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JoséLa tarde anunciaba lluvia, pero debíamos salir. Un encuentro pactado, es inviolable y allá, en la Librería Ateneo Asdrúbal López esperaba, medio impaciente y nervioso, el poeta José Ramón Sánchez Leyva, uno de los homenajeados en la reciente XLIV edición de la Jornada de Literatura y Artes Plásticas Regino Eladio Boti, en Guantánamo.

Algo empapadas arribamos a la cita, saludamos, tomamos asiento y empezamos a conversar.

Con las primeras frases iniciamos el viaje, recorrido por los caminos transitados por el interlocutor en el mundo literario.

En tono pausado y ameno, José Ramón contó su historia, aquella que emprendió tempranamente entre hojas de papel y tinta.

“Empecé a leer desde pequeño, desarrollé el hábito casi de manera natural; el ambiente familiar era favorable para ello, porque aunque en mi casa nadie se dedicaba a la literatura o al arte, sí había libros, todo era tranquilo y agradable. En lo personal siempre fui hiperactivo, pero leer me calmaba”, confiesa Sánchez Leyva mientras rememora su infancia.

“Mi primer libro lo publiqué en 2005, se tituló Aislada Noche y fue bajo el sello de la Editorial Letras Cubanas. Demoré varios años en sacarlo, pues eran poemas muy densos; al terminarlo comprendí que esa era la labor que quería desempeñar de por vida”, asevera el autor de los textos Derrumbe, y Marabú, ambos del 2012.

José Ramón no solo es poeta, también trabaja como instructor en la Casa de la Cultura municipal de Guantánamo, donde dirige el taller literario Rubén Martínez Villena. Allí ha contribuido a la formación de jóvenes y adultos aficionados de la escritura.

“Con mis alumnos dialogo mucho de temas culturales, sociales, de actualidad, a veces incluso personales, pues nos une el amor por las letras. El placer de compartir con los demás las maravillas de la literatura es la experiencia más agradable, bonita, útil y formativa que puede vivir una persona”, afirma el literato.

Los talleres son la forma que ha encontrado José Ramón para despertar el talento de guantanameros que hoy integran la nómina de escritores publicados dentro y fuera de la provincia, pero además son la vía para acercar a los públicos locales a la obra de creadores de nuestra provincia como Regino Eladio Boti.

“Boti es de mis poetas preferidos, por el valor de su obra que hay que aprender a descifrar y acercar más. Cuando entras a ese mundo ya no lo quieres abandonar y sigues descubriendo cada vez nuevas cosas. Leer a Boti me enseñó qué era la literatura, cómo escribir bien y a valorar la belleza, los paisajes, los eventos que describe de mi tierra.

“Además Boti fue un guantanamero que escribió de esta provincia, y hay que buscar en esos textos para conocer el pasado de Guantánamo. Regino es como una guía para entender a la urbe entre ríos”.

Insisto: lea poesía

En el amplio espectro de la literatura, la poesía ha sido para José Ramón Sánchez Leyva refugio y principal fortaleza. En su haber figuran dos antologías personales: 22, del 2017 y Talibán, del 2018; además de la compilación Nocao: 6 poetas cubanos en Brasil, del 2021.

Para él acercarse a los libros es deber de todo ser humano, tanto para aprender como para descubrirse uno mismo.

“Hay que darse ese tiempo, tener paciencia, reposar del mundo exterior, incluyendo las redes sociales y sumergirse en el mundo de las palabras; ir con esos poetas y escritores que nos ofrecen otra versión de la realidad. Tengo cuatro referentes: José Martí, Frank Kafka, Jorge Luis Borges y José Lezama Lima, sin dudas serían los autores que recomendaría en primer lugar.

“Pero no deseo imponer mis gustos, considero que en este universo infinito, hay un libro para cada persona, que la atrapará y la conectará a muchos otros”, concluye.