programacion cultural 1La programación cultural debe ser atractiva y dinámica, no solo durante eventos como los carnavales, sino en su concepción diaria.

Es domingo, el sol se oculta y con él la vida en Guantánamo pareciera apagarse también. A excepción de algunos sitios particulares (bares, clubes, pizzerías o cafeterías), la Casa de Cultura, el teatro... la mayoría de las entidades del centro de la ciudad están cerradas o en proceso de hacerlo.

Unos jóvenes en el parque José Martí, con un pequeño equipo de música, intentan revivir el ambiente. También se divisan parejas... la noche avanza y hasta el 'manisero' en la esquina de la Casa de la Trova nota que es mejor partir. Son las 9:00 pm.

 

“Parece una ciudad fantasma -comenta Héctor Constantino Thompson, profesor de la Universidad de Guantánamo y delegado a la Asamblea Municipal del Poder Popular, y acota: “Cada vez hay menos ofertas; ¿qué hacen nuestras instituciones, artistas, promotores culturales, instructores de arte, directivos... para garantizar esa recreación y enriquecimiento espiritual del que tanto se habla?”.

Como Thompson, otros guantanameros coinciden en que después de la pandemia (y, desde mucho antes, vale aclarar) se experimenta un retroceso en la vida cosmopolita de la urbe, a veces reanimada por eventos, fechas históricas pero, por lo general, condenada a un perpetuo letargo que tiene como principal eje problemático deficiencias en la programación cultural.

programacion cultural 2El changüí necesita más espacios, que transmitan sus valores para apreciarlo y preservarlo.

Una provincia culturalmente rica ¿y activa?

 

El artículo 13 de la Constitución de la República de Cuba establece que el Estado tiene el deber de proteger el patrimonio natural, histórico y cultural de la nación, y asegurar el desarrollo educacional, científico, técnico y cultural del país.

En función de ello se promueve la libertad de creación, se educa, se defiende la identidad y se programa. Este último acto es vital en la cadena para ordenar y legitimar referentes artísticos y literarios, así como fidelizar públicos.

La Resolución 41 del 2021 establece las bases de la programación cultural, basada en principios de calidad y satisfacción de las necesidades del consumidor, para lo cual depende de la gestión (nacional, local, gubernamental, institucional...), planificación, organización, ejecución, control y evaluación de las actividades, según las características sociales, económicas, gustos, aspiraciones y demandas de la población.

 

Guantánamo, como otras provincias, se rige por esa normativa, la cual se articula a través del Departamento de programación. Dayaris Correa Medina, jefa de esa actividad en la Dirección provincial del sector, explica a Venceremos que todo parte de la reunión que realizan los martes en la mañana directores provinciales, departamentos de programación, subdirectores, representantes máximos de centros y Consejos, comunicadores y programadores, donde se definen las prioridades de trabajo de la semana.

“También se invitan a aliados estratégicos, según las fechas o momentos históricos que se acerquen. Allí se garantiza la promoción de los eventos del territorio, como La semana de la Cultura, la Fiesta a la Guantanamera, y se proyecta el quehacer de artistas, promotores, instructores..., sin embargo, ahora mismo nos limita mucho el presupuesto, que es insuficiente para pagar los gastos en talento artístico, alquileres de audio, contratación...”, detalla.

 

Desde la Dirección municipal de Cultura, Pedro Luis Brook Delís, jefe del Departamento de programación, investigación y comunicación, asevera que la organización de eventos, el apoyo a programasde desarrollo gubernamentales (contra el racismo, del adulto mayor, adelanto de la mujer...), la atención a las comunidades y las investigaciones, se incluyen en la programación.


“Los proyectos como el Patio de Adela, en la Loma del Chivo, tributan mucho al plan de actividades diario, semanal y mensual..., pero el aseguramiento logístico-comunicacional sigue siendo el principal desafío. Si bien se trabaja en soluciones con las organizaciones de masas, el Gobierno, el Partido, la Juventud y otros actores, estamos lejos de lograr lo esperado”, asegura Brook Delís.

Y ciertamente lo estamos. La programación cultural, o mejor dicho, la necesidad de transformarla para bien de los artistas, creadores, gestores y del pueblo es una vieja demanda que ha transversalizado los debates de la intelectualidad por décadas, sin solución aparente, ni definitiva.

programacion cultural 3Jorge Núñez, presidente de la Uneac.

 

“El problema está, primero, en el rol del programador -reflexiona Jorge Núñez Motes, crítico de arte y presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en Guantánamo-. Ahora que están muy 'de moda' las comunidades vulnerables, uno se pregunta ¿cómo se determina el producto cultural que se les lleva? ¿Bajo qué principios, indicadores, estudios? ¿Y la efectividad?

“Y es que se violenta mucho ese manido término del diagnóstico, en muchos lugares no existe ni tiene la profundidad que se requiere y, precisamente, lo que se hace es programar de manera mecánica, y la programación, como muchas otras tareas del mundo de la cultura, hay que pensarla. No puede hacerse al libre albedrío, porque luego vienen las insatisfacciones.

“Cuando desconoces el lugar para dónde estás programando e ignoras el público meta, evidentemente demuestras que se hace caso omiso a lo regulado en la Resolución 41 del 2021”, apunta Núñez Motes.

Según explica el destacado intelectual guantanamero, la provincia carece (al menos, con la profundidad y herramientas que demanda) de un estudio, que respecto al tema analice el producto cultural, pero también y, esencialmente, al consumidor, algo que reconocen las autoridades del sector en general y los grupos técnico-asesores, pero hasta ahora todo queda en terreno baldío.

Mientras tanto, hay otras fórmulas que pudieran aplicarse y no se usan: “Dinamizar las reuniones de programación”, añade. “Los artistas que participan ven esos espacios excesivamente largos e infructuosos, muy rutinarios. Hay que revisar su diseño, quizá no todos tengan que opinar, pero pueden apertrecharse del criterio de los demás”.

 

Alba Babastro Noris, teatróloga y especialista del Consejo provincial de las Artes Escénicas, agrega que urge revisar los llamados espacios fijos, donde a veces se repite el mismo repertorio, sin creatividad, y la gente no va..., ¿para qué?

“El Consejo tiene sus ventajas en este sentido, la diversidad de grupos y obras permite moverse a todos lados y llevar propuestas distintas. Además, tenemos buenos ejemplos, como el espacio de Danza Fragmentada los jueves, que se llena, porque aparte de los artistas de casa, llevan invitados, comparten...; similar pasa con Babul en su sede y en Bajo la ceiba.

“Igual es cierto que convivimos con muchas carencias materiales y técnicas: escenografía, vestuario, luces, sonidos, todo esto garantiza o perjudica la realización del espectáculo escénico e incide en la programación y su calidad, porque para programar hay que tener en cuenta las condiciones”, señala Alba.

Pero también hay que cumplir los horarios, dice George Pérez González, artista de la plástica. “Es una muestra de irrespeto al otro, cuando se cita para un sitio a una hora y se empieza hasta dos horas después, y sin explicación. La programación no debe violentar el tiempo ni los espacios.

 

“Y sobre estos últimos, duele ver cómo lugares de Guantánamo muy importantes para la promoción y el disfrute están subutilizados, por ejemplo, el Teatro Guaso, que aglutina gran cantidad de personas, debería ser escenario para conciertos de música, más danza, teatro... de forma sostenida y sistemática, claro, con el rigor, el respeto y la calidad que deben tener”, refiere George.

 

Respecto a ese tema que relaciona tiempo-espacio, vale resaltar que hay muy buenos ejemplos de eventos que logran una organización plausible. La Jornada de la Canción Política, la Fiesta del Libro Unión, las actividades de peñas, clubes y proyectos comunitarios... no pasa así, por ejemplo, con el Festival Chocolate con Café y, más recientemente, con el concierto de Buena Fe en la Plaza Pedro A. Pérez, que debió iniciar a las 9:00 pm y empezó pasada la medianoche.

Guantánamo es un pueblo noble, con hábitos y costumbres que deben conocerse, respetarse y considerar siempre, para lograr éxitos al programar.

 

Conocer, analizar, comunicar Nadie debe valorar lo que no conoce. En las dificultades de la programación, su tendencia es repetitiva, cansona, ineficaz… pesa el carácter improvisado y empírico del sistema de trabajo de muchas instituciones.

programacion cultural 4Ury Rodríguez, actor, director y dramaturgo.

Ury Rodríguez Urgellés, actor, lamenta la falta de un diseño más eficiente para el Sistema de la cultura guantanamera, que se enfoque en el impacto de la o las obras, y menos en la cantidad deactividades a cumplir.

“Hay que cuidar más al artista, promoverlo mejor, conocer su obra al dedillo para defenderla y convencer al destinatario de la necesidad de ver el show. Yo puedo decir hoy que si a Macario lo han visto tantas personas es gracias a la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa, de hecho, muchos espectáculos se salvan por eso.

 

“Pero no siempre tenemos una camioneta, un colchón, gasolina..., para andar solos por el mundo repartiendo arte, tiene que ser una proyección institucional que cada pieza nueva surgida en Guantánamo esté en todos los municipios y festivales para 'vender' también lo nuestro, porque de nada vale estrenar por estrenar. Duele ver que esas puestas en escena, que tanto trabajo dan montar, envejezcan sin que el creador ni la institución recuperen lo invertido (espiritual o materialmente)”, apunta.

Para Ury la promoción de la obra, mediante una adecuada programación y divulgación antes, durante y después de la exhibición también es una forma de mostrarle a la gente que tiene alternativas, que no todo es reguetón, bebidas alcohólicas, barullo y comidas.

 

En ese sentido hay muchas deudas, incluso, con nuestro patrimonio, pues tenemos casas de la Trova, del Son, del Changüí, donde se hace de todo, menos cumplir el objeto social que las gestó.

Adriana Tavera Macú, presidenta de la Peña changüisera La Sorpresa, considera que, en el caso del género montuno, falta mucho por hacer para colocarlo en el lugar cimero que merece en el corazón y sentido identitario del guantanamero. No es posible que suene una lata en nuestra provincia y no esté el changüí, como el arroz blanco.

 

“Las presidencias de las más de 20 peñas changüiseras de la provincia, que defendemos esto con el corazón y el sacrificio de la familia, no recibimos ayuda de nadie, solo de la comunidad, y todo para hacer las cosas con calidad y con respeto. Las instituciones se acuerdan de nosotras solo cuando llega el Festival del Changüí, y lo que hacemos merece más visibilidad”, significa.

programacion cultural 5En la danza deben tenerse más en cuenta las condiciones para su atención y trabajo, al llevarse a las comunidades.

A Guantánamo le faltan más propuestas, asevera el instructor de baile de casino Wolquis Wínter Walkes. La ciudad se ve apagada y necesitamos que, al menos, culturalmente se mantenga viva.

“Hay espacios como los bares particulares que no influyen o tributan a la cultura popular tradicional. Nos toca a los trabajadores del sector motivar al joven, con una programación inteligente, a defender y amar lo nuestro, aprovechando las instituciones, las plazas, la Casa de la Música, el parque.

“Y más ahora que el país llama a desarrollar el turismo, pero ¿qué es lo que atrae al turista?, pues lo autóctono, y nuestra cultura es única. La gente quiere bailar, escuchar música y realmente esos espacios en estos momentos no los hay”, dice Wínter Walkes.

 

La joven bailarina Yurislaidi Sánchez Medina sugiere desarrollar acciones socioculturales que le brinden a la juventud lo que le gusta, pero a su vez introduzca los valores que queremos transmitir como sociedad. “Yo disfruté en la Plaza Pedro A. Pérez de música variada, aprendí allí a bailar, fui feliz aún en medio de mil carencias, espiritualmente me sentía realizada, pero para lograr eso nuevamente necesitamos una programación equilibrada.

 

“También debe preverse, que los más conocedores o expertos en la política cultural asesoren, monitoreen y acompañen las actividades que se organizan en instituciones que no son del sector artístico-literario (bares, paladares...), que difunden elementos simbólicos con un marcado carácter comercial, pero sin valores estéticos ni conceptuales”, indica Dayamis Rodríguez la Cruz, presidenta de la Asociación Hermanos Saíz, en Guantánamo.

 

Milvia Bonne Tejeda, directora de la institución educativa Daniel Llosas Preval, quien habla desde la experiencia en el sur de la ciudad del Guaso, convida a articular más espacios para la familia, para las personas vulnerables o con alguna discapacidad, para la tercera edad, los niños...

 

“Las escuelas pueden ser un escenario principal para la programación cultural de cada comunidad, con el apoyo de otros sectores hay propuestas que se pueden evaluar, hacer más y mejor. Nosotros tenemos proyectos que demuestran cuánto podemos si nos los proponemos.

 

“El proyecto Arcoíris surgió en mi escuela con el tercer perfeccionamiento de la educación, y trabaja con los niños que les gusta bailar, ya sea ritmos contemporáneos o tradicionales.

programacion cultural 6Komotú es muestra de que el arte, acompañado por adecuada promoción y concepto, puede convidar a gran cantidad de públicos.

Gracias a ello, hoy noveno grado cuenta con bailadores de mambo, otros que saben montar el chachachá; hay quien disfruta la rumba, salimos de la escuela, vamos a las calles, a las comunidades, al Hospital Infantil, al Hogar de Ancianos..., todo fluye bien, porque trabajamos con la motivación, y así contribuimos a formar la juventud que queremos”, expresa.

 

En busca de otras opiniones más allá de la cabecera provincial, Venceremos se trasladó por los municipios, entre ellos, Manuel Tames. Allí las opiniones giran en torno a la calidad de las presentaciones, su sistematicidad y la divulgación... cuestiones llevadas y traídas, pero que en el sector siguen pendientes, quizás por falencias profesionales, costumbres, conveniencia, pereza o falta de exigencia, pero lo que está claro es que el tema tiene mucha tela por donde cortar y deudas que saldar.

 

Las deficiencias en la concepción y diseño de la programación cultural inciden directamente en el retroceso del gusto estético y la capacidad para discernir entre la diversidad de ofertas que aparecen en Guantánamo hoy.

 

Corresponde al sector, al Gobierno y sus instituciones revisar y articular soluciones inmediatas el problema, pues es también un compromiso del Estado con la formación de un ser humano más culto, preparado y útil.

programacion cultural 7La Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa evidencia cuán necesario es extender la programación más allá de las ciudades.

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