Este 4 de agosto cumple 34 años en Guantánamo una de las organizaciones más importantes en materia de política cultural, promoción y defensa del arte y la literatura en el territorio: la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), cuya rama provincial fue fundada en el año 1987, con el claro objetivo y premisa de liderar la batalla en favor del crecimiento espiritual de la sociedad.
Justo cuando celebramos los 60 años del histórico discurso de Fidel Castro, Palabras a los intelectuales, y las seis décadas de la creación de la organización a nivel nacional, bien vale reflexionar sobre los logros y proyecciones de este segmento, como vanguardia de la creación artística.
El crítico Jorge Núñez Mote, actual presidente de la sede guantanamera, rememora el momento gestacional, cuando por voluntad política y también necesidad del movimiento intelectual se decidió fundar la célula del Guaso.
“La historia se remonta a mucho antes –explica- a principios de los 80 se intentó crear la Uneac, pues habían creadores que eran miembros de la misma: el arquitecto Heriberto Duvergel, quien vino a contribuir al fomento de nuevas estructuras en la provincia, y Raúl Pomares, gestor del Cabildo Teatral. También estaba la destacada bailarina Elfriede Mahler, Inciarte Brioso... o sea que había un fermento cultural importante, pero la idea al final no fructificó”.
Entonces llegó el año 86, cuando por intensión del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y la dirección nacional de la Uneac, se decidió “medir la temperatura en materia de creación” para instituir en nueve provincias las delegaciones correspondientes.
“Nos reunieron en un salón del Sectorial de Cultura, que está hoy en el Centro de la Música, y explicaron todo, incluyendo el proceso de crecimiento. Juan Guilarte y Rebeca Ulloa, tuvieron la responsabilidad de recoger los expedientes y mandarlos a La Habana -detalla el entrevistado- porque siempre un jurado nacional es el que ha escogido a los nuevos miembros.
“Se mandaron más de 40 propuestas y solo una veintena fueron aprobadas. En 1987, a finales de julio llegaron los resultados y el 4 de agosto nos reúnen en la Plaza de la Revolución Mariana Grajales con Carlos Martí y Humberto Rodríguez Manso, para darnos la bienvenida a la Uneac. Allí se designa un grupo de personas para preparar la primera asamblea, que realizamos el 9 de diciembre para constituir el Comité provincial de Guantánamo”.
Fue así que surgió la Uneac en esta porción del archipiélago, tomando el 4 de agosto como referencia fundacional, por la trascendencia histórica que tiene para elJorge Núñez, presidente de la Uneac en Guantánamo. territorio la fecha, y por demás, ese mismo día el telecentro Solvisión, realizaba la primera salida al aire como canal comunitario.
“La estructura inicial de la organización tenía a la escritora radial Rebeca Ulloa, como presidenta; Enrique Lomba, de vicepresidente; Antonia Luisa Cabal (Tootsie) lideraba la filial de música, Ángel Laborde, la de Artes Plásticas y Jorge Núñez, la de escritores. Para Cine, Radio y Televisión faltaban integrantes y Artes Escénicas solo tenía a Elfriede Mahler.
“Siempre he dicho que la fundación fue fruto de las circunstancias –insiste Núñez- llegó cuando le correspondía: existían ya graduados de la Escuela Nacional de Arte y de la universidades, en especialidades Humanísticas, gente que escribían e investigaba; estaba la revista El mar y la montaña, vehículo expresivo de la intelectualidad, y contábamos con gente valiosa como Tootsie, Axel Rodríguez, el trovador Topete y los changüiseros Pedro Speck, Rácifo Durán y Chito Latamblet, que distinguieron nuestra sede”.
El reto de servir a los artistas y al pueblo
Con la Uneac guantanamera se oficializa el desarrollo del movimiento artístico que pujaba con fuerza, y que contaba con representantes dotados de gran madurez creativa y un currículo sólido, no solo sustentado con premios, sino también por la trayectoria profesional.
“Treinta y cuatro años después creo que hemos demostrado bien nuestra valía, asumiendo viejas y nuevas funciones como vanguardia, en el sentido de nuestra expresión social, tanto al cuidado de la obra y de los creadores, como en el análisis y crítica a problemáticas sociales”, asevera Jorge Núñez.
“Por eso gozamos de gran aceptación y prestigio, además, con nosotros se cuenta para muchísimas decisiones en el territorio. También hay que ver la repercusión de nuestros congresos, donde se habla de temas gremiales, y también de las cuestiones que afectan a la sociedad desde la cultura”, agrega.
“De hecho, el mismo Miguel Barnet llegó a catalogar como referencia a nuestra organización en el territorio, por el nivel de relaciones con los sectores, desde la Salud hasta la Brigada de la Frontera, y es que uno debe articularse para poder incidir en la transformación de su entorno –significó Núñez, quien también resaltó la presencia de la juventud en las filiales, con miembros de la Asociación Hermanos Saíz, que ayudan a la actualización constante.
Como un ente vivo, en constante transformación la Uneac ha estado siempre activa, en el centro del huracán, en los momentos más álgidos, contradictorios y controversiales de la cultura y el país, defendiendo la política cultural, a los artistas, impulsando proyectos comunitarios, apoyando la enseñanza artística, la universidad, el hombre, de ello son testigos sus miembros, que incluso desde el extranjero o en otras provincias se mantienen vinculados.
El changüí tuvo en Pedro Speck, Rácifo Durán y Chito Latamblet representantes fundadores de la Uneac en Guantánamo.
“Nuestra Uneac se ha nutrido de personalidades como Ángel Laborde, Ramón Moya, Ángel Íñigo, Tootsie, Arístides Hernández (Ares), y de otras que han sido estimuladas a nivel nacional con galardones como el Diploma Guillén, otorgado a la periodista Marta Reyes, la directora de programas Elba Mestre, la escritora Ana Luz García... además, contamos con Marlene Salazar, Premio Nacional de Radio, y Conrado Monier, premio anual de Música 2019.
“Desde nuestras cinco filiales –apunta Núñez- logramos estrechar las conexiones con la institucionalidad de la Cultura, colaboramos en eventos, espacios fijos, conciertos”. Ello, sin dejar de reclamar los derechos de los creadores y exigir por el patrimonio y cuanto sea necesario para bien de todos.
“Hoy preocupa que hace tiempo no crecemos en miembros y eso es peligroso, porque existen personas que tienen condiciones y no le interesa es un inconveniente, pero si no existe nadie con la calidad para unírsenos también es un problema, porque ahí falla el fomento artístico”, estima Núñez Mote.
Camino a sus 35, la Uneac guantanamera continúa construyendo caminos, las dificultades no la detienen ni los retos de los tiempos contemporáneos.
“Por diez años, de 1996 hasta 2006 tuvimos la oportunidad de autofinanciarnos y comercializamos arte, sin comprometer nuestra esencia ni la calidad artística, de ahí surgieron los proyectos de ambientación en la sede del Gobierno y de ETECSA, ello demuestra que los artistas podemos entrar al mercado sin ceder en nuestros principios”, significa el también profesor de arte.