Hace poco más de un mes la tormenta tropical Laura hizo sentir la fuerza de sus vientos por casi toda la costa sur de nuestro país. Ahora el huracán Delta mantuvo en alerta a la parte más occidental de Cuba.
En ambos momentos, escuchar atentamente el parte meteorológico se convierte en rutina casi inviolable en cada hogar.
La confianza que nos da conocer la posible evolución de una tormenta o huracán, en voz casi siempre de rostros conocidos para la teleaudiencia, puede influir, incluso, en que seamos más previsores; sin embargo, para que los especialistas puedan llegar a ese pronóstico, se asisten de sistemas numéricos, programas informáticos y variables, que respaldan tales criterios.
"En todo este procedimiento se incluye chequear los partes emitidos por otros países de la región, pero también, es imprescindible contar con herramientas propias, que permitan hacer una vigilancia proactiva", comentó Albenis Pérez Alarcón, jefe del Departamento de Meteorología del Instituto Superior de Tecnologías y Ciencias Aplicadas (Instec).
El sistema para el pronóstico de los ciclones tropicales busca responder a esta necesidad, ya que da seguimiento a los disturbios atmosféricos que el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos clasifica con potencialidades de desarrollo ciclónico para nuestra área geográfica, así como a todos los ciclones tropicales, que se forman en la cuenca del Atlántico Norte, señaló.
Esta herramienta, resultado de las tesis de Maestría en Ciencias Meteorológicas de varios especialistas del Instec, se basa en el componente atmosférico del modelo Hurricane Weather Research and Forecasting y tiene configurados dos dominios de cómputo, que permiten seguir el centro de la tormenta durante el proceso de integración, explicó Pérez Alarcón.
"Además, el sistema está completamente automatizado y se encuentra operativo, a diferencia de otros modelos, únicamente durante la temporada ciclónica en nuestra área, que es del 1ro. de junio al 30 de noviembre".
Por otro lado, dijo, la física que describe los procesos atmosféricos en este sistema está más dirigida a la representación de los procesos dinámicos y termodinámicos que ocurren en los ciclones tropicales y su interacción con el medioambiente que los rodea.
"A partir del procesamiento de las salidas del sistema para el pronóstico de los ciclones tropicales, y la incorporación de los partes emitidos por otros modelos internacionales, podemos tener entonces un pronóstico de intensidad del ciclón tropical, cono de trayectoria, representación de los campos de viento y presión atmosférica a nivel del mar, así como la fuerza del viento, las precipitaciones acumuladas y otros datos que pueden ser de interés para los meteorólogos".
Estos aspectos quizá resultan un poco técnicos para los que no somos tan conocedores en la materia, pero necesarios para comprender las novedades que distinguen a este sistema en relación con otros modelos de pronóstico, que utiliza el Centro de Física de la Atmósfera del Instituto de Meteorología, como el Sistema de Predicción Numérica Océano-Atmósfera (Spnoa) y el Sistema de Pronóstico Inmediato (SisPI).
Según el especialista, la principal diferencia se encuentra en la funcionalidad para la cual están diseñados cada uno. Los primeros dos sistemas, al tener los dominios de cómputo centrados solo sobre el territorio cubano, no permiten hacer un seguimiento de la trayectoria y la intensidad de los ciclones tropicales desde su formación en las aguas del océano Atlántico Norte, aclaró.
"Sin embargo, el sistema para el pronóstico de los ciclones tropicales es específico para este tipo de eventos atmosféricos y su espectro de análisis se mueve en dependencia de la ubicación del centro del fenómeno, lo cual resulta muy efectivo para un pronóstico temprano".
Recientemente, durante el paso de las tormentas tropicales Marco y Laura, el sistema para el pronóstico de los ciclones tropicales mostró muy buena habilidad para pronosticar la posible trayectoria de ambos fenómenos, así como la intensificación que sufrieron al entrar en las cálidas aguas del Golfo de México, detalló.
En el caso del huracán Delta, se está haciendo la vigilancia y hasta ahora las salidas del sistema para el pronóstico de los ciclones tropicales coinciden con otros modelos de pronóstico, precisó.
El sistema para el pronóstico de los ciclones tropicales se encuentra operativo en el Departamento de Meteorología del Instec desde la temporada ciclónica de 2019, y aunque los resultados emitidos se han empleado, hasta la fecha, solo con fines docentes e investigativos, los líderes del proyecto concuerdan en la utilidad de este sistema, teniendo en cuenta que está configurado para un pronóstico de hasta cinco días, con dos corridas diarias, que permiten la actualización y descarga de esos datos.
En respuesta a ese interés, señaló Pérez Alarcón, entre enero y febrero de 2020 se estuvieron realizando las coordinaciones para presentar las potencialidades de dicho sistema al Consejo Científico del Instituto de Meteorología (Insmet), lo que permitiría, de ser aprobado, incorporar los resultados del sistema para el pronóstico de los ciclones tropicales en la confección de los avisos de ciclón tropical que se hacen en Cuba.
Sin embargo, debido al inicio de la situación epidemiológica en el país por la COVID-19, no fue posible continuar con este proceso, aclaró.
"A pesar de ello, las coordinaciones no se han detenido por completo. Actualmente, se trabaja para la instalación del sistema para el pronóstico de los ciclones tropicales en el Insmet".
Si bien los análisis elaborados a partir de este sistema de pronóstico están dirigidos, fundamentalmente, a los especialistas de las ciencias meteorológicas, pueden ser revisados por el público en general a través del enlace https://www.instec.cu/model/NTHF.php, indicó el Jefe del Departamento de Meteorología del Instec.
No obstante, alertó, las salidas del sistema para el pronóstico de los ciclones tropicales no constituyen el pronóstico oficial de la intensidad y trayectoria de ningún ciclón tropical, solo es una aproximación respecto a cuál pudiera ser la futura evolución de la tormenta.
Tomado de Granma