de multiplicar las voces para combatir la macabra idea del Imperio del Norte.
“El gobierno norteamericano siempre ha querido apoderarse de una porción de Brasil, de hecho desde 1980 viene intentando apoderarse de Alcántara. Fue Jair Bolsonaro quien en 2019 aceptó el acuerdo, y este año debe entrar en funcionamiento la locación. Todo ha sido casi en secreto, por eso poco se conoce del contrato, que fue realizado a espaldas de las masas.
“Sabemos que implicó cederles los derechos de las tierras, como una donación y con ello tendrían para sí parte de nuestro territorio, como sucede en Cuba con Guantánamo, y eso como brasileña me niego a aceptarlo”, detalla Carmen quien bien conoce de las artimañas imperialistas.
Pero ¿por qué el interés en esa parte específicamente con lo extensa que es la nación sureña?
“Alcántara está cercana la línea del Ecuador, de ahí que resulte muy útil para el lanzamiento de satélites y garantiza el ahorro del 30 al 50 por ciento en combustible – explica la activista por la paz- Además está ubicada geopolíticamente en una zona favorable para los viajes a África, cerca de Venezuela, y tiene fronteras con la Amazonia (donde recientemente ocurrieron entrenamientos militares estadunidenses).
“Para colmo –agrega- para colocar la base deben desalojar a 4 mil quilombolas, descendientes directos de personas que fueron esclavizadas en Brasil y que de acuerdo con la constitución deberían ser protegidos por el valor etnográfico y cultural que poseen. Ya más de 300 se han ido, pero se trata de la mayor concentración de esa comunidad en Brasil y tenemos que defenderlos”.
Según Carmen Diniz una muestra de la hipocresía y cinismo del gobierno estadounidenses es que aseguran que la instalación será solo para fines civiles, aunque para entrar en ella se requerirá la aprobación de los extranjeros y además tienen la libertad de entrar por mar cualquier tipo de cargamento con o sin el conocimiento de las autoridades brasileñas.
“¿Y si traen armas, drogas o equipamientos nucleares? ¿Cómo podríamos vivir en casa con la conciencia tranquila sabiendo que unos extraños hacen de las suyas en nuestra tierra sin consultarnos? –enuncia Carmen y añade.
“También podrán hacer ejercicios con nuevas tecnologías, y nadie puede acercarse pues constituirán secretos industriales. Asimismo en documentos oficiales se constató la existencia de un cálculo que analizaba cómo cualquier misil lanzado contra el territorio de los EE.UU puede ser intersecado desde Alcántara una hora antes que en el resto de las sedes de ese país en el mundo, ¿si la base es civil por qué realizan estimaciones de corte militar?”
“Evidentemente el propósito es convertir Alcántara en otro instrumento de control y dominación mundial, por eso hay que ir contra ella – asegura Carmen- Allí no hay intereses para los ciudadanos del Brasil, más bien será un perjuicio, otra espina en el corazón de Las Américas, que tiene el compromiso de preservar su condición de zona de paz, a fin de desterrar para siempre el uso y la amenaza del uso de la fuerza de esta región”.