f0183619Los imagino posando para las fotos y videos a través del celular: acostados en sus camas, con la intención mediática de que cuatro o cinco den la idea de masividad y de que, quienes se adelantan en subir a las redes semejante espectáculo macabro, puedan ser calificados por alguna que otra agencia de prensa –que "hace eco" de la "huelga"–, como personas cuya salud peligra.

Hacen de los supuestos ayunos un modo de vida con aquello de que "están en peligro".

¿Por qué lo hacen? Se han acostumbrado a ser holgazanes sustentados por el dinero que les pagan desde Estados Unidos. Su «lucha» tiene como soporte servir de mercenarios a una potencia extranjera, por medio del empleo de celulares, internet, WhatsApp, Twitter y otras formas modernas de comunicación.

Son los que acompañan sus "ayunos" con comida, con huelga total de conocimiento. No les interesa lo que ocurre en su país –bueno, malo o regular–; para ellos las leyes no existen; los llamados al cuidado ante la covid-19 no es su asunto; las cifras de contagiados, graves, críticos y fallecidos, es cosa del Gobierno; en fin, se van convirtiendo en parásitos de la vida.

Muchos son mediocres disfrazados, otros, sin disfraz, verdaderas marionetas en busca de dinero.

Me comentaba un compañero del barrio que si a estos personajes no les da vergüenza, con el "tamañón" que tienen, de vivir del cuento de una huelga que no es, en vez de ponerse a trabajar para servir a la nación que los cuida, atiende, alimenta, educa, cura…

La llamada "huelga" es un invento macabro para llamar la atención. También lo son las golosinas que quisieron dar a los niños de San Isidro a cambio de un show mediático, filmado y subido a las redes, de manera que quienes les pagan en Estados Unidos, tengan constancia de que ellos protestan, se movilizan, infringen la ley, vociferan ofensas contra dirigentes y autoridades, y explican, en alguna entrevista –con alguna agencia que les da crédito–, que lo que "ocurre hoy en Cuba es una muestra de lo cerca que está la caída del gobierno".

En una jornada de pesca, se diría que «le están dando cordel». Más bien creo que el cordel se lo dan estos mismos ilusos que han apostado por esa forma de "pescar", sin querer interiorizar que, en Cuba, ese tipo de faena, nunca podrá imponerse. El pueblo los repudia, como ocurre siempre con los mercenarios.

Sepan que se sabe muy bien cuando violan leyes y cómo se les llama a los asalariados del imperio que nos bloquea, nos quiere asfixiar, nos agrede, y que usa a estos elementos de poca monta para armar un show. Son los que exacerban los ánimos, en medio del esfuerzo gigante que hace la Isla digna, su pueblo y sus gobernantes, para controlar y vencer una pandemia mortal.

El invento macabro de los huelguistas es uno más en la larga lista de los guiones incentivados por quien paga, Estados Unidos, en su afán por destruirnos. Pero no podrán.

Tomado de Granma

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