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FragmetadaComo reto a la rutina diaria y profesional en medio del actual confinamiento obligado por el nuevo coronavirus, los miembros de la Compañía Danza Fragmentada, en Guantánamo, toman el espacio de las redes sociales para experimentar, crear y desdoblarse, aprovechando cada esquina o rincón de casa en una suerte de performance que nos habla de las interioridades, intereses y tribulaciones de cada intérprete.

Devenidos coreógrafos y promotores de sus propias innovaciones, los bailarines guantanameros optaron por mantenerse en activo desde el hogar, al decretarse en fase de transmisión autóctona la provincia y suspenderse los espacios presenciales, así como los ensayos.

Las propuestas, compartidas en formato fotográfico y audiovisual, se valen de las plataformas institucionales de las redes sociales Facebook y Telegram, y se socializan por fracciones. Se trata de piezas en construcción como parte de un ejercicio común para el conjunto, que desde hace más de dos décadas defiende la línea estética contemporánea, apegada al teatro.

Desde el mes de enero los integrantes de Danza Fragmentada retoman espacios habituales como #Improntusdelcuerpo para sorprender a los internautas con historias narradas a partir del rejuego con elementos como la luz, las sombras, la música, los movimientos, el rostro, los cuerpos…de tal forma que todo sirva como base para comunicar y redimensionar el arte, en tanto expresión y búsqueda constante de nuevos estilos y lenguajes.

Según Liubis Balart, relacionista pública del conjunto guantanamero, las video-danzas producidas en cuarentena tienen en sí mensajes de esperanza a quienes enfrentan la enfermedad, el llamado entre líneas a las personas para que cooperen, sin perder el buen ánimo y el afecto hacia los otros. No son creaciones al azar, ni forzadas por el mero formalismo de estar en red; devienen el resultado de la necesidad del danzante por decir, hacer, cambiar y qué mejor forma de hacerlo que bailando con el alma.

Fundada por el bailarín y coreógrafo Ladislao Navarro Tomasén en 1994, Fragmentada asiste ahora a una nueva etapa de creación, que le impone retos (en materia de realización, calidad de las propuestas, edición, uso de recursos visuales, estéticos) que seguro sabrán superar.

Tocará, una vez pasada esta etapa, repensar el diarismo del grupo a partir de las necesidades derivadas del entorno digital, para el cual también se deben diseñar propuestas audaces, inteligentes, gestadas con la energía y las metáforas de los cuerpos en movimiento.