Coro Masculino 1El Coro fue invitado a la venidera edición del Festival Internacional Electo Silva Gaínza, a realizarse online el próximo octubre.En la década de los 90, cuando empezaban a sentirse los golpes secos del Periodo Especial, un grupo de hombres en bicicleta recorrían las calles y avenidas de Guantánamo cantándole a la ciudad.

De norte a sur, de este a oeste, bajo el intenso sol oriental, los músicos pedaleaban emocionados hasta los más intrincados poblados del Guaso. Llegaron a ir, incluso, a Cecilia, a 7 km de distancia del centro urbano.

Tomaban por sorpresa las fábricas, bancos, hospitales, escuelas... y aunque no siempre les recibían con los brazos abiertos, ellos volvían una y otra vez sin cansarse, con el único instrumento que podían llevar a cuestas sin incurrir en grandes gastos.

En tiempos en los que casi todo escaseaba, la voz del Coro Masculino fue un halo de esperanza para el pueblo, que semanalmente les oía mientras cosía, torcía tabacos, producía el azúcar, o sembraba la tierra.

De los cimientos

La agrupación surgió el 6 de junio de 1971 por iniciativa de la prestigiosa maestra Antonia Luisa Cabal Salis, a quien muchos tienen a bien llamar como la madre de la música guantanamera. Se continuaba así el movimiento coral de las décadas del 40 y 50 del siglo XX, impulsado por la profesora Clarisa Creagh.

“La idea de montar un formato solo de hombres surgió como solución a un problema objetivo -aclara Ernesto Johnston Bennett, exdirector de la agrupación- El coro mixto creado en 1962, cada vez que debía hacer giras fuera de la localidad iba incompleto, porque las mujeres tenían mil limitaciones para salir, el machismo de los maridos impedía contar con ellas para nuestra labor”.

Según Johnston Bennett, el año 1969 marcó el clímax de la situación con el mixto, y Tootsie, una mujer de carácter y determinación extraordinarios, decidió ponerle fin y crear un nuevo conjunto.

Lanzaron la convocatoria y con los primeros 14 miembros iniciaron ensayos. Entonces, el sectorial de Cultura les regaló de sede un anexo justo en Martí y Crombet, donde hasta hoy residen.

“En el grupo había carpinteros, electricistas, plomeros, panaderos, sastres, albañiles… todos con Tootsie al frente levantamos la actual vivienda y, por si fuera poco, al terminar el trabajo físico venía el vocal. La maestra era incansable, exquisita y sacaba lo mejor de nosotros, pues la mayoría era de la calle, con voz de tenor, barítono y bajo, naturales”, comenta Bennett.

Coro Masculino 2El Coro Masculino forma parte del legado de Tootsie a la música guantanamera.La cuestión es que Tootsie vio algo en aquellos obreros, y hasta 1987 los dirigió, en la interpretación de temas de autores cubanos, con arreglos propios y de figuras como Clarisa Creagh y Rafael Inciarte Brioso (padre). A este último le debe el Coro la singularidad de haber presentado en Matanzas la primera versión coral de un danzón Mi pulpa sabrosa, en la Sala White.

También por idea de la maestra empiezan a participar en los Festivales Nacionales de Coro en Santiago de Cuba. Allí bajo la mirada de Electo Silva crecen en reconocimiento y calidad.

Sin embargo, la labor más intensa de los músicos fue en la comunidad, en camiones, guaguas y coches se enrumbaban para ofrecer actuaciones en centros laborales, barrios y montañas. Dormían en albergues cañeros, acompañaban las zafras. Arte y economía iban lado a lado.

“Incluso fuimos a unidades militares, en plena movilización combativa. Mientras los soldados practicaban el tiro, nosotros cantábamos, ¡bien alto! para hacernos sentir- rememora Tomás Winter Garzón, fundador del conjunto- Hasta estuvimos en la Brigada de la Frontera, a 10 metros de una de las puertas de la Base Naval. En ese periodo habían sucedido los asesinatos de Ramón López Peña y Rubén López Sabariego, jóvenes caídos en el cumplimento del deber”.

Winter Garzón asegura que Antonia Luisa Cabal era una apasionada del arte musical. Tanto así, que no le bastó con tener un coro, y encargó a todos los miembros del Masculino, fundar formatos similares en los municipios.

Así lo hicieron, y se convocaron encuentros territoriales, en los que ella era el jurado y evaluaba con rigor profesional cada presentación. Cabal Salis hizo de la música un fenómeno de masas, y el Coro Masculino la siguió en cada paso.

En 1987 Tootsie tuvo que entregar la dirección a la licenciada Milagros Monier Ribeaux, egresada de Dirección del Instituto Superior de Arte. Milagros amplió el repertorio con temas universales, acompañada de Conrado Monier, quien entonces comenzaba a colaborar con el grupo, convirtiéndose en el arreglista por excelencia del coro.

En el 1994 Ernesto Johnston Bennet se coloca al frente de la agrupación hasta el 2003, momento en que Juan Carlos Salazar Bestard, su actual director, toma esa responsabilidad.

Ecos extra fronteras

El Masculino es uno de los más respetados y queridos coros de la historia en la provincia, no solo por ser único de su tipo en la nación y uno de los pocos en Latinoamérica, sino porque es el hijo querido de nuestra Tootsie, quien desde la primera presentación les enseñó a conquistar el respeto y beneplácito del público, esté donde esté, en el Palacio de los Capitanes Generales, el Gran Teatro de La Habana, el Museo Nacional de la Música, el Hotel Nacional, la embajada de Corea, en festivales o en la más humilde barriada local.

Como grupo viajaron a la República de Argentina en el año 1997 y deleitaron a miles de personas de las provincias de Cipollett y Neuquén, desde los más recónditos parajes hasta las prominentes salas de conciertos.

Estuvieron en el teatro Teresa Carreño, de Venezuela, como parte de la misión Cultura Corazón Adentro. En eventos nacionales e internacionales sobresalieron por el empaste de voces, los magníficos solistas y el variopinto y amplio repertorio.

“Llegamos a contar con más de 200 obras, de diversos periodos estilísticos, desde el renacimiento hasta lo popular cubano” –apunta Juan Carlos Salazar Bestard, líder de los cantores.

De hecho, la calidad de la piezas era tal que en 2002 en el CorHabana, los capitalinos ovacionaron, como nunca, los temas Ojos lindos de Rafael Inciarte, interpretado por Julio Salazar, e Inspiración de los pueblos, changüí de José Díaz Planes, versionado por Ricardo Martínez.

Salazar Bestard agrega que como agrupación, en 2005 lograron concretar el primer disco con el sello discográfico Egrem, bajo el título Me doy a querer y con laCoro Masculino 3Juan Carlos Salazar, director de la agrupación. producción de Conrado Monier. El fonograma se vendió rapidísimo, con gran solicitud de cultores foráneos sorprendidos por la propuesta.

Además, en estos años, como eran una rareza del panorama artístico de la Mayor de las Antillas, despertaron el interés de maestros corales como José Antonio Méndez Valencia, director del Coro de Cámara de Matanzas; Miguel García Oliva, creador del Madrigalista de Santiago de Cuba; la maestra María Felicia, directora del Coro Exaudi, así como los hermanos Arrriaza, del Orfeón de Holguín, llegados hasta aquí para probar la armonía y sonoridad del grupo.

Un coro pa´ la ciudad

Recientemente calificado con el Primer Nivel en la evaluación artística que realiza el país, el Coro Masculino apuesta por mantener vivo el legado musical que lo ha acompañado en medio siglo de existencia.

Varias generaciones han pasado por sus filas, que desde los primeros aventureros Roberto Salomón, Armando García, Jesús Couto, Alfonso Hang, Fernando Brocá, Enrique Prieto Taquechel, Roberto del Pozo, Roberto Borbón, Vicente Veranes, Pedro Fernández, Josué Oliva, Eider Navarro, Julio Blanco, Samuel Chang y Salvador Rosales hasta la actualidad, han encontrado allí una suerte de escuela, formadora de solistas reconocidos de la talla de Leo Vera.

Eugenio Barral Quintana, representante e integrante del coro, afirma que ahora el conjunto está en mejores condiciones. Aunque tuvo sus altibajos, jamás detuvo el quehacer, incluso con la sede actual en pésimas condiciones constructivas y que desde hace años aguarda por reparaciones.

“Tampoco contamos con las aulas para preparar a los cantores, y resulta muy complejo encontrar talentos naturales, como lo hizo la maestra Tootsie, porque además se ha perdido mucho la cultura de apreciación de la música coral, en parte por desaciertos en las estrategias de promoción y jerarquización institucional. Hubo mucha desmotivación que hizo a varios miembros migrar, pero ya se augura cierta mejoría”, asegura Barral Quintana.

“Lo importante es que estamos dispuestos a cantarle a Guantánamo con la misma intensidad y fervor de los primeros tiempos”, así lo hace notar el tenor Rey Velázquez Navarro, quien lleva más de una década en el Coro Masculino.

“Todos los que estamos aquí amamos este trabajo, pese a las malas noches, a las carrasperas por estar horas armonizando, a los malos y hasta cómicos momentos en carretera. No hay mejor cura o recompensa que sentir ese clamor de la audiencia, cuando expresa su adoración por lo que haces, como ocurrió en la última edición del Festival Internacional de Coro Electo Silva (2019), que hasta la maestra Digna Guerra nos ovacionó y reconoció que en Guantánamo hay coro para rato”, concluye satisfecho Velázquez Navarro.

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