Sandy González Guerra, Solda2razo, comparte escenario con la nueva generaciónDe los géneros urbanos, el rap es quizás el más incomprendido, por sus orígenes foráneos, principalmente, aunque los cubanos lo hicimos nuestro. Sandy González Guerra, conocido como Solda2razo, es un referente singular del movimiento en Guantánamo, cuya labor como promotor y conductor de peñas, le hacen sobresalir entre sus colegas de la ciudad.
Venceremos dialogó con el joven artista, para indagar más en ese mundo de la cultura Hip Hop y conocer las particularidades.
¿Qué es el Hip Hop y cómo entra el rap en esa ecuación?
El Hip Hop es un movimiento de corte social que surge en los barrios marginales como forma de denunciar las injusticias, con el tiempo evolucionó. Lo componen varios elementos, entre ellos el rap (que es el estilo de música y baile), también está el MC (quien crea letras, recita), DJ (encargado de ambientar y poner música), beatvoicer, breakdancer (bailarín) y el grafitero (una suerte de pintor), pero existen muchos más por descubrir e investigar.
Igualmente existe el hip-hopper, como el erudito de la cultura, que exterioriza la misma y la asume cual forma de vida, de expresarse, de andar. No es algo que dura dos u ocho horas como un concierto o peña, es de todos los días. Yo soy un ejemplo de ello. La gente me ve y sabe que formo parte de ese mundo, de hecho, hoy estas frente a una especie en peligro de extinción.
¿Qué diferencia al rap del resto de los géneros?
La conciencia sobre todo. Hay quienes hacen rap como música de club, comercial, y eso está bien, porque es un parámetro y se comercializa, aunque en Cuba hay que darle un empujoncito porque puede dar más resultados.
Más en esencia el lenguaje inteligente es lo que diferencia al rap del resto de los géneros urbanos, porque va a la raíz del problema sin rodeos, apelando al lenguaje popular, incluso el considerado vulgar. Es un género hecho para llegar al más intelectual y al menos avezado académicamente.
Hay quien teme la crudeza con que se canta, pero creo que en el poder de las palabras para generar cambios, como dice Israel Rojas, la verdad siempre es revolucionaria. Lamentablemente este género no crece como debería pues carece de oportunidades y se le juzga tanto por el contenido como por la forma.
Creo que aún hay que hacerle más caso y estimular a esos artistas que te dicen sin reservas los problemas existentes en la sociedad, no por llamar la atención, sino por tratar de cambiar algo. Quizás ocurra que no se solucione todo, pero es importante que exista quien te golpee al oído con su música, quien muestre preocupación, la intención es hacer el bien a esta sociedad.
Y lo otro es que el género le interesa a la juventud, al menos quien lo conoce se identifica con él.
En Guantánamo ¿cómo llega?
Aquí en Oriente se empezó a conocer el rap con los guantanameros que trabajaban en la Base Naval. Ellos escuchaban esa música y la traían al pueblo. Además las frecuencias radiales llegaban hasta acá e igual eso influyó.
En esos tiempos existían varios exponentes, pero el más reconocido era Bombajay. Recuerdo que nos reuníamos en el parque y hacíamos sonidos con el tórax y la boca, incluso bailábamos breakdance. Esos fueron los inicios en Guantánamo, a mediados de los 80 y principios de los 90.
Nunca fue un fenómeno de masas, pero sí le interesó a algunos por eso creo que es parte de la cultura, de la gente y hay que defenderlo. En algún momento he discutido con algunos compañeros que creen que se trata de imponer ese gusto, pero no es así. Ya lo digo en una canción, uno no escoge cantar rap, se nace con eso, lo mismo pasa con un bailarín o pintor.
¿Dices que aún quedan estereotipo que pesan sobre el rap?
Sí claro, sí, Guantánamo me ayudó a crecer como artista, y creo que hoy por hoy yo no soy un rapero censurado, porque el sistema cultural guantanamero me llevó a escribir de forma tal que puedo decirte lo que quiero sin ofender a nadie. Yo respaldo mis letras con hechos, sin mentiras, ni manipulaciones.
Ahora hay mil maneras de desmotivarse como creador, un ejemplo es que los raperos sino trabajan o pertenecen en la Asociación Hermanos Saíz (AHS), no tienen dónde darse a conocer, pero igual pasa con los exponentes de la música alternativa, el rock, la electrónica.
Lo que sucede es que uno canta sobre su vida cotidiana y a veces eso es mal visto y además mal entendido. Al cantar en un club, por ejemplo, no puedes expresarte igual a como lo haces en la AHS, porque allí, supuestamente no están acostumbrados a nuestro lenguaje rudo y te topas con un aparataje institucional que te hace cantar algo “más comercial”.
Lo peor del caso es que a veces uno quiere triunfar como músico, y acata todas esas sugerencias, pero cuando pasa el tiempo te das cuenta de que cantas cualquier cosa menos lo que realmente quieres y sientes.
¿Entonces no cuentan con espacios para el hip hop guantanamero?
Bueno, de momento, teníamos la peña de los jueves en la AHS y el espacio que me dieron en el Patio de Artex. Se habló de aumentar las posibilidades pero en eso llegó la COVID-19 y se frenó todo.
¿Se puede hablar de un movimiento en la provincia?
Aquí predominan los cantantes, pero movimiento como tal no existe, llegan a diez los grupos. Predominan los improvisadores, y hace falta más diversidad en las formas de expresar, sentir y vivir el Hip Hop, pero eso depende del respaldo y la intención que tenga la política cultural y quienes las implementan.
Sin embargo hay exponentes que son de referencia nacional.
Sí. De los veteranos se mantienen La clandestina, que es la única rapera ahora mismo en Guantánamo, también Visa Abierta, Richard León, El Peregrino, y Alibanny Romero en Baracoa, que es el único que queda por allá.
Entre los nuevos puedo mencionar a El Menor, a El Estudiante, Krono, El Profeta, pero se han inclinado hacia la improvisación, que no es malo, pero carecemos de compositores, por ejemplo. Y yo lo entiendo, el freestyle es más mediático, tiene más eventos, pero hay que dedicarle tiempo a fomentar las letras, la escritura que es un reto importante para ganar en legitimidad.
¿Cómo es la relación a lo interno entre los raperos y con otros artistas?
Desde mi punto de vista entre los cantantes del género no es buena, no hay unidad, quizás porque hay quien no se toma las cosas en serio, o porque no gustan del estilo del otro. Eso es algo que hay que mejorar. Con otros artistas, pasa parecido, pero es mejor, igual creo que eso pasa por el filtro del interés que tengan las instituciones en fomentar los lazos entre sus cultores.
¿Cuestiones pendientes y que aún se pueden salvar para la supervivencia del género y la cultura?
Necesitamos más promoción, y eventos para brindarle al joven cubano y guantanamero algo diferente. Una idea que tuve y quisiera se realizara, fue crear un taller en la escuela secundaria Rafael Orejón, los viernes por la tarde, con el contenido y los materiales para explicar todo sobre la cultura Hip Hop.
Sé que a unos cuantos les va a gustar. Es cierto que es algo extranjero, pero después de tantos años en Cuba, con gente poniéndole su sello, creo que ya nos pertenece, y la juventud tiene que conocer esa parte de nuestra idiosincrasia y darle continuidad en el futuro.
El rap es parte de Guantánamo, se ganó su puesto junto al changüí, a la poesía de Regino Boti, y la majestuosidad del Palacio Salcines, pero necesita apoyo y comprensión, por eso tenemos la AHS y a varios artistas, esperando, dispuestos a hacer de Guantánamo una enorme peña de rap.