Imprimir

 

Las relaciones Isaiah JohnsonA sus 23 años, Isaiah Johnson, estudiante de Historia y Estudios Africanos de la Universidad de Massachusetts, Boston, tiene la aspiración de crear una nueva etapa en la larga historia de amistad y entendimiento entre el pueblo de Cuba y la población negra del país donde nació. 

“El pensamiento del gobierno no es el del pueblo, y mucho menos de la población afroamericana. Tenemos una historia larga: Angela David, las Panteras Negras, Fidel en Harlem…”.

Cree, además, que el mismo espíritu de dominación colonial con que los Estados Unidos ejercen su poderío sobre el mundo, bloquea criminalmente a Cuba, mantiene una de sus cientos de bases en suelo guantanamero…; lo aplica entre fronteras a su población negra.

“La raza -sentencia- es el principal problema, la primera gran contradicción de los Estados Unidos, que no está resuelta: las muertes de norteamericanos negros son noticia todos los días”.

Por eso, asegura, “para luchar contra el racismo, primero es necesario luchar contra el capitalismo, el imperialismo. Están muy ligados. De modo que, Cuba y los negros de mi país tenemos la misma lucha”.

Dice lucha y no, no me perdí en la traducción. A su corta edad, forma parte de un grupo de acción de paz en Massachusetts y la Coalición de Boston por la libertad. “Trabajamos en barrios negros, creando conciencia y movilizando. Tenemos un evento en el que salimos con pancartas, y las personas suenan sus bocinas y gritan ¡Viva Cuba! ¡No se metan con la Revolución Cubana! ¡No se metan con Fidel!”.

Le pregunto por Guantánamo, por el VII Seminario al que asiste en compañía de otros compatriotas, y dice que es una suerte, que lo anima, lo empuja. “Las personas que nos dedicamos a hacer activismo a veces nos sentimos muy solas, así que encontrarme con tantos compañeros es muy importante.

“Por eso vine también: Cuba necesita saber que no está sola. Que existe una parte del pueblo de los Estados Unidos que también es víctima del colonialismo y que piensa, como yo, que debemos trabajar para cambiar las relaciones entre nuestros países”, afirma.

“Cuba es un país que ayuda a todo el mundo. Nunca olvidaré que, cuando el huracán Katrina, se ofreció a mandar médicos y constructoras y George Bush Jr. dijo no y cuando lo hizo, simplemente, no le dio la posibilidad de recuperarse a las personas negras y pobres que no pudieron irse a otra parte, como los ricos, sino quedarse ante la tragedia y lidiar con las consecuencias”.

¿No le molesta que estemos en un evento donde se exponen las agresiones, los males de los Estados Unidos?, pregunto finalmente. “Es que mi lucha es la misma: Yo también quiero cambiar mi país, el gobierno. Estamos juntos en esto”.