Imprimir


Cruzada teatral Guantánamo Baracoa 2020 1 La cruzada es una obra de esfuerzo colectivo.Dicen que comenzaron subiendo el macizo Nipe-Sagua-Baracoa, con unos mulos y a pie, querían llevar el arte a los habitantes, que por la distancia de los centros más urbanizados, apenas consumían nuevos productos culturales… así surgió la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa, muestra de fe, de voluntad, del rescate de la vocación de servicio de los artistas cubanos.

Cuesta creer que este suceso, el más trascendental de la manifestación realizado en el país, tuvo su génesis en pleno periodo especial. ¿Quién se iba a imaginar que entre tantas carencias materiales, un par de actores (eran más, claro, aunque menos que ahora) se atreverían a subir las lomas para trabajar por amor al arte, por la espiritualidad?

La década de los 90 vio nacer este evento, que treinta años después sigue ahí, con miles de seguidores, porque la gente en la montaña los espera, como el hijo pródigo que regresa a casa, aunque sea una vez al año.

Se ha vuelto tan cotidiano, tan familiar, que hoy se puede decir que más que un acontecimiento comunitario, constituye un hecho cultural, histórico y social, que le pertenece más al pueblo que a los propios teatristas que la iniciaron.

Una vez Cruzados, siempre Cruzados

Parecía una idea loca, que solo podía ser fruto de una mente romántica y apasionada como la de Carlos Alberto González Duporté, acompañado entonces por Félix Sala (Pindi), Dolores Olivares Fernández, Ángela Liuba Duporté, Gertrudis Campos Bernal (Tula), Hortensia Matos, Carlos Leyva Bonaga, Rafael Rodríguez Rodríguez, Benito Heredia Batalla…

Cuando decidieron consumar la idea, no tenían mapas, ni programa definido, apenas conocían los lugares donde se presentarían… entre tanta incertidumbre solo una cosa estaba clara: querían hacer teatro.

“El Guiñol ya había recorrido las montañas, y con la Cruzada abarcaríamos mucho más. Es verdad que no habían recursos como ahora, pero con el apoyo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias obtuvimos lo necesario para la vida en campaña: hamacas, colchas, mosquiteros, y hasta palas -comenta Rafael Rodríguez, y sonríe- Nos dieron un mapa y trazamos la ruta.

“Era 23 de septiembre cuando surge la idea, y Bonaga propuso salir el 28 de enero en homenaje a José Martí. Desde el parque central partimos con los mulos cargados de utensilios, a pie a las 6:00 pm y nos cogió la noche. Fuimos a Argeo Martínez y la primera función fue en el campamento de cañeros con Pepín el Burrito y El Fotuto, comedias de Las mil y una noche guajiras, del camagüeyano Rómulo Loredo, clásicos que aún nos piden”, agrega Rodríguez Rodríguez.

Dice la actriz Virginia López, por entonces directora del Cabildo Teatral, que enseguida rechazó la invitación ¿dónde dormirían? ¿y la comida y el baño?...

“No pude evitar llorar de temor, cuando me tocó despedirlos en el parque. Pero en la segunda ocasión, cuando me incorporé, entendí por qué valía la pena este recorrido. Donde llegábamos se sentía como una briza de aire fresco, que traía la alegría, la novedad, la noticia de cómo iba el desarrollo en la ciudad. Eran zonas de total silencio informativo, nosotros hasta servíamos de puente comunicacional con el gobierno, para conocer el estado de los poblados que visitábamos.

“En esos parajes reí y lloré mucho, conocer a esas personas, quererlas y despedirlas, deja el alma colmada de goce y nostalgia. Tengo gratos recuerdos, que atesoro: del intercambio con los médicos, muchos de provincias lejanas que cumplían acá servicio social; pero también de cuando presenté la obra Retablo de Las Maravillas, en el puente de Yumurí; los campesinos cerraron el sitio para vernos y como hacía frío nos pusieron un cubo de café”, cuenta Virginia, quién este año recibió el premio nacional Juglar Honorífico como narradora oral.

Cruzada teatral Guantánamo Baracoa 2020 2Yamisela Martínez, desde hace tres años es la única mujer que permanece los 34 días del periplo, incluido el 22 de febrero, fecha del cumpleaños de sus mellizos.

La Cruzada fue la prueba de fuego del teatro guantanamero, marcó un antes y después en la manifestación, pues desde entonces las creaciones que se gestan en los grupos que lideran el periplo, aunque se piensen para las salas, también se conciben previendo cómo las asimilará el campesinado, que los espera en secaderos de café, plazas, escuelas, calles, áreas deportivas, caminos.

Quizás esa función de laboratorio experimental es otra de las razones que dan vitalidad al proyecto. Así lo confirma Ángela Liuba, quien a los 19 años y recién incorporada al Grupo Guiñol, se unió a la tropa de emprendedores.

“Uno se gradúa pensando que va para una sala llena de condiciones, pero la Cruzada te antepone a un escenario totalmente distinto. La primera vez estuve con el grupo Tropa Trapo, de La Habana, y para ellos también fue algo inaudito: cansados del viaje teníamos que dar funciones. En mi caso, con las piezas Pollito Pito, Comino y Pimienta, El Fotuto y Pepín el Burrito, hasta bajo agua tuvimos que actuar, porque los lugareños eran tan disciplinados que no se iban.

“Allá arriba nos tratan tan bien que quisiéramos darle la vida, pero solo estamos por un rato. Nos satisface saber que ellos aman el teatro y más conocer que contribuimos a que surjan grupos aficionados como el de Monte Verde, Yateras, o que niños como Ana Chelys Matos se enamoraran de la actuación al vernos, ahí comprendemos el alcance de la obra humana y social que hacemos”, concluye.

Con Todos y para el bien de Todos

La Cruzada es un hecho vivo que lleva a feliz término la máxima del héroe nacional cubano José Martí (1853-1895) del amor triunfante Con todos y para el bien de todos, pues contribuye al desarrollo del gusto estético, la capacidad de apreciación y de creación artística de los habitantes de las montañas.

No se trata solo de un ejercicio unidireccional que lleva el teatro a lugares apartados, hoy existe una retroalimentación entre actores y audiencia, según valora el director de la Cruzada, Emilio Vizcaíno, pues muchos campesinos se ven reflejados en los repertorios, que se crean a partir de la literatura dramática universal, de clásicos del teatro y de la cotidianeidad que se vive en las lomas.

Cruzada teatral Guantánamo Baracoa 2020 3Daniel Beatela y Diego Rivera, grupo Recoveco de Colombia, en la obra Novus Primitivo.

“Este es el teatro que yo quiero hacer, es el punto culminante del trabajo que hacemos –afirma Liliana Pérez, del grupo El Arca, de La Habana-, llevamos 20 años armados de títeres, repertorios; educando actores, pero es en la Cruzada que he visto donde mejor se visualiza el por qué y para quién trabajamos.

“Por eso regresamos con dos obras, Nido de Doña Coruja, bajo la dirección de Miriam Sánchez, y Tilín, una pieza que creé especialmente para este evento, que siento mío, porque una vez cruzados, siempre cruzados”, agrega la joven.

Similar sentimiento comparte Liusmila Díaz Ríos, de Total Teatro, de Las Tunas, quien confiesa que la experiencia de estar en comunidad de actores, ha sido lo mejor que ha vivido como artista.

“La Cruzada es una hermandad, actores y directores andamos unidos, pendientes de cada detalle y ese compartir hace que uno quiera volver siempre, para ver la sonrisa sincera de los niños, algo que esperamos lograr con la piezas Reparador de sueños, o ganarnos el corazón de los adultos; esta vez con una versión de Pareja Abierta, del comediante italiano Darío Fo”, explica.

“Este es el evento de cultura masivo más importante realizado en el mundo, por el alcance y profundo sentido transformador que logra al llevar el teatro a los niños y adultos del macizo Nipe-Sagua-Baracoa -asegura el narrador Agustín Montano Luis, quien desde el 2003 conoce a los guantanameros que protagonizan esta hazaña- por eso hay que cuidarlo para que perdure”.

Yosmel López Ortiz, es de los más jóvenes actores que se suman al recorrido, apunta que para los recién egresados, actuar en las serranías se vuelve un momento de confrontación, que obliga a sobreponerse como artífice y sacrificar elementos que parecen imprescindibles en escenografía para contar una historia.

“Sin embargo mantener el ritmo de 34 días, con varias funciones diarias, en condiciones diferentes, resulta desgastante y agotador. Debería pensarse la Cruzada a partir de una afluencia constante de grupos, que estén en campaña por periodos más cortos y que mientras unos bajan y se recuperan, otros suban; ello mantendría renovada la energía de este proyecto, que suple las fallas de una programación cultural que en muchos municipios es deficiente”.

Cruzada para hoy, y siempre

Cruzada teatral Guantánamo Baracoa 2020 4Virgen Speck, directora del Consejo provincial de las Artes Escénicas: “En la Cruzada han estado ministros, viceministros de Cultura y dirigentes del Consejo Nacional de las Artes Escénicas”.

Este año el suceso cultural comunitario agrupa a más de 50 participantes, quienes cargan con sus mochilas, casas de campañas, lámparas y faroles, desde La Habana, Cienfuegos, Sancti Spíritus; Las Tunas, Holguín, Granma, Santiago de Cuba, asimismo de naciones como Argentina, Colombia, México, Perú y del País Vasco, España. Algunos ya están acá, otros se incorporarán próximamente para dar más brío a los teatristas itinerantes.

Recién graduados de las academias, fotógrafos, periodistas, complementan la nómina de esta 30 edición de la Cruzada. Mucho camino queda por andar, a pie, a caballo, en mulos, o montados en vetustos camiones, bajo lluvia, sol, sereno, desafiando huracanes, pero estos hombres y mujeres de alma quijotesca, seguirán por ahí repartiendo teatro en más de un sitio del Alto Oriente Cubano.