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Imagina por un momento que cada vez que navegas en redes sociales, juegas en línea o subes una foto a la nube, hay un guardián digital que trabaja en segundo plano, recopilando pistas para protegerte de hackers, virus y estafas. Uno de estos guardianes, porque existen varios, se llama telemetría, y aunque suene a algo súper técnico, en realidad es como el big data de la ciberseguridad: un sistema que recolecta, analiza y actúa sobre millones de datos para mantener a salvo tus dispositivos y tu información personal.

Pero, ¿por qué debería importarnos estimados lectores? Reflexionemos entonces que cada día, los ciberdelincuentes inventan nuevas formas de robar contraseñas, espiar chats o secuestrar cuentas. Sin telemetría, estaríamos ciegos ante esos ataques. Gracias a ella, las aplicaciones que normalmente usamos, los juegos que nos gustan y hasta tu banco en línea pueden detectar comportamientos raros (como alguien intentando entrar a tu perfil desde otro país) y bloquear la amenaza antes de que sea tarde. Es como tener un protector, pero a nivel muy profesional.

¿Cómo funciona en la vida real?

La telemetría no solo proporciona visibilidad sobre lo que ocurre en una red, sino que también permite actuar de manera proactiva. La recogida y análisis de datos telemétricos de los dispositivos de los usuarios es una práctica habitual de muchas empresas de software. La recopilación de datos telemétricos mejora la experiencia del usuario, pero plantea importantes riesgos para su privacidad. No obstante estos son sus principales beneficios:

  1. Detección Temprana de Amenazas: Los sistemas de telemetría identifican patrones anómalos que podrían indicar un ciberataque, como:

Al correlacionar estos datos con inteligencia de amenazas, las organizaciones pueden detectar ataques en etapas iniciales, incluso aquellos de tipo zero-day, que ya en otro artículo les comenté al respecto.

  1. Respuesta Rápida a Incidentes: Con datos en tiempo real, los equipos de seguridad pueden:

Esto reduce el tiempo de respuesta (MTTR, Mean Time to Respond), minimizando el impacto de una brecha.

  1. Cumplimiento Normativo: Regulaciones como la ISO 27001 exigen auditorías y registros detallados de actividades. La telemetría simplifica este proceso al almacenar datos históricos y generar reportes automatizados.
  2. Mejora Continua de la Postura de Seguridad: Al analizar tendencias y métricas (ej.: número de alertas, falsos positivos), las organizaciones pueden optimizar sus políticas de seguridad, actualizar controles y capacitar al personal en áreas críticas.

Telemetría de usuarios para el perfilado de comportamientos: Ahora recordemos a YouTube, la aplicación no solo sabe qué videos observas, sino también cuánto tiempo pasas en cada uno, si los compartes, si los ves hasta el final o si los saltas a los 2 segundos. Con eso, el algoritmo aprende qué contenido engancha más tu cerebro y te lo sirve en bandeja, creando un bucle infinito de dopamina. Lo mismo hace Instagram con las historias, Netflix con los capítulos automáticos y hasta los juegos como Clash Royale, que ajustan la dificultad según si pierdes mucho (para que no dejes de jugar). ¿Qué brillante son? Pues no, esto no es arte de magia, es perfilado de comportamiento, una técnica que cruza miles de puntos de datos para predecir (y manipular) nuestras acciones.

El lado positivo (y la cara oculta de la luna): Lo bueno es que nos protege sin que nos demos cuenta. No tienes que instalar nada extra ni ser un genio de la informática, ni especialista en ciberseguridad. Lo malo: a veces recopila demasiados datos (por eso siempre hay que leer los permisos que das a las aplicaciones, hasta la mismísima letra pequeña que muchas veces no le dedicamos el tiempo que lleva). Pero ojo, la telemetría ética solo usa información relevante para seguridad, no para vender tus gustos o ubicación a terceros.

Porque seguro estoy que habrás notado que después de hablar con amigos de un viaje usando la mensajería instantánea, de repente te llegan anuncios de maletas que no requieres. ¿O que si buscas "cómo bajar de peso", la misma plataforma de audiovisuales mencionada anteriormente te recomienda videos de dietas extremas? Eso pasa porque las aplicaciones lamentablemente venden nuestros patrones de comportamiento a anunciantes, bancos y hasta aseguradoras.

Ahora cómo protegernos, sin tener que borrar todas nuestras cuentas, tranquilos tampoco es para que cunda el pánico, anota bien que te doy como siempre un pequeño manual:

  1. Elimina los permisos innecesarios: ¿Por qué tu linterna necesita acceso a tu ubicación? Revisa los ajustes de privacidad de cada aplicación y quita lo que no sea esencial.
  2. Engaña al algoritmo: A veces, es bueno también buscar cosas de forma aleatoria (como "jacuzzis para hamsters"), esto sin dudas puede confundir el perfil que tienen de ti y reduce el rastreo aunque sea por unos días.
  3. Usa herramientas camuflaje: Navegadores como Brave bloquean los rastreadores de información, y extensiones como Privacy Badger frenan el espionaje oculto. Los he utilizado ambos y pueden ser de gran ayuda.
  4. No te creas los tests virales: Esos cuestionarios disruptivos y tan llamativos que aparecen en nuestras redes sociales (quizzes) y que todos hacemos, como por ejemplo: "¿Qué villano de Marvel eres?" suelen ser trampas para robar nuestros datos y luego venderlos a grandes monopolios de las tecnologías de la información.

La telemetría se está volviendo “más interesante”, con la inteligencia artificial que predice ataques antes de que pasen (recuerdan al joven capitán John Anderton en Minority Report, pero para ciberamenazas). También llegará a wearables y metaversos, donde el robo de identidades digitales será un riesgo real. La clave está en equilibrar privacidad y protección—y ahí es donde tú, como usuario, puedes exigir transparencia a las empresas.

La próxima vez que tu juego favorito esté disponible o tu cuenta no sea hackeada, agradécele a la telemetría. No es magia, es tecnología trabajando para que tu experiencia digital sea más segura. Y tú, ¿sabías que esta herramienta silenciosa te cuidaba tanto? Ahora finalicemos con las siguientes interrogantes:

La telemetría no va a desaparecer en los próximos años, pero tú puedes ser más listo que el sistema. ¿La próxima vez que tu teléfono inteligente "adivine" lo que ibas a buscar, pensarás en quién más lo sabe? Y quizás en ese entonces tomes conciencia.

 

Tomado de Cubadebate