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ReinierReynier Mariño estuvo esta semana en Guantánamo, donde compartió sus tonadas en el bar no estatal DowntownVeinte años han transcurrido desde la última presentación en Guantánamo del famoso guitarrista cubano Reynier Mariño. Mucho ha cambiado la ciudad desde entonces. Mientras géneros urbanos como el reggaetón ganan terreno, y otros más tradicionales como el changüí, adquieren dimensiones nacionales e internacionales, el flamenco, que atrajo a Mariño hasta el Guaso tiempo atrás, yace prácticamente en el olvido.

“Alguna vez esta urbe fue una plaza importante para escuchar y disfrutar mi música. Los teatros se llenaban siempre que se anunciaban conciertos de nuestro grupo. Se bailaba y disfrutaba tanto como cualquiera de los sones que por costumbre han tenido mayor presencia en esta zona oriental -afirma el intérprete y compositor cubano-español- pero no pierdo la esperanza de revivir esos días, mi retorno a esta tierra es precisamente por aquellas experiencias”.

Reynier Mariño es uno de los más connotados exponentes del flamenco en la Cuba actual y, a su vez, funge como embajador del género en la Mayor de las Antillas, pues se ha dado a la tarea de revitalizar los focos fundamentales de ese arte nativo de Andalucía.

“La primera tarea que emprendimos fue crear, previo acuerdo con la embajada española y en alianza con agrupaciones insignes de la cultura nacional, como Lizt Alfonso, la página Flamenco de Cuba. Allí informamos y promovemos todo respecto al género español y ¡cómo tenemos adeptos!

“También realizamos recorridos por escuelas de arte en el Archipiélago, y por los conservatorios de música, donde enseñamos el arte del flamenco, para despertar el interés por esa peculiar forma de cantar, tocar, bailar… que llama mucho la atención.

“Hoy contamos con academias en casi todo el territorio nacional, menos en Guantánamo. De ahí mi intención de venir aquí, hacer convenios de colaboración y proponer la idea de armar una escuela de flamenco para niños, de conjunto con Cultura. Incluso hemos pensado hacer un festival nacional, pero para eso es necesario que tengamos a agrupaciones en todas las provincias”, afirma Mariño.

Si bien los focos más importantes del flamenco en esta isla bella están en Sancti Spíritus, Holguín, Santa Clara y La Habana, donde los asentamientos españoles fueron más fuertes, Mariño considera que hay potencial en la nación entera, y el Alto Oriente cubano no se queda atrás.

“A esta tierra me atan, además, grandes lazos que hacen mi compromiso mayor con el pueblo. Mi esposa es guantanamera, tengo amigos como Claudio Casal, Leanet Delia Colibrí, Lachy Pop…-agrega- Por eso volví y me propuse realizar un primer concierto con amigos en el bar Downtown, que amablemente abrió las puertas al flamenco mezclado con son, rock y otras sonoridades.

“Tengo la intención de regresar con una meta mayor. Como parte de la gira nacional de Reynier Mariño y su grupo estuvimos por Occidente y nos falta Oriente, donde pretendemos llegar en 2023. El recorrido incluiría las provincias de Holguín, Las Tunas, Santiago de Cuba y Guantánamo, bajo el auspicio del Instituto Cubano de la Música y la embajada de España en Cuba.

“Espero que ese periplo guste mucho, que no falte el público a las presentaciones y, sobre todo, que disfruten con nosotros de la fiesta flamenca.

“Nuestro sueño es recuperar el tiempo perdido, conquistar los viejos escenarios, y con ese fin hemos dado pasos importantísimos para mí. Por ejemplo, la grabación de un disco cubano de flamenco junto al maestro Edesio Alejandro, con la discográfica Benedetto Production, de Italia.

“Queremos lanzar el novedoso fonograma al mundo, para que compita en el Cubadisco, en los Grammy y donde quieran ponerlo y reconocerlo. La idea es demostrar que Cuba sigue siendo plaza importante para el flamenco, como elemento de enlace y hermandad entre la cultura caribeña e ibérica de todos los tiempos”, concluye.