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El Caracol es uno de los barrios del consejo popular Luis Carrasco, en las montañas de Bahía Honda; es una de las comunidades más humildes de la comarca; su nombre debió nacer de la caprichosa organización de las casas.

Se levantan de tramo en tramo, a veces contiguas, por un camino sinuoso loma arriba o loma abajo –según el rumbo que se tome–, atravesado por un arroyuelo que es mejor saltar que cruzar sobre los puentecitos de vigas y tablas que dejó semidestruidos el ciclón.

El Presidente de la República recorrió casa a casa El Caracol, por uno de los trillos. Fue de arriba abajo para volver al mismo lugar por donde entró. Primero estuvo en casa de Eleuterio, que no quedó muy bien parada con el paso del huracán Ian. El añoso montero se la mostró con el decoro de quien vive en un hogar humilde, pero honrado, y a sabiendas de que recibirá la ayuda que necesita para revivirla, junto a su familia, y brazos amigos que lleguen.

Yulieski, un mulato pequeño y enjuto, vive al lado de Eleuterio, perdió parte del techo y los bártulos tampoco salieron ilesos; pero igual, no se sentó a quejarse y ajusta los detalles de las pérdidas para recibir los materiales que necesita mientras recupera lo que puede. «Usted es un hombre guapo, valiente», le dijo Díaz-Canel, que le apretó el hombro como a los hombres de valía.

El Jefe de Estado siguió por el trillo, casa a casa. Unas permanecían cerradas porque sus inquilinos andaban por las serranías, de faena, o en la gestión de los materiales de la construcción que urgen; y en otras sus dueñas, muchas con niños en brazos, lo saludaban desde las ventanas o los portales un poco más arriba, como postal de campiña.

En el hogar de la familia Chirino, que no sufrió mucho con el paso del meteoro, conversó con las damas. Le decían que «lo malo ya había pasado», que «lo importante era que estaban bien, vivas», y que «ahora será mejor». «Que usted esté aquí, es bueno, dice que mejoraremos», insistía una de ellas.

El Presidente cubano conversó con los vecinos de los asentamientos que recorrió en Bahía Honda. Foto: Estudios Revolución

EL MÁS GOLPEADO DE ARTEMISA

Bahía Honda fue el municipio de la provincia de Artemisa más afectado por el paso del huracán Ian.

El ciclón se ensañó con las viviendas, los tendidos eléctricos y telefónicos, la agricultura, y los bosques de montaña, entre otras riquezas e infraestructuras.

En el municipio viven más de 43 000 personas. Según los datos actualizados, Ian causó perjuicios en 3 741 viviendas; de forma preliminar se contabilizan 498 derrumbes totales y 360 parciales; 747 techos perdidos de forma total y 2 137 de manera parcial.

En la agricultura se constan afectaciones en 808,1 hectáreas, principalmente en yuca y plátano y algo de arroz, entre otros cultivos. Hasta el amanecer de ayer se han recuperado 104,5 hectáreas.

En el abasto de agua, la población afectada sumaba hasta el miércoles 4 896 personas, y más de 16 850 clientes del servicio eléctrico carecían del fluido, pero 7 098, el 42 %, ya contaban con el beneficio.

Estas y otras informaciones fueron ofrecidas por la presidenta del Consejo de Defensa Municipal (cdm), la primera secretaria del Partido en Bahía Honda, Yutkenia Martínez Cordero, al Primer Secretario del Comité Central, que llegó a Luis Carrasco avanzada la mañana, junto a la presidenta del Consejo de Defensa Provincial (cdp), Gladys Martínez Verdecia, miembro del Buró Político.

La primera parada del Jefe de Estado fue en el centro de salud de montaña Teniente Juan Hernández, un hogar de ancianos construido por la Revolución que aún conserva su modernidad y buen estado, y donde también se ofrecen servicios médicos a los lugareños de la comarca, que forma parte del Plan Turquino.

Allí Díaz-Canel se actualizó sobre las acciones de recuperación en el municipio. Participaron en el intercambio los vice primeros ministros, Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, Alejandro Gil Fernández e Inés María Chapman Waugh, quien permanece en Artemisa desde la semana anterior, antes de que el huracán pasara cerca del territorio, al igual que el miembro del Secretario del Comité Central del Partido y jefe del Departamento de Atención al Sector Social, Jorge Luis Broche Lorenzo.

Asistieron al encuentro el ministro de Energía y Minas, Liván Arronte Cruz, y de la Construcción, René Mesa Villafaña, y el presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, Antonio Rodríguez Rodríguez; el gobernador Ricardo Concepción Rodríguez y otros directivos de la provincia.

GENTE BUENA LA DE LUIS CARRASCO

Antes de iniciar el recorrido por las zonas más afectadas e intercambiar con la población, el Presidente de la República visitó las áreas del hogar de ancianos, muy bien conservado y atendido por sus trabajadores.

El Jefe de Estado saludó y conversó con los adultos mayores que le pedían hablar, entre ellos una anciana que, entre llorosa y entusiasta, expresó al mandatario el cariño que sentía por él, con quien quiso tomarse una foto.

Ya en el poblado, también conocido como Quiñones, Díaz-Canel agradeció primeramente a un grupo de linieros de la Unión Eléctrica que reponían el tendido, por las labores que estaban realizando. «El trabajo de ustedes es decisivo», les expresó.

También conversó con vecinos durante todo el recorrido por el asentamiento, donde predominan casas de placa en muy buen estado.

En la escuela primaria Joe Westbrook, que perdió buena parte de los techos de canalones de las aulas y otras áreas docentes, se han podido reiniciar las clases, allí mismo, en otros locales que se alistaron con lo que se recuperó de lo dejado por el ciclón.

Según le explicó el Jefe de la brigada de la Empresa de Mantenimiento a las Viviendas de Bahía Honda, que trabaja en la reparación del centro escolar, la estrategia es terminar las obras en diez o 12 días. «Eso está bien, y tiene que quedar mejor que como estaba», le dijo Díaz-Canel.

A solicitud de los pioneros, el Presidente de la República debió entrar a saludarlos a las aulas que estaban en sesión. En una de ellas, una niña que estaba encargada de leer las efemérides del día, hizo un homenaje a los mártires de Barbados, víctimas del acto terrorista contra el avión de Cubana, en 1976. Díaz-Canel rememoró aquel bárbaro crimen.

Antes, había presentado a los pioneros al legendario Comandante que lo acompañaba. Él es Ramiro, un héroe de la Revolución, y artemiseño. Cuando les hablen de él, ustedes ahora pueden decir que lo conocieron y que fue en esta escuela, expresó a niñas y niños.

LAS POZAS SE HACEN MANANTIAL

Tras salir de las montañas, el Primer Secretario del Comité Central del Partido se dirigió hacia Las Pozas, a poco más de 15 kilómetros de la cabecera municipal de Bahía Honda.

A lo largo de unos diez kilómetros, los postes eléctricos caídos son la muestra más fehaciente de los estragos que el huracán Ian provocó y aún permanecen. Restituir el fluido eléctrico en este consejo popular es un trabajo de envergadura y llevará algo de tiempo.

En la localidad también fueron dañadas 594 viviendas, el 45,5 % de su fondo habitacional, pero en la jornada se agilizaban la entrega de materiales de la construcción y las gestiones en la oficina de trámites, uno de los lugares hasta donde llegó Díaz-Canel para conocer la prontitud con que se cumplían las diligencias.

El Presidente visitó algunos de los establecimientos que son vitales en la atención a la población en las circunstancias excepcionales que impone el paso de un ciclón.

Entró a la panadería del pueblo, al comedor del Sistema de Atención a la Familia y a otros sitios, pero sobre todo conversó con la población, bastante satisfecha por la manera en que se ha estado afrontando la recuperación, muestra irrefutable de la estrategia que ha trazado el Primer Secretario de mantener, por parte de los cuadros de las localidades, una permanente información al pueblo, e imprimir la mayor velocidad a todo lo que se tenga que hacer para volver lo más pronto a la normalidad de la vida.

Eso no quitó que hubiera quejas aún, como lo relativo a la reparación de las viviendas que fueron afectadas por ciclones anteriores, a lo cual Díaz-Canel explicó que la estrategia para esos casos es acabar de eliminar las facilidades temporales de quienes están en esa situación, construyendo las llamadas células básicas habitacionales sólidas que permitan a los afectados continuar ampliando y mejorando sus hogares.

El Presidente de la República finalmente intercambió, ya en el propio poblado de Bahía Honda –que afortunadamente no fue tan abatido–, con un grupo de vecinos que lo esperaban en una de las entrecalles para expresarle el respeto y admiración por el acompañamiento que ha dado la dirección del país al pueblo, en las zonas del occidente de Cuba, dañadas por el paso del huracán Ian.

Tomado de Granma