f0187267Atípica, debido a la situación epidemiológica del país y el orbe, más no por ello menos significativa, será la trigésimo sexta edición del festival internacional Jazz Plaza, que rompe mañana martes. Las plataformas digitales del Ministerio de Cultura y el Canal Clave harán posible que el complejo musical oriundo de Estados Unidos, hoy día de alcance global y con una caudalosa corriente desarrollada en Cuba, despliegue su potencialidad y rinda honores a quienes han enriquecido su lenguaje.

A tiempo, los organizadores, encabezados por el Centro Nacional de Música Popular, adelantaron los símbolos sonoro y gráfico de la nueva versión del festival. El pianista y compositor Roberto Fonseca tuvo a cargo poner el sello distintivo promocional, una pieza pletórica de virtuosismo y humor –al colectivo encargado de interpretarla lo denominó Bandidos All Stars–, que celebra el arribo de Chucho Valdés a sus ocho décadas vividas, y la impronta de Bobby Carcassés en el jazz cubano. La obra cuenta con la ingeniosa realización audiovisual de Joseph Ros. Fundador de Jazz Plaza, Bobby, laureado con el Premio Nacional de Música, destaca por la magistral manera de acriollar el scat, modalidad de improvisación vocal.

La identidad gráfica fue asumida por Roberto Fabelo, reconocido pintor, grabador y dibujante, quien a su vez destaca como un consumado melómano. Para ello creó, en colaboración con su hijo Gabriel Fabelo Hung, la obra Fiesta sonora. ¿Motivación? «Toda la música y, en especial, el jazz, ayudan a revelarme elementos visuales mientras trabajo», confesó el maestro. Para Gabriel, «la obra nació del poder evocador de la música misma».

 El Canal Clave transmitirá materiales que mostrarán parte de lo mejor del talento doméstico, tales los casos del saxofonista César Alejandro López y Habana Ensemble, el flautista Orlando Valle Maraca, el pianista Alejandro Falcón en su homenaje a Los Muñequitos de Matanzas, el encuentro del tresero Pancho Amat con el contrabajista español Javier Colina; Ernán, Harold, Ruy y Ruy Adrián López Nussa, el pianista Lázaro Valdés y Son Jazz, el trombonista Eduardo Sandoval, el saxofonista Michel Herrera, el percusionista Rodney Barreto y el propio Fonseca.

Habrá también una ventana abierta a la relación de la música popular bailable con el jazz, evidente en el trabajo de Manolito Simonet y su Trabuco, y Pupy Pedroso y Los que Son Son.

Como quiera que el jazz, además de sonar, se piensa, el XVI Coloquio Leonardo Acosta in memóriam, sesionará mediante paneles y clases magistrales que transcurrirán bajo la modalidad online; unos pondrán de relieve las contribuciones históricas de Armando Romeu, Chucho Valdés, Leonardo Acosta, Frank Emilio Flynn, Chico O’ Farrill, Cándido Camero y la incidencia del danzón en el género; otros versarán en torno al uso de los medios electroacústicos, el papel de la cuerda, de instrumentos de viento de metal y, como un aporte muy especial, la clase impartida a distancia por el saxofonista estadounidense Victor Goines, integrante de la Jazz Lincoln Center Orchestra.

La musicóloga Nerys González Bello, coordinadora del coloquio, anunció, además, la inclusión en la programación del espacio Jazz desde adentro, producido por el Centro Nacional de Música Popular, y la entrega, a los conservatorios de la capital, de 15 clases magistrales grabadas en ediciones anteriores.

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