El triunfo de las virtudes, la inteligencia y los valores humanos, sobre la vanidad y la ambición es el principal mensaje de la obra Pequeño: caja de música para actores, que el grupo de teatro Ríos estrena desde mediados de agosto en la Sala Guiñol, de la ciudad de Guantánamo, una versión personalísima del clásico cuento infantil Meñique, ilustrado en el libro La Edad de Oro, de José Martí.
La nueva propuesta músico-danzaria, que se venía gestando desde antes del periodo de confinamiento social, aunó la impronta creativa de Geordanis Carcacés y la teatróloga Alba Babastro para dar vida a una puesta con perspectiva renovadora, sin alterar la historia en su conjunto, pues sin dudas ese relato es de los más conocidos de la literatura cubana; el aporte de los guantanameros fue esencialmente la experimentación con ritmos auténticos, unidos a elementos coreográficos como añadidura al quehacer titiritero.
El espectáculo, aunque apuesta por la estética minimalista, llama la atención por el atrezo o aparataje escenográfico en general (diseño de muñequería, retablo giratorio con bosques, bohíos, el castillo) todo atrapa y gusta de inmediato al espectador infantil, quien aún desde las butacas parece sentirse parte de aquel universo fantástico que sugiere el Apóstol en Meñique.
Confluyen en la escena el actor Doreikis Columbié y Marcos Cantillo, además de las actrices Ángela Liuba Duporté y Yesenia Blanco, quienes bajo la batuta del maestro Rafael Rodríguez, cantan y danzan al compás de guajiras, baladas, música incidental, percusión, concebida especialmente para la pieza (al igual que los efectos sonoros). El tema Canarios, del compositor español Gaspar Sanz, de mediados del siglo XVII y comienzos del XVIII, sirve como una suerte de referente medieval para al relato pues nos remonta a aquella época.
Con duración de unos 50 minutos, Pequeño tiene además como mérito el hecho de explorar novedosas técnicas teatrales y de manipulación titiritera, así como el hecho de lograr la armonía entre el manejo del retablo, el juego con los muñecos, las luces y el sonido que dotan de cierta magia el escenario e inciden en que la obra resulte experiencia placentera para el espectador.
El grupo de Teatro Ríos, fundado hace 13 años en el seno del Consejo de las Artes Escénicas de Guantánamo, constituye uno de los conjuntos distintivos del arte de las marionetas en el Guaso, participante activo de la Cruzada Teatral y acumula en su aval obras de reconocido prestigio en el catálogo escénico actual como Redoblante y Pulgarcito, Con ropa de Domingo y Ochosi, entre otras.