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La protección de especies endémicas de la flora en las zonas montañosas de la provincia de Holguín, constituye una de las prioridades del Centro de Investigaciones y Servicios Ambientales (CISAT) del oriental territorio a partir de proyectos y acciones de educación comunitaria.

La protección de especies endémicas de la flora en las zonas montañosas de la provincia de Holguín, constituye una de las prioridades del Centro de Investigaciones y Servicios Ambientales (CISAT) del oriental territorio a partir de proyectos y acciones de educación comunitaria.

Con este propósito la institución, ubicada en la ciudad cabecera, extiende actividades para el reconocimiento de las variedades y su importancia para el equilibrio de los ecosistemas en sitios como Pinares de Mayarí, entre otros asentamientos de la serranía holguinera.

Bertty Juan Almanza, especialista de esa entidad, subrayó que la estrategia persigue ampliar la educación de los adolescentes y jóvenes, a través de charlas, recorridos por el hábitat natural de las especies y proyección de materiales audiovisuales.

Explicó que este es, además, uno de los principales objetivos de un proyecto para la identificación de especies críticamente amenazadas de la Sierra de Nipe desarrollado por el Jardín Botánico de Holguín, el cual incluye el monitoreo de las poblaciones y caracterización de los ejemplares adultos aptos para la reproducción.

Destacó que entre las plantas incluidas en el estudio sobresalen el Baccharis nipensis, Annona nipensis, Hibiscus maculatus subsp. nipensis y Phidiasia lindavii, las cuales por su exclusividad y rareza no poseen nombres comunes.

Dentro de los programas de conservación de la biodiversidad en la zona montañosa, se impulsa el proyecto Conectando Paisajes, que tiene entre sus resultados la creación de corredores biológicos naturales y el fomento de la agricultura sostenible en áreas del Plan Turquino, donde se concentran más de 200 variedades exclusivas, refirió la especialista.

El CISAT se fundó el 21 de octubre de 1999 por iniciativa de la Doctora Rosa Elena Simeón, por entonces ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y dedica su quehacer además a los estudios de arqueología, recursos naturales, entre otras temáticas.

Desde su gestión, contribuye además a dar respuesta desde la ciencia y la investigación, a los problemas ambientales de la provincia, entre ellos la pérdida de la biodiversidad, la degradación y contaminación de los ecosistemas.